La edici¨®n de todos sus cuentos salda otra deuda con Luisa Carn¨¦s
Renacimiento edita 68 relatos de la gran narradora del 27 que cay¨® en el olvido en el exilio
Llov¨ªa, o hab¨ªa llovido, cuando la escritora Luisa Carn¨¦s volv¨ªa a su casa el 8 de marzo de 1964 despu¨¦s de haber pronunciado un discurso por el D¨ªa de la Mujer para la colonia espa?ola de exiliados en M¨¦xico. El coche se estrell¨® en la carretera y la obra literaria de esta madrile?a, contempor¨¢nea de los del 27, qued¨® sepultada en un olvido que ha durado d¨¦cadas. Los dos vol¨²menes con sus Cuentos Completos,que en unos d¨ªas publicar¨¢ Renacimiento, suponen un nuevo intento por acabar con ese silencio editorial. Dej¨® dicho Emily Dickinson que ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos en pie. A Luisa Carn¨¦s no le dio tiempo. Hija de un peluquero y de una madre dedicada a las tareas dom¨¦sticas, casi la mitad de sus 59 a?os de vida los pas¨® ara?ando unas pesetas a largas jornadas de explotaci¨®n laboral para tapar el hambre en su casa. Ten¨ªa varios hermanos y ella era la mayor.
?Trabaj¨® de sombrerera en un taller, primero aprendiz, luego oficiala, maestra; fue camarera en un sal¨®n de t¨¦, mecan¨®grafa. Oficios que apenas le daban opci¨®n entre comer un bollo caliente al paso por un escaparate y seguir caminando al trabajo o bien gastar los c¨¦ntimos en el autob¨²s para no llegar con los pies mojados. Su formaci¨®n reglada se limit¨® a unos cursos en un colegio de monjas. El resto, hasta alcanzar la maestr¨ªa que desprenden sus textos, se debe a su esfuerzo autoformativo: nunca dej¨® de leer ni de escribir, encontraba en ello desahogo.
A pesar de los pocos documentos y testimonios existentes,sus relatos ofrecen m¨²ltiples pistas de su biograf¨ªa. Tea rooms (mujeres obreras), su novela m¨¢s exitosa, publicada por Hoja de Lata, es una ventana a sus tiempos de dependienta en una cafeter¨ªa y De Barcelona a la Breta?a (Renacimiento) narra el viaje hasta Francia para embarcar hacia el exilio en 1939. Esta ¨²ltima editorial est¨¢ trabajando en varios textos que a¨²n no han visto la luz y presentar¨¢ los Cuentos Completos en la Feria del Libro de Sevilla.
Trabaj¨® de sombrerera en un taller, fue camarera en un sal¨®n de t¨¦, mecan¨®grafa...
Antonio Plaza es el profesor de historia, ahora jubilado, que ha perseguido durante a?os las se?ales interrumpidas de esta escritora y es el responsable de esta edici¨®n de sus Cuentos Completos. El primer volumen recoge 34 relatos de la ¨¦poca espa?ola, hasta 1939, y se titula Rojo y gris; el segundo, Donde brot¨® el laurel, re¨²ne otros 34 escritos o terminados en M¨¦xico, de 1940 hasta su muerte. Ese trayecto cronol¨®gico deja ver con transparencia el crecimiento formal de la escritora. Los primeros escritos est¨¢n marcados por el compromiso social y pol¨ªtico que siempre mantuvo Luisa Carn¨¦s. Tratan las terribles condiciones de los obreros, de las mujeres trabajadoras, de los ni?os, del mundo rural, de la guerra que destrozaba el pa¨ªs.
¡°La obra de Carn¨¦s tiene cuatro claves que se repiten siempre: el sentido social, con un objetivo pedag¨®gico que impele a pensar de modo cr¨ªtico e informado sobre la sociedad en la que se vive. En segundo lugar, la mujer como referencia principal; refiere las condiciones de vida de sus contempor¨¢neas y c¨®mo el trabajo y la cultura les franquear¨¢n el paso a la igualdad. A todo ello lleg¨® Luisa por su propia experiencia¡±, se?ala Plaza. En una de sus ficciones, escritas con apenas 19 o 20 a?os, se puede leer esta frase: ¡°Una criatura a la que le cupo la desgracia de ser mujer¡±. Siempre particip¨® en la lucha por los derechos de las mujeres, apoy¨® a Clara Campoamor en su denfensa del voto femenino, y en sus textos se aprecia la percepci¨®n extrema que manifestaba ante los comportamientos machistas de la ¨¦poca, que entonces proven¨ªan casi en igual medida de hombres y de mujeres. Cuando ocurre as¨ª, ellas no escapan tampoco a su cr¨ªtica. A esa actitud quiz¨¢ entonces no se le llamaba feminismo. A ojos de hoy se percibe con intensidad en toda su obra.
Se la coloca entre las mujeres modernas de la ¨¦poca, pero aquellas eran burguesas
¡°La tercera clave que podemos citar¡±, prosigue Plaza, ¡°es la atenci¨®n a la infancia. Los ni?os magullados, hu¨¦rfanos, explotados, hambrientos, los hijos de republicanos represaliados, las criaturas robadas¡± son recurrentes en su obra. ¡°Y, por ¨²ltimo, mencionar¨ªa la defensa de la legalidad republicana, que nunca abandon¨®, ni en Espa?a ni en M¨¦xico¡±.
Luisa Carn¨¦s no se code¨® con las mujeres intelectuales de su ¨¦poca. No tuvo contacto con Mar¨ªa Teresa Le¨®n, ni con Maruja Mallo, con Victoria Kent o Margarita Nelken. ¡°Se la coloca, es cierto, entre las mujeres modernas de la ¨¦poca, pero aquellas eran burguesas y Luisa de clase baja. Sin embargo, se la consider¨® la mejor narradora de finales de los a?os veinte y primeros treinta. As¨ª lo vio el cr¨ªtico Esteban Salazar Chapela, y no se equivoc¨®¡±, explica Francisca Montiel, profesora de la Aut¨®noma de Barcelona y miembro del Grupo de Estudios del Exilio Literario (Gexel) de esta universidad.
Con quien s¨ª mantuvo contacto fue con algunas famosas periodistas, como Josefina Carabias o la hermana de Margarita Nelken, Eva, que firmaba sus art¨ªculos como Magda Donato. El salto que permiti¨® a Carn¨¦s pasar de los oficios manuales a los intelectuales se lo proporcion¨® la Compa?¨ªa Iberoamericana de Publicaciones, CIAP, para la que trabaj¨® de mecan¨®grafa, donde le editaron sus primeras narrativas y le abrieron las puertas del periodismo. ¡°Fue una de las primeras reporteras de deportes, en As, y trabaj¨® en Ahora (a las ¨®rdenes del famoso periodista y escritor Manuel Chaves Nogales, que dirig¨ªa, de hecho, esta publicaci¨®n) y en Estampa, de la cadena Ribadeneyra. Del periodismo vivi¨® tambi¨¦n en M¨¦xico, aunque fue all¨ª donde un d¨ªa decidi¨® aparcarlo todo para entregarse a la literatura. No le dio tiempo a medir la estatura de su obra.
Afiliada al PCE y muy comprometida pol¨ªticamente a medida que avanzaba la guerra, se traslad¨® a Valencia con la redacci¨®n de Mundo Obrero, luego llamado Frente Rojo en su sede valenciana, bajo la ¨¦gida del partido. De all¨ª sali¨® para Barcelona empujada por los ¨²ltimos embistes franquistas. La Rep¨²blica organiz¨® el traslado a M¨¦xico de un pu?ado de notables intelectuales cuando los sublevados ya les pisaban los talones. En 1939, Luisa Carn¨¦s cruz¨® el Atl¨¢ntico en el Veendam junto a Josep Renau, Manuela Ballester, Paulino Masip, Rodolfo Halffter, Miguel Prieto y algunos otros. En la capital mexicana los esperaba Octavio Paz. Carn¨¦s se col¨® en ese viaje ¡°porque era amiga de un diplom¨¢tico mexicano a quien hab¨ªa confiado la guarda de su hijo por unos meses en Par¨ªs cuando las tropas fascistas asediaban Espa?a¡±. Parti¨® con el ni?o al exilio. En el barco a¨²n se la ve sonriente bajo un pa?uelo anudado al cuello, con el peque?o Ram¨®n. Ella no volvi¨® y su obra est¨¢ ahora saliendo del exilio.
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