Un gran foco para sacar de la sombra a las directoras
La organizaci¨®n Women Make Movies, que lleva medio siglo en EE UU luchando por distribuir y producir filmes de creadoras, relata en Madrid su modelo
Empez¨® todo en el s¨®tano de una iglesia. Al fin y al cabo, para sacar adelante la idea de Ariel Dougherty y Sheila Paige hac¨ªa falta fe. Eso, y un cartel que colgaron. Se dirig¨ªa a ¡°muchachas, amas de casa, secretarias, azafatas¡± y les dec¨ªa que pod¨ªan ser directoras: ¡°?Venid y haced cine!¡±. Debra Zimmerman a¨²n conserva el cartel del taller que puso en marcha, all¨¢ por 1972, en el barrio obrero de Chelsea, en Nueva York, la organizaci¨®n Women Make Movies. De aquella iniciativa, lanzada por las dos fundadoras, salieron unos 40 cortos. Uno trataba sobre c¨®mo cortar un pollo; muchos hablaban de acoso y violencia dom¨¦stica. Temas que vuelven, m¨¢s de 40 a?os despu¨¦s, porque sus creadoras a¨²n los sufren. Pero, mientras la sociedad avanzaba a c¨¢mara lenta, Women Make Movies ha dado pasos agigantados: el organismo que ahora dirige Zimmerman es la principal distribuidora de cine filmado por mujeres de EE UU. Cuenta con m¨¢s de 500 filmes, de 400 creadoras, procedentes de unos 30 pa¨ªses.
La entidad, sin ¨¢nimo de lucro, est¨¢ volcada en distintos sectores de la cadena cinematogr¨¢fica. Su principal misi¨®n es distribuir pel¨ªculas de directoras de todo el mundo, sobre temas relacionados con las mujeres, en circuitos m¨¢s all¨¢ de los comerciales: bibliotecas, hospitales, museos, escuelas o prisiones. Pero tambi¨¦n colaboran en la producci¨®n, con un programa que ayuda a las cineastas a recaudar fondos para sus filmes ¡ªnunca los financia directamente¡ª. De ello Zimmerman habl¨® el jueves en Madrid, en una charla en el festival Cine por Mujeres.
Voluntaria
¡°No queremos ser la organizaci¨®n cinematogr¨¢fica para la comunidad de mujeres, sino la organizaci¨®n de mujeres para la comunidad cinematogr¨¢fica¡±, resume a EL PA?S. Estaba en la universidad cuando descubri¨® Women Make Movies: acudi¨® a una proyecci¨®n y, por primera vez, se encontr¨® rodeada de mujeres asistiendo a un filme de otra. Se mud¨® a Nueva York y se pas¨® tres meses parando cada d¨ªa su bicicleta ante la organizaci¨®n, sin el valor para tocar a la puerta y ofrecerse como becaria. Al fin lo hizo. Una d¨¦cada despu¨¦s era directora ejecutiva. Y en ello sigue. ¡°Cuando empec¨¦ pod¨ªas contar la cantidad de cineastas que estrenaba una obra cada a?o. Hoy es imposible¡±, sonr¨ªe.
Sin embargo, las cifras no dan muchas m¨¢s alegr¨ªas. En la ¨²ltima d¨¦cada, en EE UU, las mujeres dirigieron el 4% de los 1.100 filmes m¨¢s taquilleros, seg¨²n un estudio de la universidad de California del Sur. Solo ocupan el 23,6% de los puestos de responsabilidad y protagonizan una de cada cuatro pel¨ªculas. Mientras el cine independiente s¨ª tiende a una acogida paritaria, el de Hollywood, salvo excepciones como Wonder Woman de Patty Jenkins, sigue a lo suyo. ¡°Es triste, los n¨²meros no han cambiado¡±, admite Zimmerman. Si no, Women Make Movies no existir¨ªa. Su directora admite que la organizaci¨®n estar¨ªa encantada de cerrarse el d¨ªa en que ya no haga falta.
Pero el momento queda lejos. ¡°Se suele decir: ¡®Si lo ves, puedes serlo¡¯. Es un c¨ªrculo vicioso: no circulan pel¨ªculas dirigidas por mujeres, as¨ª que ni cunden su mirada y perspectiva sobre el mundo ni las chicas piensan en hacerse cineastas¡±, asevera Zimmerman. Y agrega que el problema se contagia por toda la cadena f¨ªlmica: son hombres los grandes productores, los programadores de festivales y el 80% de los cr¨ªticos.
Ante ello, Women Make Movies ofrece un trampol¨ªn. En los ¨²ltimos tiempos ha conseguido m¨¢s de seis millones para financiar filmes y logra distribuir unos 25 al a?o, de los 700 que lo solicitan. Muchos proceden de Am¨¦rica Latina. ¡°Escogemos las obras que nos impresionen visualmente o por su historia, que tengan una mirada feminista¡±, dice Zimmerman. Se centran sobre todo en documentales, obras independientes y experimentales y estrenos al margen de las salas. El presupuesto no da para m¨¢s, aunque Zimmerman querr¨ªa empezar tambi¨¦n a promover encuentros entre directoras y productoras.
Aun as¨ª, tiene hitos para presumir: exhibieron su cat¨¢logo durante seis semanas en el MoMA; contribuyeron a levantar CitizenFour, el oscarizada documental de Laura Poitras con Edward Snowden, o Strong Island, primer documental de una transexual negra en optar al Oscar; colaboraron en la ¨®pera prima de Dee Reese, hoy conocida por Mudbound. Y sus obras aparecen casi cada a?o en los festivales de Sundance y Tribecca.
Pero la historia que m¨¢s enorgullece a Zimmerman es otra: la del documental The Greatest Silence: Rape in the Congo, de Lisa F. Jackson. El filme, de 2007, denunciaba las violaciones como arma de guerra en el pa¨ªs africano, antes de que saltaran a los medios. ¡°En una proyecci¨®n lo vio la esposa del embajador de EE UU ante la ONU. Se lo ense?¨® a su marido, que se qued¨® tan impactado que present¨® una resoluci¨®n, ante el Consejo de Seguridad, para proteger a las v¨ªctimas de esos cr¨ªmenes en el Congo¡±, recuerda Zimmerman. Poder del cine. Y de la directora que lo film¨®.
"El #MeToo es fant¨¢stico"
"El #MeToo es un movimiento fant¨¢stico y muy bienvenido", defiende Debra Zimmerman. La directora ejecutiva de Women Make Movies matiza que "cada cinco a?os en Hollywood dicen que es el a?o de las mujeres y luego no pasa nada", pero que esta ocasi¨®n le parece distinta: "Se est¨¢n produciendo consecuencias. El #MeToo ha ayudado a que 'feminismo' ya se considere una buena palabra. Hasta hay mujeres en los campos de refugiados que salen a decir: 'Yo tambi¨¦n".
La chispa del movimiento fueron las decenas de denuncias de abusos y acoso por parte de las v¨ªctimas del todopoderoso productor Harvey Weinstein. Zimmerman coincidi¨® en varias ocasiones con ¨¦l. "No ese tipo de encuentros", aclara enseguida. Una vez, acudi¨® a saludar a Tilda Swinton, que estaba junto al magnate. "?Eres la reina de todas nosotras!", le dijo la actriz.
Aunque la primera vez que coincidi¨® con Weinstein fue en una proyecci¨®n de la pel¨ªcula Chicas de Nueva York, de Lizzie Borden, sobre el d¨ªa a d¨ªa de varias prostitutas. "Era la primera obra que produc¨ªa Miramax. Ver todo esto desde la perspectiva de hoy es, cuando menos, interesante".
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