Las dos lenguas espa?olas de Fernando Iwasaki
El escritor peruano afincado en Sevilla desde hace 20 a?os analiza el ir y venir de 'Las palabras primas'
Fernando Iwasaki siempre ha estado muy atento a los brillos y rugosidades de la lengua espa?ola, a cuyo estudio ha aportado su formaci¨®n como historiador y fil¨®logo y adem¨¢s su doble condici¨®n de peruano (con ascendencia japonesa) y espa?ol (reside en Sevilla, donde ha vivido casi 20 de sus 56 a?os). Todos esos rasgos personales se vuelcan ahora en el libro Las palabras primas, publicado por P¨¢ginas de Espuma y que fue galardonado con el IX Premio M¨¢laga de Ensayo Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez Ruiz.
La obra recopila conferencias, guiones de radio, alg¨²n art¨ªculo y hasta un extenso preg¨®n, y no tiene m¨¢s remedio, por tanto, que ofrecer al lector un recorrido desigual, por su misma naturaleza.
Sin embargo, un hilo teje el sentido del ensayo: el parentesco de las palabras de aqu¨ª y de all¨¢, a menudo unidas a pesar del oc¨¦ano.
La polisemia de la voz ¡°prima¡± que el autor usa en el t¨ªtulo le sirve para anudar los cap¨ªtulos, que nos gu¨ªan sobre la relaci¨®n familiar de los vocablos (algunos de ellos bastardos, como ¡°patata¡±), nos evocan la materia prima del vino cordob¨¦s o nos muestran c¨®mo la inform¨¢tica prima su propio l¨¦xico; adem¨¢s de la prima de riesgo que constitu¨ªa jugar a la suerte de la polla. Este entretenimiento de naipes ya desapareci¨® en Espa?a, pero hizo saltar la palabra hasta Am¨¦rica, donde pervive como sin¨®nimo de apuesta (especialmente en las carreras de caballos).
Y gracias al relato de Iwasaki se observa en primera fila que expresiones como ¡°una polla como una olla¡± o ¡°met¨¦rsela doblada¡± se relacionan con aquel juego de cartas en el que la polla era la cantidad que se apostaba. El hecho de que en esos lances de la baraja se metiera, se corriera y se sacara la polla explica la traslaci¨®n posterior del t¨¦rmino a otros significados.
Am¨¦rica se muestra a menudo en la obra de Iwasaki como la fresquera en la que se conservan palabras que en Espa?a se tiraron a la basura demasiado pronto; y Andaluc¨ªa aparece como una f¨¢brica de vocablos que no siempre obtienen el debido reconocimiento, especialmente las del campo. Las dos ideas son de justicia.
Todo el libro del autor peruanohispano rezuma un sentimiento de fascinaci¨®n ante la riqueza del idioma espa?ol y la melancol¨ªa por los desprecios que sufre.
Iwasaki explica por ejemplo que siempre crey¨® que el castellano era de sus hablantes y no de las academias, pero a la vista de mensajes, foros y redes sociales, empieza a considerar que ¡°el castellano le concierne m¨¢s a un hispanista h¨²ngaro que a un ignaro de cualquier pa¨ªs hispanohablante¡±.
El recorrido del autor por historias, archivos y etimolog¨ªas resulta fascinante en muchos pasajes; y de su erudici¨®n se pueden obtener anotaciones, ense?anzas y an¨¦cdotas.
Es una l¨¢stima que en el proceso de edici¨®n de los distintos textos que conforman la obra no se hayan evitado algunos anacronismos, derivados de las diferentes fechas en que fueron publicados. As¨ª, Iwasaki se queja de que la palabra ¡°jamacuco¡± no est¨¦ en el Diccionario, cuando fue incorporada (¡°indisposici¨®n pasajera¡±) en 2001; y sin embargo se comenta unas p¨¢ginas m¨¢s adelante la aceptaci¨®n del imperativo ¡°iros¡±, que ocurri¨® en 2017.
Tambi¨¦n se perciben anacronismos con la reproducci¨®n actual de su ponencia ante el IV Congreso Internacional de la Lengua Espa?ola celebrado en 2004 en Rosario (Argentina). En ella se quejaba Iwasaki de que muchos t¨¦rminos espec¨ªficos del flamenco no hubieran obtenido a¨²n el refrendo acad¨¦mico; y seguramente por esa denuncia acabaron acept¨¢ndose, detalle que habr¨ªa venido bien a?adir en el libro, al menos como una nota al pie. Entre las palabras del flamenco ya bendecidas, pero reclamadas en su d¨ªa por el autor, figuran palos o bailes como la siguiriya, los tarantos, los caracoles, el mirabr¨¢s, las albore¨¢s, el garrot¨ªn, la bambera, la romera, la grana¨ªna, la canti?a¡ Faltan a¨²n, sin embargo, la levantica, la cabal o el jabegote.
Pese a esos leves problemas, Las palabras primas es un libro entretenido, erudito, lleno de vocablos relucientes, impregnados por el aroma de la chicha peruana, los unos, y del vino de Montilla, los dem¨¢s. Como las dos lenguas espa?olas de Iwasaki.
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Autor: Fernando Iwasaki.
Editorial: P¨¢ginas De Espuma (2018).
Formato: tapa blanda (256 p¨¢ginas)
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