Un retablo de medio siglo
En sus dibujos est¨¢n todos los ingredientes con que los historiadores escribir¨¢n un d¨ªa sobre esta Espa?a
Las vi?etas de Forges nos han contado nuestros ¨²ltimos 50 a?os con una lucidez que iluminaba los rincones oscuros y un humor que nos ha ayudado a conllevar nuestros peores dramas. Era la suya una mirada sin resentimiento, pero tambi¨¦n sin autocompasi¨®n. Cont¨® como nadie la historia de un pa¨ªs que transit¨® del campo a la ciudad aceleradamente, de la dictadura a una democracia con m¨²ltiples vicios que no dud¨® en se?alar, de la pobreza a una holgura econ¨®mica que ha devenido nuevamente en precariedad. En sus dibujos est¨¢n todos los ingredientes con que los historiadores escribir¨¢n un d¨ªa sobre esta Espa?a que cabalga a lomos de dos siglos.
Forges era toda una industria creativa que pas¨® sin despeinarse del carboncillo a la era digital. El m¨¢s prol¨ªfico autor de vi?etas que hayamos conocido dec¨ªa de s¨ª mismo que no sab¨ªa dibujar, pero con su trazo inconfundible cre¨® un universo de personajes seriados que le permit¨ªan en cuesti¨®n de minutos reflejar tanto la actualidad pol¨ªtica m¨¢s efervescente como las reflexiones elementales de una pareja de campesinos en la meseta desertizada. Es el suyo un retablo perpetuo por el que desfilan funcionarios, obreros del ladrillo, banqueros, labriegos, amas de casa y pol¨ªticos de toda ideolog¨ªa, en cuyos bocadillos (bocatas seg¨²n el lenguaje forgiano) introduce t¨¦rminos de su cosecha que en parte se han incorporado al habla popular.
Su mundo era nuestro mundo, ese que en gran medida simbolizaba EL PA?S. De ah¨ª que intent¨¢ramos repetidamente atraerlo a nuestras p¨¢ginas. Joaqu¨ªn Estefan¨ªa puso especial empe?o cuando fue director y contribuy¨® muy activamente a que viniera al fin en 1995. Desde entonces no ha faltado un solo d¨ªa a su cita en las p¨¢ginas de opini¨®n del diario, incluidos los meses de agosto, en los que sol¨ªa producir una serie estival en la que narraba c¨®mo son las vacaciones de los espa?oles, incluidas las de aquellos que no pueden tomarse vacaciones.
Antonio Fraguas ha sido mucho m¨¢s que el dibujante costumbrista que algunos han querido ver en ¨¦l. En muchos momentos se ha convertido en portavoz permanente de causas humanitarias a menudo arrinconadas: "No te olvides de Hait¨ª" (o de Sud¨¢n, Siria, los refugiados de todas las latitudes, los subsaharianos a las puertas de Melilla¡) Desde un humor m¨¢s bien amable, Forges recordaba cada d¨ªa las contradicciones de esta sociedad individualista que deja en la cuneta a millones de seres humanos.
Babelia
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