Excentricidades del toro/torero artista
Tarde de aburrimiento ante una corrida noble, sosa y muy blanda de Juan Pedro Domecq
Domecq / Ponce, Manzanares, Mar¨ªn
Toros de Juan Pedro Domecq ¡ªel sexto como segundo sobrero¡ª correctos de presentaci¨®n, muy blandos, nobles y descastados.
Enrique Ponce: metisaca, pinchazo hondo ¡ªaviso¡ª (silencio); pinchazo hondo y tendido, descabello ¡ªaviso¡ª y dos descabellos (ovaci¨®n).
Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares: gran estocada (oreja); cinco pinchazos ¡ªaviso¡ª pinchazo hondo, un descabello y el toro se echa (silencio).
Gin¨¦s Mar¨ªn: pinchazo y casi entera (ovaci¨®n); estocada (silencio).
Plaza de la Maestranza. Und¨¦cima corrida de la Feria de Abril. 20 de abril. Lleno de no hay billetes.
El dato curioso lo ofrece el portal datoros.com: la diferencia de edad entre Enrique Ponce y Gin¨¦s Mar¨ªn es de 25 a?os, tres meses y veinte d¨ªas, de modo que cuando naci¨® el m¨¢s joven, el veterano llevaba siete a?os como matador de toros. O sea, que Mar¨ªn es un beb¨¦ de cuna y Ponce un abuelete; o alguna otra explicaci¨®n habr¨¢ a una estad¨ªstica tan sorprendente.
Y la hay. Si Enrique Ponce sigue anunci¨¢ndose con este tipo de toros y cuenta con el apoyo de un p¨²blico tan generoso como el sevillano, puede seguir en activo veinte a?os m¨¢s.
Lo suyo, indudablemente, es la excentricidad de un artista, maestro reconocido y pesado prestigioso, pues nunca encuentra el momento adecuado para poner fin a su labor de enfermer¨ªa. Hoy, viernes, ha vuelto a escuchar un aviso en cada toro ¡ªmelod¨ªa poncista donde las haya¡ª ante dos ejemplares muertos en vida. Intent¨® agradar con un par de ver¨®nicas estimables y con una labor cansina y de aburrimiento solemne ante su primero, soso y apagado. Pero el torero insist¨ªa una y otra vez, y mientras unos le recriminaban su est¨¦ril esfuerzo, muchos aplaud¨ªan el pase de pecho que pon¨ªa fin a una pretendida tanda que nunca existi¨®. El cuarto era una piltrafa de toro, pero Ponce no se desanima ante situaciones tan poco edificantes, y volvi¨® a las andadas de dar pases a un moribundo. Antes de acabar escuch¨® su aviso reglamentario, y unas cuantas palmas las recogi¨® en el tercio y hasta el a?o que viene.
Exc¨¦ntricos, tambi¨¦n, los toros. Cumplidores todos ellos en los caballos, aunque ninguno fue picado. Todos demostraron su condici¨®n de artistas, pero a ninguno le qued¨® fortaleza para expresar sus cualidades en el tercio final. Blandos, muy blandos, bonancibles y mortecinos, y al final, la traca: el sexto se devuelve por inv¨¢lido, sigue el mismo camino y por id¨¦ntica raz¨®n el primer sobrero, y el segundo, tambi¨¦n tullido, se qued¨® porque el reloj pasaba ya de las nueve de la noche.
?Manzanares es un artista? ?S¨ª? Pues exc¨¦ntrico tambi¨¦n. Le toc¨® en primer lugar el ¨²nico toro que embisti¨®, y con qu¨¦ dulzura, a la muleta, y pudo cortar las dos orejas, pero se conform¨® con una tras un estoconazo que puede ser el premio de la feria; minutos m¨¢s tarde, flaque¨® ante un birrioso animalucho y se erigi¨® en el pincha¨²vas del abono. Cosas de artista¡
Recibi¨® a su primero con unas suaves ver¨®nicas a paso de palio, pues ese era el br¨ªo del toro. Acudi¨® el animal con codicia al caballo y permiti¨® el lucimiento de los banderilleros. Lleg¨® a la muleta con calidad suprema y las fuerzas justas. Manzanares lo tore¨® con garbo y empaque ¡ªel p¨²blico siempre a su favor¡ª con dos buenos derechazos, primero, y una tanda de elegantes naturales despu¨¦s, y todo lo culmin¨® con un precioso cambio de manos hilvanado con un largu¨ªsimo y coreado pase de pecho. Un desarme r¨¢pido no desluci¨® otros muletazos con la mano derecha y airosos ayudados finales por alto y por bajo. Una faena bonita, pero no redonda, con algunos instantes muertos que impidieron el cl¨ªmax necesario. Un estoconazo hasta la bola anunciaba el premio de las dos orejas, pero el toro tard¨® un minuto en morir y todo qued¨® en un ap¨¦ndice. ?Por qu¨¦? Porque el torero se conform¨® con una faena aseada, y ese conformismo se transmite, no se sabe c¨®mo ni por qu¨¦, a los tendidos.
Pocas opciones tuvo Mar¨ªn. Buen¨ªsimas ver¨®nicas en un quite al segundo de la tarde. Elegancia, aroma, buen corte¡, y se acab¨®.
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