El ¨¢rbol sue?a con la nube
Una doble apatridia, ling¨¹¨ªstica y vital, marca la original obra de Edith S?dergran, mito fundacional de la poes¨ªa n¨®rdica, cuya obra completa se publica en Espa?a
Edith S?dergran es el mito fundacional de la poes¨ªa n¨®rdica moderna. Finlandesa nacida en San Petersburgo en 1892, se form¨® en un galimat¨ªas ling¨¹¨ªstico: su padre hablaba el sueco arcaico de una minor¨ªa finlandesa; su madre socializaba en ruso y franc¨¦s, y la peque?a S?dergran estudi¨® en un colegio alem¨¢n, idioma de sus primeros poemas. Cuando es adolescente, su padre enferma de tuberculosis y traslada la familia a Raivola, en la frontera de Rusia y Finlandia: all¨ª las residencias de verano de los peterburgueses adinerados chocaban con la miseria de la poblaci¨®n local. Enferma tambi¨¦n ella de tuberculosis, S?dergran s¨®lo saldr¨¢ para breves estancias en sanatorios. Una doble apatridia, ling¨¹¨ªstica y vital, marcar¨¢ una original¨ªsima obra po¨¦tica.
En Espa?a exist¨ªan buenas antolog¨ªas, pero S?dergran gana le¨ªda al completo, en la despojada traducci¨®n de Neila Garc¨ªa. Como afirma el pr¨®logo de Elena Medel: ¡°La escritura genera identidad¡±. Y a?ade: esta poes¨ªa se encuentra ¡°despojada de nombres, fechas y recuerdos sin literaturizar¡±. En S?dergran todo parte de la vida, pero nada entra en el poema si no ha sido ¡°poetizado¡±, seg¨²n el dictum simbolista. Por ejemplo, en su primer libro, Poemas (1916). Esta poes¨ªa de cielos, lagos y piedras, donde el d¨ªa bebe el calor de una mano y el ¨¢rbol sue?a con la nube que una vez lo roz¨®, anticipa la poderosa naturaleza, levemente humanizada, de la gran poes¨ªa n¨®rdica del siglo XX. ¡°Qu¨¦ despacio desgasta el tiempo la esencia de las cosas¡±, escribe, porque el paisaje es un estado de ¨¢nimo antirret¨®rico: ¡°La belleza no es la fina salsa en que los poetas se sirven a s¨ª mismos¡±. Se habla de su expresionismo, pero si tuvi¨¦ramos que buscar afinidades a S?dergran, no estar¨ªan lejos el Machado simbolista de Soledades y el Juan Ram¨®n fauve de aquellos a?os.
Poemas pas¨® inadvertido, salvo para una vanguardia de poetas finlandeses que lo tomar¨ªa como modelo, pero con La lira de septiembre (1918) S?dergran se hace popular, si bien como bicho raro. No ayuda su nota introductoria: ¡°La seguridad que tengo en m¨ª misma se debe a que he descubierto mis dimensiones. No me conviene hacerme menos de lo que soy¡±. Le sobraban motivos para la autosuficiencia en este libro escrito desde la miseria sobrevenida con la Revoluci¨®n de Octubre. S?dergran acent¨²a la libertad del ritmo, la densidad de las im¨¢genes y el magisterio del Nietzsche de Zaratustra y Ecce Homo; es decir, el m¨¢s inflamado y eg¨®tico, pero tambi¨¦n el enemigo de la doxa. Hay que reconocerle una escritura pionera que socava los clich¨¦s que su ¨¦poca reservaba a ¡°lo femenino¡±.
En El altar de las rosas (1919) y La sombra del futuro (1929), las im¨¢genes se radicalizan: las estrellas son calderilla lanzada sobre la tierra. S?dergran se a¨ªsla cada vez m¨¢s del mundo de las convenciones y su tono alcanza una peculiar pulsi¨®n religiosa, pero corporal y antimetaf¨ªsica. Una poes¨ªa con todos los ingredientes para convertirse en un delirio megal¨®mano (y a ratos lo es) si no la salvara un acendrado compa?erismo: ¡°Como no tenemos patria, podr¨ªamos ser un pueblo¡±, escribe.
Edith S?dergran muri¨® en la miseria en 1923, con 31 a?os. En sus maravillosos nueve ¨²ltimos poemas, publicados p¨®stumamente, regresa la exactitud de sus comienzos: ¡°Los ¨¢rboles de mi infancia se yerguen altos sobre la hierba?/ y sacuden la cabeza: ?qu¨¦ ha sido de ti?¡±. Sin compa?eros, sola, en pocos a?os hab¨ªa inventado la poes¨ªa n¨®rdica moderna.
COMPRA ONLINE 'ENCONTRASTE UN ALMA'
Autor: Edith Sodergran.
Editorial: N¨®rdica (2017).
Formato: tapa blanda (536 p¨¢ginas)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.