?Fue la Tarara una gitana intersexual?
Un espect¨¢culo en el Festival de Avi?¨®n, entre el recital barroco y el cabaret transformista, indaga en las figuras m¨¢s ambiguas de la tradici¨®n popular
Cuando la Tarara sale a escena, la gitana m¨ªstica luce u?as postizas, maquillaje excesivo, una peluca con el obligatorio rizo frontal y una sorpresa (relativa) entre las piernas. La hero¨ªna de la conocida canci¨®n popular es una de las protagonistas de Romances inciertos, obra que ha causado sensaci¨®n en el Festival de Avi?¨®n, que se celebra hasta el 24 de julio en la ciudad francesa. El escenario est¨¢ presidido por un personaje de g¨¦nero impreciso que cruza distintas ¨¦pocas hist¨®ricas, casi como en el Orlando de Virginia Woolf, solo que inspirado en el folclore espa?ol, los cantares de gesta transmitidos oralmente y el andalucismo homoer¨®tico de Lorca.
Los responsables de este espect¨¢culo, situado en alg¨²n punto entre el recital barroco y el cabaret transformista, son dos franceses: el artista pl¨¢stico Nino Laisn¨¦, de 32 a?os, que lleva a?os investigado este patrimonio inmaterial, y el bailar¨ªn Fran?ois Chaignaud, de 35 a?os, renovador de la danza francesa, maestro del travestismo esc¨¦nico y aut¨¦ntico protagonista de esta obra. Ambos escogieron a tres figuras andr¨®ginas de la tradici¨®n espa?ola para subrayar su riqueza y modernidad. ¡°En Francia, a causa de nuestra historia pol¨ªtica, esa tradici¨®n ya casi no existe¡±, se?ala Laisn¨¦, instalado en el madrile?o Barrio de las Letras desde hace dos a?os, en referencia al impulso centralizador de la Revoluci¨®n de 1789, que provoc¨® una desaparici¨®n gradual de las particularidades culturales de cada regi¨®n francesa.
En Romances inciertos, Chaignaud vive metamorfosis parecidas a las del personaje de Woolf. En el primer acto, aparece caracterizado como la Doncella Guerrera, protagonista del romance medieval del mismo nombre, donde la m¨¢s joven de siete hermanas decide ¡°ir a servir a la guerra / vestidita de var¨®n¡±. Durante su investigaci¨®n, Laisn¨¦ encontr¨® rastros de esa historia en canciones sefard¨ªes, en una alborada asturiana, en una fol¨ªa canaria y hasta en un villancico del llamado Cancionero de Uppsala, recopilado en el siglo XVI en la corte de Fernando de Arag¨®n. En el segundo acto, Chaignaud se transforma en San Miguel, el cautivador arc¨¢ngel al que Lorca describe en el Romancero gitano como ¡°un efebo de tres mil noches¡±, que muestra ¡°sus bellos muslos / ce?idos por los faroles¡±.
"Los responsables de la obra sostienen que la Tarara fue una gitana ¡°travestida o intersexual¡±
La obra se reserva su teor¨ªa m¨¢s rompedora para el tercer acto: la Tarara, protagonista de innumerables cantos populares, de letras cambiantes seg¨²n el lugar donde sean entonados, pudo haber sido una gitana ¡°travestida o incluso intersexual¡±. Durante los a?os que Laisn¨¦ pas¨® siguiendo el rastro del personaje en antolog¨ªas populares, versiones flamencas y?pel¨ªculas de Marisol en su etapa yey¨¦, logr¨® dar con distintas estrofas que respaldan su tesis. ¡°Tiene mi Tarara un dedito malo / que no se lo cura ning¨²n cirujano¡±, reza una antolog¨ªa de poes¨ªa popular editada por la Universidad de Murcia en 1996. En otro cancionero cordob¨¦s, recopilado por Enrique Alcal¨¢ Ortiz, se le atribuyen ¡°pantorrillas como palos / de colgar morcillas¡± y ¡°una pa?oleta de que puro clara / se le ven las tetas¡±, antes de alcanzar una estrofa que parece aludir a la sodom¨ªa.
La g¨¦nesis de Romances inciertos, que este oto?o se representar¨¢ en Francia, Austria, Suiza, B¨¦lgica y Portugal, se encuentra en Huesca. En 2014, Laisn¨¦ y Chaignaud montaron una primera performance de diez minutos en la Sala de la reina Petronila de la ciudad aragonesa, que ya protagonizaba esa Tarara de g¨¦nero impreciso. Decidieron sumarle los otros dos personajes, pertenecientes a un patrimonio que, seg¨²n Laisn¨¦, est¨¢ ¡°poblado de figuras ambiguas¡±. Y luego el acompa?amiento de cuatro instrumentistas que tocan el bandone¨®n, la guitarra barroca y la viola de gamba sobre el escenario, entre los que se encuentran especialistas en la m¨²sica antigua como Daniel Zapico y Pere Oliv¨¦.
Para Chaignaud, los personajes a los que interpreta tienen una carga militante. ¡°Ser¨ªa anacr¨®nico tildarlos de trans o queer, pero su mera existencia nos permite alcanzar una profundidad hist¨®rica y afrontar las discusiones sobre el g¨¦nero de una forma distinta, ya que demuestran que no es un fen¨®meno reciente¡±, se?ala el core¨®grafo. ¡°Estos ancestros nos proporcionan una serie de recursos ¨ªntimos y po¨¦ticos, pero tambi¨¦n pol¨ªticos. Gracias a ellos, logramos responder a quienes aseguran que este debate nos conduce al final de nuestra civilizaci¨®n¡±. Que lo haga bailando sobre unos zancos, siguiendo la tradici¨®n de Anguiano (La Rioja), donde ocho j¨®venes bajan cada verano una cuesta empedrada vistiendo faldones, convierte su espect¨¢culo en algo semejante a una proeza deportiva.?
El festival m¨¢s ¡®trans¡¯
Hasta una docena de obras del 72? Festival de Avi?¨®n guardan una estrecha relaci¨®n con el omnipresente debate sobre el movimiento transg¨¦nero. Entre ellos est¨¢ el director Didier Ruiz y su obra Trans (M¨¦s enll¨¤), que ya pudo verse en el Lliure, donde transexuales del barrio barcelon¨¦s de Gr¨¤cia describen sus vidas. Va a ser la pr¨®xima revoluci¨®n y lo cambiar¨¢ todo, desde la legislaci¨®n hasta el lenguaje. Nos dirigimos hacia un mundo m¨¢s plural, en el que las cosas dejar¨¢n de ser blancas o negras", sostiene Ruiz.
El programa fue dise?ado por el director del certamen, Olivier Py, que protagoniza espect¨¢culos de transformismo desde los 80, interpretando a Miss Knife, una despechada cantante que entona canciones de desamor. Decidi¨® programar este ciclo de obras al descubrir que compa?¨ªas de todo tipo trataban el asunto en distintos puntos del planeta. Sin ir m¨¢s lejos, Roc¨ªo Molina baila con barba y c¨®digos masculinos en una escena de su Grito pelao. Y el director franc¨¦s David Bob¨¦e propone cada mediod¨ªa en un jard¨ªn p¨²blico del centro una lectura que aspira a ilustrar sobre el tema del g¨¦nero, a la que invit¨® a Virginie Despentes el s¨¢bado pasado.
¡°El g¨¦nero es un arma que nos sirve para definir al enemigo, que es la violencia patriarcal y machista. Estamos abriendo los ojos respecto a esa violencia, igual que sucedi¨® en otro tiempo con la violencia colonial. Y as¨ª, se abre la puerta a una transformaci¨®n profunda de la sociedad, en la que el teatro ya est¨¢ participando¡±, sostiene Py. Pero no todo el mundo aplaude la iniciativa. Su programa ha provocado una queja p¨²blica del arzobispo de Avi?¨®n, Jean-Pierre Cattenoz, que exigi¨® que el festival ¡°deje de centrarse en la homosexualidad y los transg¨¦nero¡±.
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