La voz de la primavera ¨¢rabe quiere volver a sonar en su tierra
La cantante Emel Mathlouthi recorre medio mundo con sus canciones, pero lamenta no tener m¨¢s visibilidad en el T¨²nez posrevolucionario
Su nombre significa ¡°esperanza¡± en ¨¢rabe. Ese mismo sentimiento que Emel Mathlouthi (T¨²nez, 1982) supo transmitir a la juventud tunecina anhelante por reconquistar la libertad perdida bajo el r¨¦gimen de Ben Ali. La canci¨®n Kelmti Horra (Mi palabra es libre), interpretada de forma espont¨¢nea durante las protestas de la Revoluci¨®n de los Jazmines en 2011, dio la vuelta al mundo convirti¨¦ndola en ¡°la voz de la primavera ¨¢rabe¡±. Siete a?os despu¨¦s, las composiciones de la artista, principalmente en ¨¢rabe y con influencias que van de la canci¨®n protesta al heavy metal pasando por el trip-hop, escapan a cualquier intento de clasificaci¨®n. Mezcla de ritmos electr¨®nicos y de instrumentos tradicionales tunecinos, la m¨²sica de Mathlouthi es libre y su af¨¢n por experimentar y reinventarse es constante. Sus vibrantes letras se escuchan hoy en los escenarios de medio mundo, pero lamenta no tener m¨¢s visibilidad en su pa¨ªs, donde solo ha actuado una vez en los ¨²ltimos seis a?os.
¡°Prefiero guardar una relaci¨®n intacta con T¨²nez. A veces estoy enfadada y a veces no. Quedan muchas cosas por hacer¡±, explica Mathlouthi de paso en Madrid en el marco de una gira internacional. La artista de 35 a?os afincada en Nueva York vive en sus carnes el dicho de que nadie es profeta en su tierra. Siente que sus creaciones siguen sin ser aceptadas por las autoridades, pero se consuela con la admiraci¨®n que le profesan muchos compatriotas: ¡°Me respetan mucho y aunque me gustar¨ªa hacer giras y que pusieran mis canciones en la radio, saber que cuento con el apoyo de mi gente es fundamental¡±, confiesa la artista que dice llegar a los tunecinos a trav¨¦s de las redes sociales.
El Ministerio de Cultura y la emisora p¨²blica Radio T¨²nez Canal Internacional (RTCI) aseguran que sus canciones suenan ¡°con frecuencia¡± en RTCI e insisten en que Mathlouthi fue invitada en 2017 a uno de los festivales ¡°m¨¢s importantes¡± de la escena musical tunecina. Ambos alegan que la poca visibilidad de la cantante se debe sobre todo a su alejamiento geogr¨¢fico. ¡°Como no vive aqu¨ª¡±, explica Hatem Bourial, productor de RTCI, ¡°no tiene un gran p¨²blico y si no suena en otras radios es por razones editoriales, no pol¨ªticas¡±.
Sin embargo, el pasado verano fue el clamor popular el que precisamente forz¨® a reponer el nombre de la cantautora en el cartel del Festival Internacional de la ciudad de Cartago, que previamente hab¨ªa cancelado su actuaci¨®n. Entonces Mathlouthi, que llevaba cinco a?os sin cantar en T¨²nez, denunci¨® p¨²blicamente el ¡°boicot¡± y las ¡°barreras invisibles¡± que le imped¨ªan conectar con su audiencia y se sinti¨® traicionada por no recibir el reconocimiento de la naci¨®n que represent¨® en la ceremonia de los premios Nobel de La Paz de 2015, cuando el galard¨®n recay¨® en cuatro organizaciones de la sociedad civil tunecina. ¡°Estoy harta de que se quiera hacer creer que boicoteo a T¨²nez y que act¨²o en todas partes salvo en mi pa¨ªs por elecci¨®n propia. ?Por qu¨¦ siempre tienen que hacernos sentir que no somos bienvenidos en nuestro propio pa¨ªs? Seis a?os despu¨¦s de la revoluci¨®n, las ideas tienen que poder tener derecho a nacer e inspirar a los dem¨¢s. Pido justicia¡±, escribi¨® en un comunicado publicado en Facebook.
¡°Muchos artistas lo intentan, pero todo sigue siendo muy opaco y dif¨ªcil. Quiz¨¢ hayan 10.000 Britney Spears, pero no podr¨ªan ir a ninguna parte¡±
La joven tunecina, que floreci¨® como int¨¦rprete en la adolescencia con un grupo de heavy metal en un circuito underground de peque?os festivales y teatros, conoce bien las limitaciones a las que se enfrentan los que quieren romper con las tradiciones. ¡°No hab¨ªa estructuras para producir o apoyar el tipo de m¨²sica que hac¨ªamos, ya sea debido al tipo de letras o por salirnos del canon [de la m¨²sica tradicional ¨¢rabe]¡±, recuerda la int¨¦rprete que lamenta la persistencia de dificultades que a¨²n encuentran muchos artistas tunecinos: ¡°Muchos lo intentan, pero todo sigue siendo muy opaco y dif¨ªcil. Quiz¨¢ haya 10.000 Britney Spears, pero no podr¨ªan ir a ninguna parte¡±.
Las trabas, sin embargo, no han conseguido frenar la carrera de una cantante que, bajo la influencia de Joan Baez, Elisa Serna o el egipcio Sheikh Imam, nunca ha temido romper esquemas. En Ensen (Humanos) (2017), su ¨²ltimo ¨¢lbum bendecido por la cr¨ªtica internacional, Mathlouthi encontr¨® en la electr¨®nica la libertad creativa que siempre ha perseguido: ¡°Este g¨¦nero te da posibilidades infinitas¡±, explica, ¡°c¨®mo un qu¨ªmico que estar¨ªa en un laboratorio buscando f¨®rmulas para hacer algo que tenga una relevancia y sea diferente¡±. El disco, un aut¨¦ntico ovni musical producido por Valgeir Sigur?sson (Bjork, Sigur R¨®s), mezcla sonidos grabados a partir de instrumentos tradicionales tunecinos como el bendir (percusi¨®n) o el la¨²d (guitarra) con los ritmos contundentes de los sintetizadores.
La artista es consciente de que se ha alejado de un primer ¨¢lbum, Kelmti Horra (2012), concebido con un sentido de responsabilidad hacia su pa¨ªs. En las nuevas composiciones ha hecho de su canto a la libertad un tema m¨¢s universal, tras viajar a pa¨ªses como Kurdist¨¢n, Irak, Ir¨¢n o Egipto. ¡°He conocido personas, audiencias y culturas muy diferentes que han contribuido a moldear mi arte y a abrir mi mensaje¡±, cuenta Mathlouthi que se define ante todo como una ¡°militante de la empat¨ªa¡±. Un sentimiento que la ha llevado a abordar temas como la discriminaci¨®n que sufre el colectivo LGBTI o el drama de los refugiados e incluso a participar en el valiente y premiado documental del director iran¨ª Ayat Najafi, No land?s song (2014), en el que junto a otras cantantes intenta montar un concierto de mujeres en Teher¨¢n pese a la prohibici¨®n.
En escena, la fascinaci¨®n que ejerce la carism¨¢tica int¨¦rprete sobre el p¨²blico es palpable. La barrera del idioma desaparece abriendo paso a la pura emoci¨®n. Durante su actuaci¨®n en el festival Ellas Crean, entre una audiencia hechizada por su suave y poderosa voz, m¨¢s de una persona acab¨® derramando l¨¢grimas ante una m¨²sica que su creadora concibe como una ¡°ascensi¨®n a los cielos¡±.
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Autor: Emel Mathlouthi
Destacamos: Su discograf¨ªa desde su primer disco ?Kelmti horra? (2012) hasta su ¨²ltimo disco ?Ensenity? (2018)
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