Muere Richard Pipes, pol¨¦mico y prestigioso investigador de la Revoluci¨®n Rusa
El catedr¨¢tico de Harvard, una de las m¨¢ximas autoridades sobre la URSS, fallece a los 94 a?os Durante la Guerra Fr¨ªa, fue acusado por sus cr¨ªticos de exacerbar la tensi¨®n
Richard Pipes, prestigioso catedr¨¢tico de la Universidad de Harvard especializado en la historia de Rusia falleci¨® el pasado jueves en una residencia de ancianos de Cambridge, Massachussetts, a los 94 a?os de edad. Sus trabajos sobre el r¨¦gimen bolchevique y la Revoluci¨®n Rusa, tan rigurosos y exhaustivos como pol¨¦micos ejercieron un influjo que trascendi¨® los c¨ªrculos meramente acad¨¦micos. Sus ideas, expuestas con elocuencia, erudici¨®n y un estilo claro y elegante estaban fuertemente sesgadas por su virulenta, casi irracional actitud de condena hacia los temas que estudiaba.
Pipes era un intelectual p¨²blico que influy¨® poderosamente en la pol¨ªtica seguida por la administraci¨®n norteamericana durante la Guerra Fr¨ªa. Nacido en Polonia en 1923 en el seno de una familia jud¨ªa, en 1939 huy¨® de la persecuci¨®n nazi, primero a Italia y despu¨¦s a Estados Unidos. En 1950 se doctor¨® por Harvard con una tesis sobre los or¨ªgenes de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
De los 25 libros de historia que public¨® uno de los m¨¢s influyentes fue Rusia bajo el antiguo r¨¦gimen (1974), exhaustivo an¨¢lisis del car¨¢cter ruso en el que examina seiscientos a?os de contig¨¹idades y continuidades hist¨®ricas que seg¨²n ¨¦l explican el posterior advenimiento de la Revoluci¨®n bolchevique y la instauraci¨®n de un r¨¦gimen de terror presidido por las figuras sucesivas de Lenin y Stalin, en quienes ve¨ªa la cristalizaci¨®n de una malignidad inherente a ciertos aspectos de la personalidad rusa.
Influido por sus tesis, en 1976, Gerald Ford le encarg¨® revisar las recomendaciones de la C.I.A., entonces dirigida por George H. W. Bush, sobre la pol¨ªtica a seguir para hacer frente a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, nombr¨¢ndolo coordinador de un equipo de expertos. Pipes concluy¨® que se hab¨ªa subestimado peligrosamente la amenaza impl¨ªcita que supon¨ªan los planes militares de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, argumento utilizado por Reagan en la campa?a electoral que lo llev¨® a la Presidencia. Una de sus tesis centrales era que los males de Rusia se derivaban del hecho de que no hab¨ªa sido capaz de superar una concepci¨®n patrimonial del estado, lo cual llev¨® a formas de poder como el ejercido por los zares, que adem¨¢s de ser la cabeza visible del estado eran due?os de la tierra y sus habitantes.
Seg¨²n Pipes hay algo en el car¨¢cter ruso que lleva a la entronizaci¨®n de figuras desp¨®ticas. En una entrevista concedida a este peri¨®dico unos meses antes de morir, declar¨®: ¡°Los rusos no soportan la debilidad. Nunca han tenido un estado coherente, y la ¨²nica manera de conseguirlo es instaurar l¨ªderes potentes. Todos los h¨¦roes de la historia rusa han sido personalidades fuertes: Iv¨¢n el Terrible, Pedro el Grande, Alejandro III, Stalin, y ahora Putin, un aut¨®crata que cuenta con la aprobaci¨®n del 85 % de la poblaci¨®n". La obra definitiva de Pipes es La Revoluci¨®n Rusa (1990), monumental estudio de un millar de p¨¢ginas en la que expone una visi¨®n devastadora de lo que supuso el advenimiento del bolchevismo. Preguntado por la huella de la revoluci¨®n de 1917 con motivo de su primer centenario respondi¨®, categ¨®rico: ¡°No hubo absolutamente nada positivo ni grandioso en aquel acontecimiento. El legado de la Revoluci¨®n son millones de cad¨¢veres. Arrastr¨® a la humanidad a la Segunda Guerra Mundial y llev¨® al establecimiento de un r¨¦gimen de terror sin precedentes.¡±
Sus opiniones lo hicieron acreedor a la animosidad de la izquierda, que lo acus¨® de exacerbar hasta la crispaci¨®n la Guerra Fr¨ªa, a lo que respondi¨® en sus memorias, publicadas en 2003: ¡°Es cuesti¨®n de ¨¦tica, el mal s¨®lo engendra formas cada vez m¨¢s siniestras de mal. Esto es algo que conviene tener en cuenta no s¨®lo para entender el pasado, sino para prevenir lo que pueda suceder en el futuro¡±.
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