Julita, su castillo y la v¨¦rtebra de su abuela llegan a la tele

Dej¨® que su hijo, el actor Gustavo Salmer¨®n, grabara su original forma de ver la muerte (y la vida) durante 14 a?os. El resultado es Muchos hijos, un mono y un castillo, un documental que, adem¨¢s de ser un esfuerzo tit¨¢nico de la edici¨®n, desborda humor y ternura.

Las antol¨®gicas reacciones de Julita a los vaivenes que le ha deparado la vida han arrancado horas de carcajadas al p¨²blico y han llevado a madre e hijo al escenario de los Goya 2018, donde recogieron el premio al mejor documental. Ahora, la pel¨ªcula, cuyo t¨ªtulo hace referencia a los deseos cumplidos de su octogenaria protagonista, puede verse en Movistar+ y Filmin.

¡°Me da terror eso de que salga mi vida en la tele. Porque me va a ver todo el mundo y me da un poco de verg¨¹enza. En el cine me da igual, porque veo los comentarios que hacen los espectadores. Pero en la tele no s¨¦ qui¨¦n va a verlo ni c¨®mo va a reaccionar¡±, cuenta a EL PA?S Julita Salmer¨®n con su l¨®gica personal, como si hubiera asistido a todas las proyecciones que la pel¨ªcula ha tenido en una veintena de pa¨ªses.

Naci¨® en 1935 ¡ª¡°?Vaya un a?o para nacer!¡±, exclama¡ª y perdi¨® a su abuela en la guerra. Se enamor¨® a primera vista en los 50, se cas¨® y tuvo seis hijos. Se convirti¨® en millonaria al recibir una herencia y, por culpa de la crisis, se qued¨® sin el castillo en el que hab¨ªa depositado buena parte del dinero. ¡°Pero ahora tengo 12 nietos. Lo de tener propiedades es una cosa de juventud¡±, dice en su casa de Madrid.

Vive rodeada de las antig¨¹edades que se llev¨® del castillo, como una armadura y un esqueleto, al que llama Miguelito y que dice que le asusta cuando se levanta por las noches a beber agua. Y un bel¨¦n al aire libre que permanece expuesto casi todo el a?o.

Una de esas propiedades es la v¨¦rtebra de su abuela asesinada, de lo poco que pudo conservar de ella, que se ha convertido en legando familiar de generaci¨®n en generaci¨®n. Sus hijos, impactados por la ocurrencia, se pasan los 90 minutos del metraje intentado descubrir d¨®nde est¨¢ guardado el surrealista s¨ªmbolo de su particular memoria hist¨®rica. Porque la historia de Julita Salmer¨®n es la historia de Espa?a, aunque vista desde su prisma, algo ca¨®tico y vodevilesco.

A pesar de considerarse atea y antimon¨¢rquica, dice admirar a la reina Letizia, de la que cuenta que agarr¨® por la cintura el d¨ªa que se conocieron. ¡°Soy muy atrevida y digo lo que siento. Supongo que es algo que le gusta a la gente. Yo es que soy masona¡±, exclama, como hace ante su paciente marido en un momento de la pel¨ªcula.

Ella defiende que, a pesar de acumular demasiado, no tiene s¨ªndrome de Di¨®genes: ¡°Cada cosa que guardo lleva un recuerdo que me ha hecho feliz, y por tanto, tiene una raz¨®n de ser". Por eso sigue acumulando objetos pertenecientes a esta nueva etapa de su vida: dos hormigas de peluche que le regalaron en el programa de Pablo Motos y los extractos de varias rese?as positivas de la pel¨ªcula que aparecieron en la prensa, que ha enmarcado. La de Carlos Boyero viene incluso con la foto del cr¨ªtico.

De todas las propuestas como actriz que ha recibido en los ¨²ltimos meses, se decanta por la de convertirse en monologuista por propuesta de un amigo de la familia. Su marido no est¨¢ muy convencido, pero ella lo tiene claro. ¡°Si Julita dice que se hace, es que se hace¡±, comenta Antonio con resignaci¨®n y tambi¨¦n algo de orgullo.

¡°Estoy reviviendo. La felicidad que me da la gente, cuando me besa y me aprieta la mano, es algo que no hab¨ªa sentido nunca antes. Ese amor me hace m¨¢s joven. No est¨¢ mal que, a los 82 a?os, al final de la vida uno se sienta feliz. De haberlo sabido, me hubiese presentado para ser actriz cuando era joven. Pero todo hubiera salido mal, porque lo m¨¢s bonito es lo natural¡±, dice mirando al esqueleto Miguelito.