Escritura autom¨¢tica

Robinson Crusoe es tanto el h¨¦roe como el narrador de su historia, recuerdan David Herman, Manfred Jahn y Marie-Laure Ryan; en obras posteriores en las que se emplea lo que com¨²nmente se denomina la ¡°primera persona¡±, las cosas, sin embargo, no resultan tan claras, y V¨¦rtigo (como El opoponax, de Monique Wittig; Sab¨¢tico, de John Barth, y otros ejemplos de narrativa posmoderna) vuelve a proponer todas las viejas preguntas acerca de qui¨¦n o qu¨¦ es el origen de la narraci¨®n, qu¨¦ limitaciones impone a su relato la parcialidad de su ¡°punto de vista¡±, cu¨¢les son las razones por las que habla y ante qui¨¦n lo hace, qu¨¦ cosa es (en ¨²ltima instancia) el ¡°yo¡± que habita el relato.

Joanna Walsh naci¨® en Reino Unido en 1970, es ilustradora, una figura ineludible en las redes sociales (es la creadora en Twitter del archiv¨ªstico y reivindicativo @read_women, por ejemplo) y la autora de libros desafiantemente singulares como Fractals (2013), Grow a Pair y Hotel (ambos de 2015), y Worlds from the Word¡¯s End (2017); a excepci¨®n de Hotel, todos ellos son colecciones de relatos, y tambi¨¦n lo es V¨¦rtigo (2016), aunque la continuidad aparente de la figura de su narrador (la ¡°primera persona¡± del p¨¢rrafo anterior) permite pensar en el libro como en una obra unitaria presidida por la voz de una mujer que observa a las parisienses que se api?an en Le Bon March¨¦ un d¨ªa de verano, atestigua la desidia de los camareros de un chiringuito en la playa y la impaciencia de un hombre que puede ser (o no) su pareja, visita un paisaje en ruinas habitado por otras mujeres en lo que parece un lugar de veraneo, espera con angustia que un ni?o regrese de la sala de operaciones, ve a su marido reflejado en las opiniones de sus amantes y desea recuperarlo, huye de varias fiestas, se mete en el mar porque ¡°no se puede hacer nada m¨¢s¡± en una playa, etc¨¦tera.

En la literatura de Walsh las cosas nunca se revelan por completo, ni la naturaleza de sus narradores, ni el sentido de la experiencia que narran y/o su localizaci¨®n precisa; por el contrario, el estilo es deliberadamente elusivo, una especie de escritura autom¨¢tica que de a ratos adquiere el aspecto de un poema en prosa o de un soliloquio precipitado, a veces dirigido a una segunda persona. ¡°El v¨¦rtigo es la sensaci¨®n de que, si me caigo, no caer¨¦ sobre la tierra, sino en el vac¨ªo¡±, afirma la narradora del relato que da nombre al volumen. Al igual que ella, las ¡°hero¨ªnas¡± y ¡°narradoras¡± de este libro son conscientes de que ¡°algo malo est¨¢ sucediendo¡±, pero no son capaces de verbalizarlo.

V¨¦rtigo se plantea la dificultad inherente al hecho de afirmar qu¨¦ es ese ¡°algo¡± al tiempo que est¨¢ sucediendo. Walsh y su libro destacan en el marco de una literatura anglosajona presidida por la aceptaci¨®n pr¨¢cticamente universal de los imperativos de claridad y concisi¨®n de las escuelas de escritura creativa; no es un m¨¦rito menor, pero el lector se pregunta cu¨¢nto mejor hubiera sido este (buen) libro de haber sabido su autora qui¨¦n y por qu¨¦ ¡°habla¡± en estos relatos y/o si hubiese recurrido en ellos al equilibrio entre opacidad y transparencia, entre digresi¨®n y sentido de prop¨®sito, que preside su (excelente) ensayismo para publicaciones como The Guardian y Granta.

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Autor: Joanna Walsh.

Editorial: Perif¨¦rica (2018).

Formato: tapa blanda (128 p¨¢ginas)

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