Lluvioso y estancado rejoneo
Hermoso, Gal¨¢n y Lea Vicens cortaron una oreja cada uno a una noble corrida de El Capea
Lorenzo / Hermoso, Gal¨¢n, Vicens
Cuatro toros despuntados para rejoneo de Carmen Lorenzo y dos -5? y 6?- de El Capea, justos de presentaci¨®n, nobles y manejables.
Hermoso de Mendoza: pinchazo y rej¨®n trasero y ca¨ªdo (silencio); rej¨®n en lo alto (oreja).
Sergio Gal¨¢n: rej¨®n ca¨ªdo (oreja); pinchazo y rej¨®n bajo (ovaci¨®n tras petici¨®n).
Lea Vicens: pinchazo y rej¨®n trasero (ovaci¨®n); rej¨®n muy trasero (oreja).
Plaza de Las Ventas. Vig¨¦simo sexto festejo de la Feria de San Isidro. 2 de junio. Lleno (23.181 espectadores, seg¨²n la empresa).
Llovi¨® intensamente antes del comienzo del festejo, el piso de la plaza estaba encharcado, lo que no impidi¨® que la terna de rejoneadores hiciera el pase¨ªllo ante unos abarrotados tendidos deseosos de aplaudir a caballos y caballeros.
Dej¨® de llover hasta la lidia del tercero, y el aguacero arreci¨® cuando Lea Vicens finalizaba su primera actuaci¨®n. La cabellera recogida de la amazona lloraba empapada de agua, mientras los caballos asentaban las pezu?as para no perder la verticalidad. No dej¨® de llover hasta el final del festejo, aunque con menos intensidad.
Es un detalle de responsable torer¨ªa que los tres decidieran que continuara la lidia a pesar de los charcos y el barro que pusieron impracticable el ruedo de Las Ventas.
Agradecido el gesto, y en honor a la verdad, el festejo volvi¨® a demostrar que el llamado arte del rejoneo est¨¢ estancado, padece una preocupante par¨¢lisis y vive de las rentas de un p¨²blico fervoroso que lo perdona todo por un apabullante desconocimiento y un deseo desmesurado de pasarlo bien con la doma de los caballos.
Ya es hora de que las figuras del rejoneo opten por otras ganader¨ªas que ofrezcan algo m¨¢s que un bonancible comportamiento. El toro del rejoneo actual ¡ªtres o cuatro ganader¨ªas, no m¨¢s¡ª no es un competidor en igualdad de condiciones, sino un t¨ªtere al servicio del caballero.
Ya es hora de que alguna figura opte por despuntar los toros, como marca el reglamento, y no por desmocharlos, como sucede hoy en una plaza de primera como la de Madrid. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ en las plazas de segunda y tercera? Y no es lo mismo clavar rejones de castigo y banderillas a la grupa, salgan como salgan, que torear a caballo y clavar al estribo y en todo lo alto.
Dicho lo cual, bien estuvo Hermoso de Mendoza ante el quinto de la tarde a lomos de un torerazo a cuatro patas llamado Disparate. El tercio de banderillas fue sencillamente espectacular, una lecci¨®n magistral de caballo y caballero. Tambi¨¦n se luci¨® con Berl¨ªn en el primero, con el que a punto estuvo de sufrir un percance por un exceso de confianza. Y ah¨ª acab¨® la tarde del maestro Hermoso.
El tiempo es un juez implacable, los a?os no pasan en balde y las ilusiones no son eternas. Hermoso de Mendoza es un maestro y su historial es impresionante, pero ya no es el rejoneador complet¨ªsimo de su mejor ¨¦poca. Su experiencia y conocimiento le mantienen en un lugar de honor, pero¡
M¨¢s regular fue la actuaci¨®n de Sergio Gal¨¢n, que pudo haber salido por la puerta grande si los paraguas no hubieran escondido algunos pa?uelos. Destac¨®, especialmente, con los pares de banderillas a dos manos, uno en su primero y dos al segundo. Un pinchazo antes del rejonazo final ante el quinto le cerr¨® la puerta del triunfo.
Y meritoria la actuaci¨®n de Lea Vicens, que actu¨® bajo el diluvio en sus dos toros. Meritoria y muy deficiente. Clava donde puede y como puede, con escasa punter¨ªa. C¨®mo ser¨¢ el p¨²blico que pase¨® una oreja del sexto.
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