Keith Jarrett renacido
En 'After The Fall' hay menos riesgo pero la desafecci¨®n con la que toca el tr¨ªo resulta deliciosa
Qui¨¦n iba a decir que llegar¨ªa el d¨ªa en que Keith Jarrett iba a pedirnos cierta indulgencia. Pocos m¨²sicos de jazz han sido tan estrictos y cuidadosos con la m¨²sica que interpretan y editan como ¨¦l; sin embargo, en los ¨²ltimos tiempos el pianista ha mostrado una nueva cara discogr¨¢fica, sacando del archivo grabaciones que en otros tiempos tal vez ni siquiera fueron consideradas para ver la luz.
Keith Jarrett / Gary Peacock / Jack DeJohnette
After the Fall
Sello: ECM / Distrijazz.
Calificaci¨®n: 8 sobre 10.
Su anterior publicaci¨®n, el fascinante A Multitude of Angels, ya nos mostraba a un Jarrett que hab¨ªa conectado con los aspectos m¨¢s ¨ªntimos de su carrera, rescatando las ¨²ltimas grabaciones que hizo en solitario antes de su retiro forzado de dos a?os a causa del s¨ªndrome de fatiga cr¨®nica. Aquellos conciertos dejaban entrever la impotencia y desesperaci¨®n del pianista ante su menguante fuerza f¨ªsica pero, aparte de las consideraciones t¨¦cnicas de la grabaci¨®n, ese Jarrett tan humano y apasionado result¨® un aut¨¦ntico hallazgo.
Ahora parece que Jarrett ha llegado a un punto en el que quiere dibujar su trayectoria art¨ªstica con una perspectiva mas tridimensional, algo que resulta evidente en su nuevo disco, que rescata el primer concierto que ofreci¨® tras su retiro en noviembre de 1998. El pianista detalla en la carpetilla del CD las circunstancias del mismo, con un Jarrett temeroso e inseguro que decide dar un recital ¡ªtras un par de intentos poco exitosos de ensayo con su tr¨ªo¡ª como quien se obliga a afrontar una situaci¨®n ineludible para superar un trauma. As¨ª, pide al oyente que tenga en cuenta estas circunstancias, como que eligi¨® un peque?o auditorio de Newark porque le quedaba cerca de casa o que pidi¨® a sus fieles Gary Peacock y Jack DeJohnette que limitasen el repertorio a piezas bebop, ya que su problema no era tanto la capacidad t¨¦cnica como el esfuerzo que conlleva su extraordinaria concentraci¨®n cuando toca a pleno rendimiento. Con todo, una vez este disco entra en el reproductor queda claro de nuevo por qu¨¦ Keith Jarrett es uno de los m¨¢s grandes pianistas del siglo XX: incluso en estas circunstancias, su expresividad y capacidad para improvisar frases ingeniosas, swingueando al m¨¢ximo y con una elocuencia digna de un m¨²sico que ha consagrado su carrera a un lenguaje jazz¨ªstico m¨¢s ortodoxo, es asombrosa.
Si bien es cierto que en After The Fall hay menos riesgo y menos, digamos, momentos geniales del pianista, tambi¨¦n es cierto que el ambiente distendido y la desafecci¨®n con la que toca el tr¨ªo resulta deliciosa, y demuestra que Jarrett es un m¨²sico enorme en cualquier circunstancia. La versi¨®n del "Doxy" de Sonny Rollins que aqu¨ª suena, tal vez el momento m¨¢s inspirado del disco, no deja lugar a dudas: Jarrett es humano, pero tambi¨¦n un genio.
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