La responsabilidad del don
La donaci¨®n de Fundaci¨®n Phelps de Cisneros debe modificar el relato del MOMA y devolver a los maestros de Am¨¦rica Latina al lugar que les corresponde
En 1925 el antrop¨®logo Marcel Mauss publicaba su ensayo El don, una de las m¨¢s l¨²cidas reflexiones a prop¨®sito del regalo como lugar de las reciprocidades, la hospitalidad y el intercambio; el lugar donde se escenifican ciertas responsabilidades que el regalo conlleva en el acto mismo de aceptarlo. Pocas veces somos conscientes de esas implicaciones, aunque justo ah¨ª, en ese entregar a cambio de recibir, reside lo fascinante de la correspondencia.
Sobre todo cuando el don es una obra de arte ¡ªobjeto fr¨¢gil, cuyo valor inmaterial excede cualquier precio por muy alto que sea¡ª la responsabilidad se hace m¨¢s contundente: quien reciba ese don deber¨¢ protegerlo, conocerlo, compartirlo, reunirlo con trabajos afines para reescribir su relato incluso. Las donaciones de obras de arte a los museos deben afrontar el don como un legado de futuros: tendr¨¢n ante s¨ª la esencia quebradiza de aquello que apela al compromiso y la reciprocidad.
Pensaba en estas cuestiones hace algunos d¨ªas, al conocer la ¨²ltima donaci¨®n desde la Fundaci¨®n Patricia Phelps de Cisneros: la coleccionista repart¨ªa 202 de sus obras contempor¨¢neas entre seis museos americanos ¡ªentre ellos, el MOMA con 88 obras, el Blanton de Austin con 45 o el Mali de Lima con 10¡ª y uno europeo, el Museo Reina Sof¨ªa, al que ha regalado 39 obras. No era la primera vez que, generosa, Patricia Cisneros decid¨ªa regalar algunas de las m¨¢s bellas piezas de su extraordinaria colecci¨®n ¡ªcoloniales y republicanas tambi¨¦n¡ª, las que lleva reuniendo junto con su marido desde hace d¨¦cadas. Se trata de una colecci¨®n rigurosa, con piezas compradas cuando a¨²n era posible hacerlo; construida desde la responsabilidad ¡ªla que se adquiere con las obras, su conservaci¨®n e investigaci¨®n, la que se tiene con el p¨²blico e incluso con la posteridad¡ª.
Patricia y Gustavo Cisneros nunca han querido abrir un museo, centrando sus esfuerzos en expandir las colecciones, hacer publicaciones, programas de investigaci¨®n o becas
Aun as¨ª, al contrario de lo que ocurre con otros coleccionistas, Patricia y Gustavo Cisneros nunca han querido abrir un museo, centrando sus esfuerzos en expandir las colecciones, hacer publicaciones, programas de investigaci¨®n o becas y un sitio web para la propia fundaci¨®n. Han preferido librar a sus hijos y sus nietos de esa obligaci¨®n futura y donar sus obras a museos p¨²blicos para hacerlas accesibles a un mayor n¨²mero de personas.
Como la misi¨®n de Patricia Cisneros ha sido firme desde el primer momento ¡ªdar a conocer el arte de Am¨¦rica Latina globalmente¡ª, ha seleccionado las instituciones receptoras con sumo cuidado; Cisneros es una estratega indiscutible. Por eso el MOMA neoyorquino ha sido el m¨¢s beneficiado tambi¨¦n con la primera y apabullante donaci¨®n de 102 obras entre las joyas de la corona: la abstracci¨®n geom¨¦trica latinoamericana de la ¨¦poca modernista. Soto, Schendel, Pape, Otero, Oiticica, Gego, Willys de Castro o Lygia Clark llegaban al museo neoyorquino en 2016, junto con una cifra anual millonaria para poner en marcha el Instituto de Investigaci¨®n Patricia Phelps de Cisneros, que apoyar¨¢ la investigaci¨®n y el intercambio de esa ¨¢rea geogr¨¢fica. En el MOMA los ¡°grandes maestros¡± de Am¨¦rica Latina podr¨¢n dialogar con los europeos y los estadounidenses mejor que en ning¨²n otro lugar.
En todo caso, la responsabilidad frente a este fabuloso regalo plantea una pregunta crucial para un museo que desde hace casi un siglo ostenta el privilegio de haber trazado el discurso can¨®nico en la historia del arte, aunque en este momento se plantee revisar su papel en un mundo globalizado. Inevitablemente, la aceptaci¨®n de este don tendr¨¢ que modificar el relato del MOMA, devolviendo a los ¡°grandes maestros¡± de Am¨¦rica Latina al lugar que les corresponde en la historia y poniendo en evidencia la estrategia inteligente de Patricia Cisneros, quien, apenas compradas las primeras obras, fue consciente de la responsabilidad adquirida.
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