Modos de esperanza

Un modo de abordar la escritura de John Berger es compararlo con lo que fue Virginia Woolf para la literatura o Leonard Cohen para la m¨²sica. Como narrador y fabulista, incluso como dibujante, el autor ingl¨¦s busc¨® su propia identidad y la del mundo. Fue tremendamente original, un ser errante al que no le fueron suficientes sus 85 a?os (1926-2017) para concluir su odisea por el vasto reino de los museos. Entre Troya e ?taca, Berger contempla Occidente y c¨®mo se incendia el horizonte de su ¨¦poca, pero, al contrario que el ¨¢ngel de Benjamin/Klee, al mirar atr¨¢s s¨®lo ve el brillo entre las ruinas. El viaje es siempre el camino hacia los otros territorios de persuasi¨®n, donde se desarrolla el teatro aleg¨®rico de la humanidad.

Escritor anticl¨¢sico, el arte nunca fue para ¨¦l il grande mondo, sino el de la pol¨ªtica, y la pintura pod¨ªa servir para intervenir en ella. Era su manera de confrontarse con un mundo que se acredita en la destrucci¨®n. Berger fue la voz dulce de la serenidad que escapa del nihilismo del infierno y que encuentra ¡°las bolsas de resistencia¡± en El jard¨ªn de las delicias, de El Bosco. ¡°La esperanza es una lente maravillosa. Nuestros ojos se acoplan a ella. Y con ella podemos analizar cualquier cosa¡±, nos dice frente al Retablo de Isen?heim, de Gr¨¹newald. Bajo su mirada, el naturalismo de Courbet en el Entierro en Ornans cobra la dimensi¨®n de los rinocerontes y mamuts de la cueva de Chauvet (30.000 a.?C.) u otras formas animales recreadas por Vel¨¢zquez y Brancusi. Porque ¡°el arte no tuvo unos principios torpes¡±. En ese presente continuo se mov¨ªa Berger, y la lectura de la primera entrega de sus art¨ªculos, que compila la editorial Gustavo Gili, produce ahora un efecto doppler, el flujo del agua que rodea a un cisne.

En Sobre los artistas, Berger compara la inmediatez de los retratos de El Fayum con la labor del tiempo sobre los rostros de Mantegna. La precisi¨®n de los cuchillos que desuellan el cuerpo del Marsias de Tiziano es precursora de Fontana y Saura. Y si se trata de ir al fondo de la herida, el humor puede curar la angustia de la escisi¨®n: lo vemos en su pieza teatral que fantasea con los momentos previos a la pintura de las majas de Goya: ¡°Con tu consentimiento o sin ¨¦l, Cayetana, puedo quitarte las ropas. Puedo dejarte en cueros con la misma facilidad con la que puedo pintarte. Aqu¨ª [se se?ala la cabeza] es donde aventajo a Vel¨¢zquez¡±, le dice el pintor a su musa secreta.

La escena mundana del arte tiene un horizonte situacionista, como la famosa primera secuencia de la serie Ways of Seeing en la que el escritor aparece lacerando el lienzo de lo que parece ser la cabeza de la Venus (y Marte) de Botticelli: ¡°El detalle se transforma y una figura aleg¨®rica se convierte en el retrato de una chica¡±.

Berger ve en la pintura el sentimiento de lo inacabado y de la fragmentaci¨®n de lo real. Lo que le distingue de otros cr¨ªticos o historiadores es su sensaci¨®n de habitar un mundo enfermo pero no tan m¨ªsero y agotado como para no abrirse a la fantas¨ªa. Es entonces cuando se inventa la existencia de un cuadro perdido de Frans Hals que representa a una mujer desnuda ¡ª?prostituta, amante, su propia hija?¡ª sobre una cama deshecha. El ovillo de s¨¢banas, su piel sonrosada y el vello p¨²bico son una muestra elocuente de lo que ha sucedido en aquel lecho. El rostro inesperado de la mujer, su sonrisa burlona, compensan el presumible fracaso de toda gran obra de arte.

COMPRA?ONLINE 'SOBRE LOS ARTISTAS VOL.1.'

Autor: John Berger.

Editorial: Editorial Gustavo Gili (2017).

Formato: tapa blanda ( 328 p¨¢ginas).

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