Somos m¨¢s de Borges
Seix Barral despide el curso editorial con su tradicional brindis, dedicado este a?o al 70 aniversario de 'El t¨²nel' de Ernesto Sabato
El Museo Etnol¨®gico de Barcelona est¨¢ situado a apenas un par de portales del Museo Picasso?¨C portales del medievo, estamos hablando del centro de la ciudad, ese lugar que visitan medievalistas de todo el mundo porque no hay otra ciudad en el mundo, dicen, que conserve tan bien los rastros de la ¨¦poca en la que los sacrificios humanos eran espect¨¢culo ¨C pero la hora ¨C alrededor de las ocho de la tarde ¨C hace que los escritores, editores, periodistas y acompa?antes ¨C el m¨¢s ilustre, el sobrino de Ada Castells, que luc¨ªa una camiseta de Pynchon & Co, la librer¨ªa de Alicante que a¨²n casi nadie conoce ¨C no tengan que ir apartando turistas para abrirse camino hasta el brindis que Seix Barral dedica este a?o a Ernesto Sabato, con motivo del 70 aniversario de la publicaci¨®n de El t¨²nel en Argentina. El brindis sirve, como cada a?o, de cierre al curso editorial, y en esta ocasi¨®n, adem¨¢s de Sabato y su eterno archienemigo (Borges), a quien todo el mundo ten¨ªa en mente, hubo calor, una humedad atroz ¨C ni siquiera quieta puede una evitar estar empapada todo el rato con semejante clima tropical ¨C y empanadas.
Lo primero es servirse una copa. El escritor Mat¨ªas N¨¦spolo me la tiende asegurando que ¡°es un Malbec, de Mendoza¡±, y que debo probarlo. Lo hago. No est¨¢ mal, pero ¨¦l sacude la cabeza. Ha probado otros Malbecs, dice. Le pregunto si, como argentino, es m¨¢s de Sabato que de Borges, y me dice que de ninguno de los dos. ¡°Yo soy m¨¢s de Roberto Arlt¡±. Los siete locos, pienso. El juguete rabioso. Diego G¨¢ndara, que acaba de publicar su primera novela en Seix Barral Argentina, es m¨¢s de Borges, sin dudarlo. Me recuerda que una vez entrevist¨® a Bioy Casares y que, cuando le pregunt¨® por Sabato, Casares le pidi¨® que apagara la grabadora. Lo que sigue es algo que no puede contarse pero tiene que ver con El t¨²nel. A su lado, Juan Vico, tambi¨¦n autor de Seix Barral, pero en Espa?a, dice que ¡°no se puede no ser de Borges¡± y recuerda una ocasi¨®n en la que Sabato se pas¨® una comida entera enfurru?ado porque no se hablaba de ¨¦l. As¨ª son los genios, ?no? Elena Ram¨ªrez sube al estrado, coge el micr¨®fono y, mientras todo se derrite a su alrededor, habla de la novela que lleg¨® a Espa?a casi 20 a?os despu¨¦s de publicarse (en 1966) porque la censura tuvo su tira y afloja con ella ¨C en el primer informe, se desaconsej¨® su publicaci¨®n porque justificaba un asesinato, como El extranjero, de Camus, que, por cierto, fue este ¨²ltimo quien aconsej¨®, encarecidamente, su publicaci¨®n a Gallimard ¨C.
Pero no solo hay representantes de la escuder¨ªa Seix Barral en la fiesta. Carlos Zan¨®n, vestido de negro, prefiere hablar de David Peace que de Sabato, y lamenta estar cubierto de pelos de gato, como deb¨ªa estar Patricia Highsmith. Silvina Querini, editora de Lumen reci¨¦n jubilada, confiesa que este verano va a ser un verano ruso porque piensa leerse Guerra y paz, y recuerda la an¨¦cdota del ilustre Max Perkins: ¡°Se dice que cuando encontraba a un autor novel que le gustaba, cog¨ªa sin mirar su ejemplar de Guerra y paz de la estanter¨ªa, se lo tend¨ªa y le dec¨ªa: 'Vuelve a verme cuando hayas le¨ªdo esto'. Yo voy a hacerle caso, por fin¡±. Ana Jornet, veterana ex jefa de prensa de Anagrama, recuerda una cena con Julian Barnes por su 70 aniversario en Londres, y c¨®mo, cuando se retir¨®, todos esos grandes de la editorial le escribieron cartas de despedida. ¡°Fue muy bonito¡±. Malcolm Otero lleva una copa de Malbec tinto en la mano y dice que est¨¢ cansado porque acaba de ser padre por segunda vez. Le pregunto por Malpaso. ?Aguantar¨¢ el chaparr¨®n? Dice que s¨ª, que no nos preocupemos. Tambi¨¦n, que en la mesita de noche no tiene un Sabato sino el divertid¨ªsimo libro de Michael Frayn Al final de la ma?ana.
Alicia Kopf confiesa no haber le¨ªdo jam¨¢s a Sabato, pero promete echarle un vistazo a Sobre h¨¦roes y tumbas. Recomienda a Maggie Nelson, su brillante The Argonauts, que ha estado leyendo mientras empezaba, poco a poco, a escribir lo siguiente. Lleva meses de promoci¨®n por medio mundo porque Hermano de hielo se ha vendido a un mont¨®n de pa¨ªses. Se habla de Eduardo Mendoza. En septiembre publica novela nueva sobre un joven periodista que, dice Ram¨ªrez, se parece m¨¢s de la cuenta al propio Mendoza. Pero Mendoza no est¨¢ y quiz¨¢ la suya sea la principal baja en una fiesta que tambi¨¦n ha ignorado la c¨²pula del Foro Edita, que estos d¨ªas se celebra en Barcelona. Pero eso no es malo. Porque las tradiciones pertenecen a aquellos que participan de ellas a?o tras a?o. Puede que al director de cine Albert Serra ¨C el ¨²nico pez fuera de la pecera ¨C le guste y repita, despu¨¦s de todo, juega con ventaja, como se apresura a aclarar, puede que no sea escritor en sentido estricto, pero es ¡°licenciado en filolog¨ªa hisp¨¢nica y literatura comparada¡±. Y as¨ª, ?es m¨¢s de Borges o de Sabato? Se encoge de hombros. Dice que ¨¦l m¨¢s de los franceses. ?De qu¨¦ franceses? ¡°Por ejemplo, todos¡±, contesta. ¡°Pero todos los buenos¡±, apostilla. De esos, pienso, lo somos todos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.