El ¡®Diccionario Biogr¨¢fico Espa?ol¡¯ se enmienda en la Red
La edici¨®n digital de la obra, supervisada por la historiadora Carmen Iglesias, corrige la pol¨¦mica entrada de Franco y ya lo califica de dictador Se mantienen algunas entradas controvertidas de la versi¨®n de papel de 2011
"Portentosa herramienta", "vacuna contra el olvido", "hito acad¨¦mico y tecnol¨®gico"... los calificativos ennoblecedores se han sucedido hoy, jueves, para describir la puesta de largo del Diccionario Biogr¨¢fico Electr¨®nico (DBE), obra de la Real Academia de la Historia (RAH), en un acto con la presencia de los reyes Felipe y Letizia en el palacio de El Pardo (Madrid). M¨¢s all¨¢ de la pompa y de una puesta en escena con direcci¨®n de Ernesto Caballero y dos presentadores, los actores Cayetana Guill¨¦n Cuervo y Fernando Cayo, el nuevo diccionario viene a corregir la edici¨®n en papel que origin¨® una tormenta hace siete a?os por algunas de sus definiciones. Sobre todo, por la de Francisco Franco, de quien no se mencionaba que fue un dictador. En la versi¨®n digital, que se puede consultar desde este mediod¨ªa (dbe.rah.es), se ha cambiado la entrada, que empieza as¨ª: "Franco Bahamonde, Francisco. Ferrol (La Coru?a), 4.XII.1892¡ªMadrid, 20.XI.1975. Jefe del Estado y dictador. [...] Anticomunista y conservador, progresivamente religioso (algo que no hab¨ªa sido en su juventud) y cada vez m¨¢s obsesionado por la masoner¨ªa, Franco pensaba en 1936 en una dictadura militar m¨¢s o menos larga basada en su jefatura personal, en un r¨¦gimen autoritario y unitario, sin autonom¨ªas regionales ni partidos pol¨ªticos ni sindicatos de clase, en un r¨¦gimen militar, 'espa?ol y cat¨®lico' (...)".
Esta? definici¨®n est¨¢ firmada por el historiador Juan Pablo Fusi, uno de los expertos del grupo que form¨® Carmen Iglesias, directora de la RAH, para modificar la versi¨®n de papel, de 50 tomos. Cuando esta vio la luz, en 2011, la marejada lleg¨® hasta el entonces ministro de Educaci¨®n, ?ngel Gabilondo, que forz¨® a la RAH a crear dicha comisi¨®n. La definici¨®n de Franco anterior era de Luis Su¨¢rez, experto en Historia Medieval muy cercano a la Fundaci¨®n Francisco Franco. En esa entrada se dec¨ªa del caudillo: "Mont¨® un r¨¦gimen autoritario, pero no totalitario, ya que las fuerzas pol¨ªticas que le apoyaban quedaron unificadas en un Movimiento y sometidas al Estado (...)".
Quiz¨¢s por lo ocurrido entonces, cuando Gonzalo Anes dirig¨ªa la RAH, Iglesias ha subrayado en su intervenci¨®n que este diccionario es "una obra por definici¨®n inacabable" y que no puede haber definiciones "lapidarias o simplistas" para sus 45.000 personajes, y "20.000 m¨¢s en preparaci¨®n" para su inclusi¨®n futura.? "Es un diccionario de referencia, no normativo, no se pretende un acuerdo absoluto en todas las biograf¨ªas", ha abundado sobre un trabajo que cuenta con la financiaci¨®n de la Fundaci¨®n La Caixa y Telef¨®nica.
La obra abarca 2.500 a?os de historia de Espa?a, desde el siglo VII a. C., con Argantonio, longevo rey de Tartesos, hasta Carmen Chac¨®n, ministra de Defensa con el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, fallecida en 2017, y para ponerla en pie han colaborado m¨¢s de 4.500 expertos y unas 500 instituciones. Este corpus posee un "¨¢mbito geogr¨¢fico mundial, con especial atenci¨®n a los territorios que, adem¨¢s de la Pen¨ªnsula, formaron parte de la Administraci¨®n espa?ola". De personajes con obra, como los literatos, se cita sus t¨ªtulos y bibliograf¨ªa. Otras opciones de b¨²squeda, como personas vinculadas al biografiado o de ocupaci¨®n similar, precisa de un registro de pago, con dos modalidades: mensual, por 9,99 euros, y anual, 99 euros.
Otro cambio con respecto al diccionario de papel? es que todas las entradas son de fallecidos. De nuevo, el objetivo parece sortear la pol¨¦mica como la que hubo con la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, cuya biograf¨ªa redact¨® un colaborador suyo.
El rey Felipe, que cerr¨® el acto, resalt¨® del diccionario su "actualizaci¨®n objetiva y rigurosa de los hombres y mujeres de la historia" y que "en ninguna otra lengua hay una obra as¨ª, de referencia para los investigadores". Don Felipe subray¨® el impulso que supone para la lengua espa?ola que exista una web de este calado. "En este diccionario est¨¢ nuestra identidad, con una mirada cr¨ªtica y abierta" y, de alguna manera, "todos los espa?oles est¨¢n presentes en ¨¦l".?
De un espa?ol del que tambi¨¦n se ha modificado su visi¨®n en el diccionario es un compa?ero de Franco en el golpe de Estado de 1936, el general Mola. Comienza as¨ª: "Mola Vidal, Emilio. Placetas (Cuba), 9.VII.1887¡ªAlcocero (Burgos), 3.VI.1937. Militar, organizador de la sublevaci¨®n militar de 1936. (...) Mola estaba adem¨¢s considerado como el m¨¢s intelectual de los militares que en 1936 encabezaron el golpe contra la Rep¨²blica. (...) Lo que se sabe es que Mola era, despu¨¦s de Franco, el m¨¢s importante de los generales 'nacionales', y la personalidad m¨¢s en¨¦rgica y fuerte de todos ellos. Hitler, por ejemplo, le ten¨ªa por el aut¨¦ntico cerebro del bando nacional (o eso coment¨® al conocer su muerte) [...]". Mientras que la anterior rezaba: ¡°Particip¨® en la sublevaci¨®n de Sanjurjo el 10 de agosto de 1932, por lo que se le separ¨® del servicio y pas¨® a la segunda reserva. Por entonces, falto de recursos, fabric¨® juguetes, escribi¨® cuentos para ni?os y un tratado de ajedrez sin ser jugador (¡).
Sin embargo, otras definiciones se?aladas en su momento no han sido modificadas, como la del fundador de la Legi¨®n, Jos¨¦ Mill¨¢n Astray, que mantiene su enunciado de 2011: "Mill¨¢n Astray y Terreros, Jos¨¦. La Coru?a, 5.VII.1879 ¨C Madrid, 1.I.1954. Militar, fundador del Tercio de Extranjeros. [...] Al estallar la Guerra Civil, Mill¨¢n Astray, en cuanto pudo, se traslad¨® a Espa?a poni¨¦ndose incondicionalmente a disposici¨®n de Franco. Con su cuerpo destrozado f¨ªsicamente, ya no val¨ªa para mandar fuerzas militares en el campo, pero realiz¨® una activa labor de propaganda, tanto del r¨¦gimen como para elevar la moral de las tropas en los frentes. Con su personalidad e impronta realiz¨® perfectamente estos cometidos". La entrada est¨¢ firmada por el comandante de Infanter¨ªa Manuel del Barrio Jala.
Tambi¨¦n llama la atenci¨®n la voz dedicada a otro general, Alfonso Armada, que se ha mantenido. De ¨¦l no se indica que fue cabecilla del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981: "Armada y Comyn, Alfonso. Marqu¨¦s de Santa Cruz de Rivadulla (IX). Madrid, 12.II.1920 ¨C 1.XII.2013. Militar. [...] Tras tomar posesi¨®n como 2.? jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito (12 de febrero de 1981), fue procesado por los sucesos del 23 de febrero de ese a?o y condenado a treinta a?os de prisi¨®n por el Tribunal Supremo, cesando en toda actividad militar". Est¨¢ firmada por el duque Hugo O'Donnell, que fue su yerno. Los promotores del DBE advierten de que "se actualizar¨¢n algunos textos ya incluidos".
M¨¢s all¨¢ del brillo o desdoro de personajes de la historia de Espa?a, el DBE incluye "la intrahistoria", las calladas vidas de personas que tambi¨¦n aportaron lo suyo de forma an¨®nima. Como la bilba¨ªna Mar¨ªa Goyri Goyri (1873-1954), la primera mujer que curs¨® una carrera en la Universidad de Madrid. Casada con Ram¨®n Men¨¦ndez-Pidal, a cuyos trabajos ella dedic¨® lo mejor de su tiempo y saber". Una mujer que vivi¨® "m¨¢s pendiente de los dem¨¢s que de ella misma".
B¨²squedas cruzadas
El director t¨¦cnico del Diccionario Biogr¨¢fico Electr¨®nico, Jaime Olmedo, demostr¨® con varios ejemplos la variedad y detalle al que puede llegar el buscador de esta nueva herramienta: se puede rastrear a los personajes por sexo, fecha, ocupaci¨®n, con varias palabras combinadas... todo ello permite, por ejemplo, saber cu¨¢ntas mujeres poetas isl¨¢micas hubo en los diez siglos de Edad Media, seis.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.