Los errores hist¨®ricos en las pel¨ªculas de Semana Santa
Por qu¨¦ el protagonista de ¡®Gladiator¡¯ no deber¨ªa llamarse M¨¢ximo Meridio y otros fallos presentes incluso en las mejores pel¨ªculas de romanos
La Semana Santa trae en Espa?a recuerdos de escabeches, torrijas, monas de pascua, hornazos, potajes... y, sobre todo, de pel¨ªculas de romanos en televisi¨®n. Con los a?os las costumbres se han ido relajando y, poco a poco, las cadenas han pasado de los t¨ªtulos b¨ªblicos puros, como Ben Hur, La t¨²nica sagrada o Barrab¨¢s, a filmes de romanos en general, como Gladiator (que emite ma?ana jueves La 1 a las 22.00), lo que plantea algunos problemas. En la cinta de Ridley Scott, el emperador Marco Aurelio aparece como un hombre sabio y justo, olvidando que fue el responsable en el siglo II de terribles persecuciones de cristianos (las masacres de Lyon se cuentan entre las m¨¢s violentas de la antig¨¹edad).
El cine de romanos es tan viejo como el s¨¦ptimo arte. De hecho, el pionero y visionario George M¨¦li¨¨s rod¨® una versi¨®n de Cleopatra en 1899. Desde entonces no han parado de estrenarse filmes sobre el mundo antiguo, aunque su ¨¦poca dorada tuvo lugar en los a?os cincuenta y sesenta, en la era del cinemascope, como explica el investigador Jon Solomon en su libro Peplum. El mundo antiguo en el cine (Alianza Editorial, traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia): "?Por qu¨¦ tiene el mundo antiguo tanto atractivo para el cine? Existen varias razones. Princesas seductoras como Cleopatra o Salom¨¦, poderosos personajes hist¨®ricos como Julio C¨¦sar o los faraones, revolucionarios b¨ªblicos como Jesuscristo y Mois¨¦s y complejos semidioses y semimortales mitol¨®gicos como H¨¦rcules o Helena de Troya son figuras cuyos nombres resultan familiares y cuyas im¨¢genes impresionan a casi todo el mundo".
?Veracidad o calidad?
Sin embargo, Solomon, profesor de la Universidad de Ilinois, arranca su libro con una cita de Cicer¨®n que afecta al coraz¨®n mismo de las pel¨ªculas sobre la antig¨¹edad: "Sin duda, est¨¢ permitido que los oradores mientan sobre aspectos hist¨®ricos para poder hablar con m¨¢s sutileza". En otras palabras, ?qu¨¦ es m¨¢s importante, la calidad de una pel¨ªcula o su veracidad?, ?son siempre compatibles las dos cosas?
El primer problema reside en que la fidelidad hist¨®rica tiene un l¨ªmite porque nuestros conocimientos sobre el pasado son siempre fragmentarios: no lo sabemos todo y nunca llegaremos a saberlo (Pompeya es la ciudad m¨¢s excavada de la antig¨¹edad pero no sabemos d¨®nde estaba el puerto por ejemplo). Aunque dispongamos de much¨ªsimos datos literarios y arqueol¨®gicos, como en el caso de la Roma antigua, los huecos siguen siendo grandes. El historiador segoviano N¨¦stor F. Marqu¨¦s, que acaba de publicar Un a?o en la antigua Roma (Espasa), un interesante y entretenido ensayo lleno de detalles sobre la vida cotidiana romana, explica que, por ejemplo, no tenemos muy claro c¨®mo se ped¨ªa la vida o la muerte para un gladiador, pero el gesto del pulgar arriba o abajo es una invenci¨®n del pintor decimon¨®nico franc¨¦s Jean-L¨¦on G¨¦r?me. Su cuadro, Pollice Verso, de 1872, inspir¨® tanto Ben Hur como Gladiator pero desde una interpretaci¨®n muy libre de lo que ocurr¨ªa en un anfiteatro.
M¨¢ximo D¨¦cimo Meridio, un nombre falso
"Gladiator (2000) es una pel¨ªcula muy buena, aunque se salta la historia una y otra vez. Por ejemplo, Marco Aurelio no fue asesinado por su hijo C¨®modo, sino que muri¨® de peste", explica Marqu¨¦s, que se?ala un error que arruinar¨ªa la escena m¨¢s famosa del filme, cuando el general-gladiador le espeta desafiante al emperador: "Mi nombre es M¨¢ximo D¨¦cimo Meridio, comandante de los Ej¨¦rcitos del Norte, General de las Legiones F¨¦lix, leal sirviente del ¨²nico emperador Marco Aurelio. Padre de un hijo asesinado, esposo de una esposa asesinada, y juro que me vengar¨¦ en esta vida o en la otra". En realidad, como se?ala Marqu¨¦s, ning¨²n romano se podr¨ªa llamar M¨¢ximo D¨¦cimo Meridio porque se respetaban siempre unas normas muy estrictas para los nombres. Exist¨ªan tres nombres, praenomen, nomen y cognomen, y el primero nunca hubiese podido ser M¨¢ximo ya que s¨®lo pod¨ªan elegir entre 18. Curiosamente, uno de ellos era D¨¦cimo.
Se trata de errores que se podr¨ªan arreglar s¨®lo con tener Google a mano, pero, claro, M¨¢ximo D¨¦cimo Meridio suena muy bien. Entre los que m¨¢s irritan a Marqu¨¦s, que mantiene una cuenta de Twitter llamada Antigua Roma al d¨ªa, est¨¢ llamar emperador a Julio C¨¦sar, t¨ªtulo que nunca ostent¨®, y la aparici¨®n de estribos en los caballos, algo inexistente en Roma.
Muchos expertos eligen Roma (2005), la serie de la HBO creada por John Milius, William J. MacDonald, y Bruno Heller, como el trabajo cinematogr¨¢fico que mejor describe c¨®mo pudo ser aquel momento de la antig¨¹edad, sobre todo el ambiente y las calles de lo que entonces era la ciudad m¨¢s poblada del mundo.
El maestro Fellini
Para otros, sin embargo, una pel¨ªcula que no se suele poner en Semana Santa es la obra maestra del cine de romanos: se trata de Satiric¨®n (1969), de Federico Fellini, una adaptaci¨®n de la novela de Petronio, del siglo I. Jon Solomon explica que el maestro italiano estudi¨® el cl¨¢sico de Jer?me Carcopino La vida cotidiana de Roma en el apogeo del Imperio (desgraciadamente descatalogado en castellano), as¨ª como los frescos de Pompeya y Herculano, adem¨¢s de la obra del propio Petronio (de la que solo se conservan 3 de un total de 20 cap¨ªtulos), aunque precisa que siempre introduce "comentarios o modificaciones personales". El resultado es hipn¨®tico, porque logra trasladar a los espectadores a otro mundo remoto.
La escena que mejor refleja la dificultad para rodar cine hist¨®rico aparece tambi¨¦n en Fellini, en otra pel¨ªcula, Roma, cuando los trabajadores del metro encuentran una villa romana llena de frescos. Cuando abren un hueco para acceder a ella, las pinturas desaparecen en cuesti¨®n de minutos ante su mirada. El pasado siempre se desvanece as¨ª cuando tratamos de acercarnos a ¨¦l. La ¨²nica manera de fijarlo es hacer trampas: siempre ser¨¢n necesarias para construir una buena pel¨ªcula.
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