La triste pel¨ªcula de la Espa?a sin cine
M¨¢s de un tercio de los ciudadanos residen en poblaciones sin salas. Localidades como M¨®stoles y Algeciras encabezan la lista de ciudades m¨¢s habitadas que carecen de pantallas

Varado como un barco mercante en mitad de un desierto, el centro comercial Dos de Mayo a?ora mejores tiempos. En una de sus plantas solo quedan un par de locales abiertos, y donde estuvo el cine Dos de Mayo, la sala de maquinarias del otrora rimbombante complejo, ahora sobrevive un gimnasio. Aquellas salas fueron el ¨²ltimo cine comercial que hubo en M¨®stoles.
Casi 700 kil¨®metros al sur, en una esquina de un local, sobre un cristal sucio, alg¨²n grafitero ha pintado dos palabras con un espray verde: ¡°La maravilla¡±. Cuesta entender a qu¨¦ encanto se refiere: en las vitrinas cercanas lucen un par de esv¨¢sticas y dos falos; en el interior, se atisba un carrito de la compra abandonado. Sin embargo, s¨ª hubo un tiempo en que la magia llenaba cada d¨ªa este local de Algeciras. ¡°Cuando echaron Titanic vino tanta gente que no cab¨ªa¡±, asegura Francisca G¨®mez Aguilar, de 64 a?os. El bar de al lado, que regenta junto con su hija, ah¨ª sigue. Las siete salas de Las Palomas, en cambio, pertecenen al pasado. Aunque pr¨¢cticamente todos los vecinos de Algeciras recuerdan su fin. Fue el d¨ªa en que perdieron el cine.?
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Han pasado m¨¢s de 13 a?os, tiempo suficiente para que un restaurante chino recogiera la ubicaci¨®n y la maldici¨®n de Las Palomas: su cartel a¨²n resiste, pero hace mucho que tambi¨¦n cerr¨®. De todos modos, los vecinos de M¨®stoles (206.589 habitantes) y de Algeciras (121.133) no est¨¢n solos en su orfandad cinematogr¨¢fica: 17,7 millones de espa?oles, m¨¢s de un tercio de la poblaci¨®n, viven en una localidad donde no hay cines fijos, seg¨²n un informe de AIMC (Asociaci¨®n para la Investigaci¨®n de Medios de Comunicaci¨®n). La estad¨ªstica se refiere en su aplastante mayor¨ªa a los municipios de menos de 50.000 habitantes. Hay, sin embargo, excepciones como, adem¨¢s de M¨®stoles y Algeciras, Parla?(125.898), Santa Coloma de Gramanet (117.597) o Avil¨¦s (79.514). La XIV Fiesta del Cine, que desde hoy lunes reduce los precios a 2,90 euros durante tres d¨ªas, no les supone ninguna celebraci¨®n.
Tres d¨ªas a 2,90 euros
Hoy, en el arranque de la Fiesta del Cine, sus organizadores esperan mejores resultados que las precedentes celebradas en primavera (el evento se realiza cada seis meses e hist¨®ricamente han sido m¨¢s taquilleras las Fiestas oto?ales). Ah¨ª est¨¢n Vengadores: Infinity War, Campeones, Un lugar tranquilo, Mi querida cofrad¨ªa... Pero seguir¨¢ habiendo m¨¢s de 17 millones de espa?oles que no tendr¨¢n f¨¢cil su disfrute. Ni hoy ni los otros 364 d¨ªas del a?o.
¡°Cualquier ciudad tan grande deber¨ªa tener un cine¡±, defiende en Andaluc¨ªa Mar¨ªa L¨®pez, la hija de G¨®mez Aguilar. Pero a?os de crisis, econ¨®mica y de espectadores, han barrido en direcci¨®n contraria. Centenares de salas han desaparecido, mientras miles de espa?oles descubr¨ªan un nuevo requisito para acceder al s¨¦ptimo arte: el coche. Desde Algeciras o La L¨ªnea de la Concepci¨®n (63.278 habitantes), hay que conducir al menos 15 minutos hasta el multicine Ode¨®n, en un centro comercial en Los Barrios. A Josefa Mora?o Casado, de 69 a?os, solo le quedar¨ªa un autob¨²s muy dado a los retrasos: ¡°Cuando hab¨ªa salas en la ciudad, iba al menos dos veces al a?o. Ahora, ninguna¡±. En M¨®stoles la debacle se subsana con los cuatro complejos cinematogr¨¢ficos de sendas poblaciones colindantes: Alcorc¨®n, Fuenlabrada, Arroyomolinos y Getafe. "Pero esta es una ciudad joven, con much¨ªsimas familias con ni?os peque?os, habr¨ªa negocio", apunta Sandra Gonz¨¢lez, de 40 a?os, y con dos hijos. "O coges el coche o...". El autob¨²s deviene en locura. Al menos a los algecire?os les espera un regalo de Navidad: Cin¨¦polis, propietario de Yelmo, tiene previsto devolver en diciembre el cine a la ciudad. La cadena no contest¨® a este diario sobre la fecha de inauguraci¨®n y la programaci¨®n; pero el alcalde, Jos¨¦ Ignacio Landaluce, reitera que quiere el cine activo para finales del a?o. En M¨®stoles el Ayuntamiento intenta subsanar algo la carest¨ªa con sesiones en sus centros culturales; al igual que la Universidad, que apuesta por ciclos de autor.
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M¨®stoles y Algeciras est¨¢n hermanadas por m¨¢s detalles que las ejemplifican como situaci¨®n del cine en Espa?a. Sus salas cerraron el mismo a?o. En la poblaci¨®n andaluza, el 31 de enero de 2005, con La semilla de Chucky. En Madrid nadie recuerda la ¨²ltima proyecci¨®n. Como confirma Juan Ram¨®n Gom¨¦z Fabra, presidente de FECE, la patronal de los exhibidores: "La burbuja inmobiliaria multiplic¨® los centros comerciales, todos con cines debajo del brazo, y esos complejos acabaron con las salas peque?as. No va a haber una gran resurrecci¨®n, porque la rentabilidad de las salas es menor que la de otros negocios, como demuestra la Gran V¨ªa madrile?a. El futuro pasa, sobre todo en poblaciones peque?as, por salas que combinen proyecci¨®n de pel¨ªculas, ballet, ¨®pera, teatro e incluso paseos por museos. La proyeccion digital ha abaratado mucho los costes y acercado todos esos eventos. Aunque en las grandes poblaciones ya no habr¨¢ salas con una sola pantalla, el a?orado cine de barrio".
Las cifras reflejan aquel tsunami. Hace dos d¨¦cadas, flotaba por Espa?a un archipi¨¦lago de salas peque?as (de una a cuatro pantallas): en 1998, as¨ª eran ocho de cada 10. Los cines colosales, con 10 o m¨¢s pantallas, representaban el 2,5%. Hoy en d¨ªa, casi la mitad (44,8%) de las salas cuenta con al menos cinco; el min¨²sculo cine de barrio se est¨¢ quedando aplastado entre los gigantes de los centros comerciales. De paso, las programaciones m¨¢s cuidadas dejan espacio a la invasi¨®n de los taquillazos. Si M¨®stoles o Algeciras lloran la ausencia de salas, hay provincias como Cuenca o Segovia donde apenas queda un pu?ado. Y cin¨¦filos de decenas de capitales lamentan una oferta que rara vez va m¨¢s all¨¢ de los t¨ªtulos de Hollywood. La versi¨®n original re¨²ne a poco m¨¢s del 1% de los espectadores. Los oasis se limitan a Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla y Valencia, aunque iniciativas ciudadanas por toda Espa?a luchan por llenar ese vac¨ªo. En 2004, en Espa?a, hab¨ªa 101,3 pantallas de cine por cada mill¨®n de habitantes. Hoy, quedan 75,9, seg¨²n AIMC. Y eso que en la UE hay muchos casos peores: Espa?a tiene 12.946 vecinos por pantalla, el sexto mejor dato; la media continental es 15.047.

¡°Que haya ocho salas y todas proyecten pel¨ªculas comerciales es descorazonador. Igual, si es lo que hay, tampoco supone una pena tan grande que algunas desaparezcan¡±, plantea el actor Manolo Solo, quien naci¨® en Algeciras y conoce la frustraci¨®n de sus vecinos: ¡°Es jodido cuando antes ten¨ªan cuatro o cinco salas¡±. Muchos recuerdan sus nombres (¡°Magallanes, Baluarte, Terraza¡¡±) y qu¨¦ ha sido de ellas: una discoteca, un supermercado, un espacio desierto. En lugar de la barra en la que Sebasti¨¢n Porras ahora se apoya, tambi¨¦n hubo butacas. En 1996, ¨¦l mismo acudi¨®, de cr¨ªo, al entonces cine Lis a ver Twister. Con 35, trabaja justo en el restaurante que ocupa su sitio, La Posada de Mill¨¢n.
"?Claro que yo iba mucho a ver pel¨ªculas! A los multicines Iviasa", recuerda el actor y director Ra¨²l Ar¨¦valo, nacido en M¨®stoles. En la ciudad madrile?a cada cine nuevo mataba al precedente: al Estrella se lo comi¨® el Jaito, al Jaito los Iviasa -los primeros multisalas-, y a estos los Dos de Mayo. "Hab¨ªa mucha gente en las salas. Y recuerdo por ejemplo el exitazo de Titanic, que la vi en el Dos de Mayo", rememora el cineasta. Hoy de aquello quedan restaurantes, gimnasios y supermercados. "Mis padres siguen viviendo all¨ª. La ¨²ltima que han visto ha sido Campeones. Y s¨ª, cogieron el coche".
Gij¨®n sufre otro caso doloroso. Su festival de cine independiente, el FICX, ya ha cumplido 55 a?os convertido en referente europeo de la cinematograf¨ªa de autor. En noviembre, mes en el que se realiza, se llenan sus salas. Pero el resto del a?o la ciudad asturiana apenas alberga pocas proyecciones en VOS y, desde hace julio de 2015, no tiene cines en el centro urbano. Los antiguos ciclos de Cajastur, que supl¨ªan esa carencia en toda la Comunidad Aut¨®noma, tambi¨¦n desaparecieron. Para luchar contra ese vac¨ªo el festival ha puesto en marcha las sesiones FICX Plus para los fines de semana, que prolongan el esp¨ªritu del certamen. El director del FICX, Alejandro D¨ªaz Casta?o, cuenta: "Hemos tenido proyecciones con hasta 300 espectadores. Se nota que a la gente le duele la falta de oferta de otro tipo de cine¡±. Y apunta: ¡°Muchos asturianos se sienten hu¨¦rfanos en su cinefilia el resto de la temporada¡±.
Seg¨²n Antonio Dyaz, el proceso de defunci¨®n de salas es reversible. Este cineasta ha ideado, junto con otro socio, Film2, una plataforma que ayuda a cualquiera a convertirse en exhibidor. Ofrecen un cat¨¢logo de 200 cl¨¢sicos o filmes de autor al que quiera proyectarlos, ya sea en una biblioteca, un teatro o un bar. Los ¨²nicos requisitos son Internet, un precio m¨ªnimo de tres euros y vender un tercio del aforo previsto. Los ingresos se reparten entre la plataforma, el productor del filme y el exhibidor improvisado. ¡°Nuestro sistema llena el hueco entre el Kin¨¦polis y ver un filme en tu casa¡±, explica Dyaz. En un a?o y medio, han celebrado 300 proyecciones, desde el pueblo de Tocina hasta el centro de Barcelona o Le¨®n. Mientras buscan un socio internacional, sobreviven con un presupuesto ajustado, y una convicci¨®n: ¡°El cine es magia siempre¡±. Salvo cuando desaparece.
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