En busca del arte perdido
Las cuatro esculturas de la Roldana desaparecidas en C¨¢diz se suman a una larga lista de obras extraviadas o robadas a lo largo de la historia
La historia del arte est¨¢ hecha de obras desaparecidas. Perdidas en el fuego o en la guerra, confiscadas y luego destruidas, v¨ªctimas de la iconoclastia o de la negligencia de sus leg¨ªtimos propietarios. Seis de las siete maravillas del mundo desaparecieron sin dejar rastro. Por lo menos ocho obras de Leonardo da Vinci tuvieron el mismo destino. Tres lienzos de Rembrandt ¡ªentre ellos, La tormenta en el mar de Galilea¡ª formaron parte del bot¨ªn de obras maestras que desaparecieron en 1990, en el mayor robo de arte de la historia, en el Museo Gardner de Boston, todav¨ªa sin resolver. El gran tapiz que Mir¨® teji¨® para el World Trade Center de Nueva York fue destruido en los atentados del 11-S. La Natividad de Caravaggio fue robada por la mafia siciliana, da?ada en un terremoto y luego dada de comer a los cerdos. Los nazis llevaron a cabo un expolio masivo ¡ªm¨¢s de 100.000 obras de arte nunca volvieron a manos de sus due?os¡ª, igual que el ISIS ejecuta ahora una masacre patrimonial en varios puntos de Oriente Pr¨®ximo.
Desde esta semana, los cuatro ¨¢ngeles tallados en 1686 por Luisa Rold¨¢n, la gran escultura barroca conocida como La Roldana, forman parte de esa lista, al haber sido extraviados en la catedral de C¨¢diz en misteriosas circunstancias, como consecuencia de un hurto o de un descuido que provoc¨® que pudieran terminar en la basura. No es un caso excepcional, sino una desventura m¨¢s dentro de un largo historial. ¡°Un museo que reuniera todo el arte perdido a lo largo de la historia contendr¨ªa m¨¢s obras maestras que todos los museos del mundo juntos¡±, asegura el historiador del arte Noah Charney, autor de The Museum of Lost Art (Phaidon), un reciente volumen ilustrado que pasa revista a esta subcategor¨ªa de piezas. ¡°En realidad, solo ha sobrevivido una peque?a parte de obras sobre el total. Y no son necesariamente las m¨¢s interesantes del momento en el que fueron creadas. Solo vemos la punta del iceberg¡±, sostiene Charney.
Este estadounidense de 38 a?os empez¨® a investigar sobre el asunto a comienzos de la d¨¦cada pasada, mientras escrib¨ªa su primera novela, El ladr¨®n de arte (Seix Barral), protagonizada por un raptor de lienzos que operaba en las capitales europeas. ¡°Descubr¨ª, para mi sorpresa, que no hab¨ªa ning¨²n departamento acad¨¦mico dedicado a estudiar los delitos relacionados con el arte¡±, explica. Por eso cre¨® ARCA, primer grupo de trabajo interdisciplinar centrado en esa cuesti¨®n, que propone un programa de posgrado al que acuden futuros reclutas de los departamentos de seguridad de los museos y de las instituciones internacionales que luchan contra el tr¨¢fico ilegal. Sin cifras oficiales, los expertos consultados se?alan que el problema sigue en expansi¨®n. ¡°Interpol recibe decenas de miles de denuncias al a?o. Solo en Italia, desaparecen unas 20.000 obras. Y hay muchos m¨¢s casos que no son reportados¡±, apunta. Seg¨²n el FBI, el tr¨¢fico de arte genera entre 6.000 y 8.000 millones de d¨®lares al a?o en el mercado negro (en euros, de 5.100 a 6.800 millones). ¡°Es la tercera actividad delictiva m¨¢s lucrativa, detr¨¢s de las drogas y las armas¡±, asegura el autor.
Tres instituciones internacionales luchan por frenar su expansi¨®n. Las tres se encuentran en Francia. Es Interpol, con sede en Lyon desde su fundaci¨®n, en 1923, la que centraliza los avisos de b¨²squeda que le remiten las polic¨ªas nacionales de sus 192 pa¨ªses miembros. Todos ellos figuran en una base de datos que cuenta con 45.000 referencias. Ese banco fue creado en 1995 para el uso interno de los cuerpos policiales. En 2009, se decidi¨® abrirlo al p¨²blico, para que cualquier comprador pueda verificar la procedencia de las obras. ¡°El tr¨¢fico ilegal es un problema en todos los pa¨ªses. La diferencia es la energ¨ªa que cada Estado pone para combatirlo. Por ejemplo, no todos los pa¨ªses cuentan con oficinas policiales especializadas. El problema es tratar el robo de una bicicleta y el de una obra de Leonardo como si fueran lo mismo", dice el coordinador de la Unidad de obras de arte de Interpol, Corrado Catesi. Cuentan con esas unidades espec¨ªficas Alemania, B¨¦lgica, Ecuador, Estados Unidos, Irlanda, Per¨², Reino Unido y Espa?a, a la que Catesi se?ala como ¡°uno de los l¨ªderes europeos¡± en la lucha contra el tr¨¢fico ilegal.
El tr¨¢fico de arte es la tercera actividad delictiva m¨¢s lucrativa, detr¨¢s de las drogas y las armas
Otro actor fundamental es la Unesco, que en los ¨²ltimos a?os ha reforzado sus acciones contra los saqueos arqueol¨®gicos en las zonas de conflicto. ¡°Es un fen¨®meno al alza desde que los grupos armados han descubierto que es una fuente de ingresos que les permite financiar sus actividades¡±, explica el director adjunto del Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco, Lazare Eloundou Assomo. ¡°La m¨¢xima urgencia se sit¨²a en Oriente Pr¨®ximo desde el inicio de la crisis en Siria e Irak. Tambi¨¦n en el desierto del Sahel, controlado por grupos islamistas, donde los sitios patrimoniales han sido saqueados al 90%¡±. La organizaci¨®n para la educaci¨®n y la cultura dispone de dos acuerdos internacionales como marco normativo: la convenci¨®n de 1970 sobre la lucha contra el tr¨¢fico il¨ªcito de bienes culturales y la de 1972 por la protecci¨®n del patrimonio mundial.
Por ¨²ltimo, el Consejo Internacional de los Museos (ICOM) cre¨® en 2013 un observatorio internacional para monitorizar el tr¨¢fico il¨ªcito de bienes culturales. Entre sus misiones est¨¢ la preparaci¨®n de las llamadas listas rojas, que incluyen piezas no inventariadas en la base de datos de Interpol, en la que solo pueden figurar las obras que hayan sido objeto de una denuncia. ¡°Y ese no es el caso de la mayor¨ªa de objetos robados¡±, apunta la directora de programas del ICOM, France Desmarais, a cargo de la elaboraci¨®n de estas listas. ¡°Funcionan como un complemento. No son inventarios de objetos sustra¨ªdos, sino tipolog¨ªas de obras susceptibles de encontrarse en el mercado negro¡±. Para que una obra figure en la lista, la condici¨®n principal es haber detectado una demanda fuerte por otras de tipo similar en el mercado. ¡°Sin esa demanda, no hay peligro de saqueo¡±, resume Desmarais.
?Cu¨¢ntas de esas obras reaparecen? Los finales felices son minoritarios y se situar¨ªan por debajo del 10% de los casos, seg¨²n el FBI. Aunque existen excepciones esperanzadoras. La m¨¢s rotunda es el Salvator Mundi, de Leonardo da Vinci. El cuadro, que form¨® parte de la colecci¨®n de Carlos I de Inglaterra, pas¨® siglos cubierto de polvo y mugre, antes de ser comprado por 45 libras esterlinas en 1958 al ser confundido con un pastiche. Fue redescubierto en 2005, sometido a una restauraci¨®n intensiva, atribuido a Leonardo en 2011 y luego vendido por 450 millones de d¨®lares en 2017, cuando se convirti¨® en la obra de arte m¨¢s cara de la historia. Su regreso por la puerta grande se producir¨¢ el 18 de septiembre, cuando volver¨¢ a ser expuesta en el nuevo Louvre de Abu Dabi. Como Charney concluye en su libro, ¡°una obra perdida solo est¨¢ esperando a ser encontrada¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.