La eterna semejante
Figura clave y olvidada de la nueva escultura vasca, Mar¨ªa Luisa Fern¨¢ndez presenta ahora sus trabajos m¨¢s recientes en Madrid
Si el minimalismo de los primeros setenta fue, sobre todo, un coto masculino, el posminimalismo surgido a finales de la misma d¨¦cada, m¨¢s o menos al mismo tiempo que el movimiento feminista, fue definido por parte de las mujeres. Lleg¨® con una escultura anti-form y el process art, el conceptualismo, la performance y el body art, con una evocaci¨®n a lo primario y a la factura manual que mostraba la desnudez del material y buscaba subrayar la sensualidad y el proceso de la obra de arte. Eva Hesse hab¨ªa abierto camino ya con sus colgaduras de l¨¢tex, en contra de la ortodoxia minimalista, y artistas como Louise Bourgeois exploraban abiertamente formas para ser tocadas y sentidas, lejos de lecturas anal¨ªticas e interpretaciones. Por primera vez, las mujeres como grupo impactaron en el mundo del arte, tanto en t¨¦rminos de di¨¢logo cr¨ªtico como de mercado.
Bajo estas pautas hay que leer el trabajo de Mar¨ªa Luisa Fern¨¢ndez (Villarejo de ?rbigo, 1955). Justo en ese l¨ªmite temporal de 1979 empez¨® a estudiar Bellas Artes en la Facultad del Pa¨ªs Vasco junto a un grupo de artistas con los que comparti¨® relevo generacional, entre ellos otra mujer rozando el olvido, Elena Mendiz¨¢bal, as¨ª como Dar¨ªo Urzay, Txomin Badiola, Jos¨¦ Chavete y Juan Luis Moraza. ?ngel Bados y Pello Irazu se incorporaron pronto a un grupo que abri¨® el debate art¨ªstico desde los m¨²ltiples talleres que alberg¨® un edificio en Uribitarte en Bilbao, que compart¨ªan. Junto a Moraza, todo lo que produc¨ªan era CVA, Comit¨¦ de Vigilancia Art¨ªstica, as¨ª les gustaba llamarse. Unas siglas que se asocian a lo que se conoce como la ¡°nueva escultura vasca¡±. Eran algo as¨ª como empresa art¨ªstica alejada del papel del artista como ser carism¨¢tico que lanz¨® una fuerte cr¨ªtica a los mecanismos de representaci¨®n y recepci¨®n de las obras, la instituci¨®n y el sistema del arte contempor¨¢neo. La vigilancia dur¨® hasta 1985, momento en que Mar¨ªa Luisa Fern¨¢ndez andaba ya volcada en el trabajo con la madera que ya no dejar¨ªa. Lo vemos ahora en la exposici¨®n que presenta la galer¨ªa Maisterravalbuena, la primera muestra de obra nueva desde 1997 y tras el rescate institucional que tuvo en Azkuna Zentroa de Bilbao y en el Marco de Vigo en 2014, de la mano de la comisaria Beatriz Herr¨¢ez.
Es una exposici¨®n con mucho eco. El posminimalismo es uno, pero la cosa se extiende hasta Alberto S¨¢nchez, otro artista castellano como ella, y su relaci¨®n con la madera, no s¨®lo por las incisiones y surcos en la base de las esculturas, sino tambi¨¦n por el componente emocional asociado a la memoria y al pasado. En los ochenta, cuando Marisa Fern¨¢ndez empez¨® a experimentarla, fue el paso m¨¢s alejado de Oteiza que se plante¨® en ese momento. Hoy se reafirma en la distancia con un aspecto del material vetusto, rural y antiguo. Las que responden al nombre de Materia m¨ªnima (2011-2018) tienen escala humana y fisonom¨ªa de p¨¢jaro. En la galer¨ªa se alzan como t¨®tems. S¨ª, son un tributo al individuo, para los 7.608.766,433+- que hay ahora mismo en la Tierra, dice la artista en el t¨ªtulo.
Mar¨ªa Luisa Fern¨¢ndez lleva tiempo inmersa en las teor¨ªas demogr¨¢ficas de Thomas Malthus y su idea de cat¨¢strofe, trabajando en su obra esa tensi¨®n que hay entre un espacio cultural cada d¨ªa m¨¢s devastado y un entorno natural tambi¨¦n en extinci¨®n. Materia fragmentada recoge, de hecho, formas de animales como si fueran vestigios del pasado, igual que Materia multiplicada, siluetas de animales que hacen referencia a la multiplicaci¨®n de su imagen en contraposici¨®n a su desaparici¨®n ?real. Con Materia liberada, las pinturas con formas a modo de gotas de lluvia de semen que cuelgan de la pared, la artista hace un gui?o a trabajos anteriores como Corrida, semen y mo, de 1997, y esa idea de obscenidad que en aquellos a?os setenta tanto teoriz¨® Julia Kristeva: la mujer sublimada y lo abyecto como aquello, tambi¨¦n, excluido del orden simb¨®lico. Descarga sexual en varios sentidos desde una pintura al ¨®leo donde la artista se detiene para fomentar su car¨¢cter po¨¦tico y sentimental.
Empezaba este texto hablando de cotos y lo acabo hablando de cotas. Y de cuotas. De mujeres y visibilidad. De artistas poco reconocidas o reconocidas tarde. De estigmas, como lo emocional en el arte, que tanto dilema levanta. De espacios que dieron visibilidad a esa nueva escultura vasca, hoy en el olvido: salas como Amad¨ªs o Metr¨°nom y galer¨ªas como Berini o Trayecto. De carreras art¨ªsticas ocultas tras la dedicaci¨®n a la formaci¨®n. De una historia contada a medias. De un contexto art¨ªstico por reescribir. De lenguajes dispares y celebraci¨®n de lo semejante. De creadoras que critican los relatos oficiales de la historia. Como ella.
7,608,766,433. Mar¨ªa Luisa Fern¨¢ndez. Galer¨ªa Maisterra-valbuena. Madrid. Hasta el 28 de julio.
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