El Instituto Cervantes rinde el reconocimiento pendiente al pintor Fernando de Szyszlo

"Szyszlo fue una de las buenas cosas que le han pasado al Per¨², a Am¨¦rica Latina, al arte moderno y sobre todo a las personas que tuvimos el gran privilegio de conocerlo". As¨ª quiso comenzar un emocionado Mario Vargas Llosa su disertaci¨®n sobre el notable pintor peruano Fernando de Szyszlo, a quien siempre consider¨® su mejor amigo. Fallecido el pasado 9 de octubre a los 92 a?os ¡ªjunto a su esposa Liliana Y¨¢bar en un accidente dom¨¦stico¡ª, Szyszlo fue homenajeado la noche de este martes por el Instituto Cervantes, en Madrid.

Al lado de Vargas Llosa estuvo Vicente de Szyszlo, hijo del pintor. Tambi¨¦n participaron el director del Instituto Cervantes, Juan Manuel Bonet; el consejero cultural del Per¨² en Espa?a, Alonso Ruiz Rosas, y el escritor y director de la C¨¢tedra Vargas Llosa, Juan Jes¨²s Armas Marcelo.

Para el Nobel de Literatura 2010, Szyszlo "fue un gran pintor que no ha tenido todav¨ªa el reconocimiento que merece. Si se hubiera quedado en Europa m¨¢s a?os de los que estuvo o se hubiera ido a vivir a los Estados Unidos, su pintura hubiera alcanzado la repercusi¨®n de Tamayo, de Matta o de Lam". Bonet coincidi¨® con Vargas Llosa y calific¨® la pintura de Szyszlo de "enraizada, universal y fulgurante. Era un pintor amigo del claroscuro, pero a la vez capaz de rosas y azules deslumbrantes".

Como qued¨® claro durante el homenaje, Fernando de Szyszlo fue m¨¢s que un pintor. Nacido en el distrito lime?o de Barranco y sobrino del poeta peruano Abraham Valdelomar, abandon¨® los estudios de arquitectura para dedicarse por ¨ªntegro a la pintura. Para ello, en 1948 viaj¨® a Par¨ªs con su por entonces esposa, la poeta Blanca Varela. Llegaron a una ciudad en plena ebullici¨®n cultural, donde frecuentaron a Andr¨¦ Bret¨®n y se hicieron amigos de Octavio Paz, entre otras personalidades de ese entonces. Gran admirador de la obra de C¨¦sar Vallejo, Szyszlo tambi¨¦n quiso conocer a su viuda Georgette que, en un ins¨®lito acto de desprendimiento, le regal¨® un mech¨®n de pelo del poeta.

Estas m¨²ltiples experiencias (recogidas en La vida sin due?o, libro de memorias de Szyszlo) fueron infiltr¨¢ndose en la obra del pintor, que supo dialogar con la poes¨ªa, con el mundo m¨¢gico de los Andes peruanos, con las antiguas culturas precolombinas y ¡ªaunque opt¨® por el arte no figurativo¡ª con diferentes influencias pict¨®ricas.

Pero adem¨¢s, Szyszlo fue un ciudadano pendiente de su tiempo. Aunque solo hizo pol¨ªtica activa cuando acompa?¨® a Vargas Llosa en la aventura del movimiento Libertad, que postul¨® al escritor a la presidencia en 1990, siempre fue un observador de la convulsa realidad peruana. Hechas desde una perspectiva moral y principista, sus permanentes opiniones le ganaron un respeto y una credibilidad un¨¢nimes, algo inusual en su pa¨ªs.

Como dijo Vargas Llosa al concluir el homenaje: "La noche de la muerte de Szyszlo y su esposa Lila sent¨ª de pronto como si el mundo se fuera quedando vac¨ªo. Tuve mucha suerte en la vida de ser amigo de Fernando de Szyszlo. Consuela saber que detr¨¢s de ese amigo que desapareci¨® queda una obra rica, genuina, profunda, que se ir¨¢ abriendo camino".