?Qu¨¦ bien se torea un carret¨®n!

El momento m¨¢s emocionante de la tarde lo protagoniz¨® un gran torero de plata, Curro Javier, que coloc¨® dos excelentes pares de banderillas al cuarto de la tarde. Tras el segundo, arriesgad¨ªsimo y asom¨¢ndose literalmente al balc¨®n en un palmo de terreno, sali¨® trastabillado y enganchado, despu¨¦s, por el toro que le raj¨® la taleguilla y le propin¨® un varetazo en la regi¨®n lumbar izquierda. La plaza, puesta en pie, estall¨® en una atronadora ovaci¨®n al tiempo que son¨® la m¨²sica para homenajear al valiente torero. Fue un instante, pero solo por vivir momentos as¨ª merece la pena ser aficionado.

Las dos horas y tres cuartos restantes fueron otro cantar.

?Qu¨¦ bien, con qu¨¦ gusto y tranquilidad se torea un carret¨®n! ?Qu¨¦ bonitos, qu¨¦ f¨¢ciles y qu¨¦ sosos resultan los muletazos! Pero la gente los aplaude, se?al de que les satisface. Pero eso no es el toreo. El toreo exige, en primer lugar, un toro, y lo que se ha lidiado este viernes en La Maestranza han sido novilletes sin presencia, sin fortaleza, sin bravura y con exceso de sosa nobleza. Una burla, vamos..

Y por all¨ª andaban tres figuras de hoy, de las que exigen estos animales con alma de borregos, haciendo de tripas coraz¨®n para salvar los muebles de un desastre anunciado para todos menos para ellos, por lo visto.

Talavante cort¨® una oreja al quinto de la tarde, un torete dulz¨®n al que mulete¨® como si estuviera en el sal¨®n de su casa. Algunos compases por ambas manos fueron est¨¦ticamente vistosos, pero vac¨ªos de emoci¨®n. Y la plaza aplaud¨ªa como si estuviera presenciando la faena del a?o.

Y se acab¨®. Otro toro tonto le toc¨® en segundo lugar, otro carret¨®n, una perita en dulce, y lo mulete¨® sin gracia ni convencimiento en la b¨²squeda constante del pase bonito en vez de torear.

Perera no tuvo su tarde. Un muerto en vida, chiquit¨ªn, sin clase, amorfo y tullido, lidi¨® en primer lugar, y otro novillete blandurr¨®n en cuarto, y con ninguno dijo nada.

Roca Rey ven¨ªa con ganas, pero ninguna ten¨ªa el rajado sobrero que hizo tercero, el mejor presentado de la tarde, pero el m¨¢s cobarde. Y otro del mismo tenor el sexto.

En fin, que no se quejen ni Perera, ni Talavante ni Roca. Estos son los toros que eligen ellos, con los que se enga?an a s¨ª mismos y a los dem¨¢s. Claro, que si el p¨²blico aplaude los pases a un carret¨®n¡­

Y cuatro notas finales:

1.- Si a Javier Ambel, Guillermo Barbero, Juan Jos¨¦ Dom¨ªnguez y Paco Algaba los hacen saludar tras correctos pares de banderillas, a Curro Javier habr¨ªa que sacarlo por la Puerta del Pr¨ªncipe.

2.- ?Por qu¨¦ el torilero espera la se?al del jefe de los areneros y del matador de turno para abrir la puerta? ?El que manda no es el presidente?

3.- Perera brind¨® al p¨²blico el inv¨¢lido primero. ?Qu¨¦ le vio?

4.- Tres figuras y no se colg¨® el ¡®no hay billetes¡¯. ?Peligro!