Cultura amenaza a la SGAE con su ¡°intervenci¨®n temporal¡± si no permite el voto electr¨®nico en las elecciones
La entidad expresa sorpresa y dudas ante el requerimiento y sostiene que estudiar¨¢ si puede "contravenir" sus estatutos
La relaci¨®n entre el ministerio de Cultura y la SGAE se ha tensado cada vez m¨¢s en los ¨²ltimos meses. Ha habido requerimientos de informaci¨®n, mensajes cruzados con tonos muy duros, y amenazas m¨¢s o menos veladas, en privado y en p¨²blico. Pero parec¨ªan tener un punto en com¨²n: ambos descartaban la intervenci¨®n de la entidad, considerada como la opci¨®n menos viable y deseable, pese a los enfrentamientos y los problemas que la mantienen inmovilizada. Hasta ahora. En una carta enviada ayer a la SGAE, a la que tuvo acceso este peri¨®dico, el subdirector general de Propiedad Intelectual, Carlos Guerv¨®s Ma¨ªllo, agita expl¨ªcitamente ante la entidad la posible ¡°remoci¨®n de sus ¨®rganos de gobierno y representaci¨®n y su intervenci¨®n temporal, mediante la designaci¨®n de un gestor interino¡±. La medida sale citada, eso s¨ª, como ¨²ltimo de varios recursos, en el caso de que la SGAE no permitiera el voto electr¨®nico en las elecciones del pr¨®ximo 26 de octubre.
¡°Ese incumplimiento dar¨ªa lugar a la realizaci¨®n del apercibimiento previo a la revocaci¨®n de la autorizaci¨®n a la SGAE para operar como entidad de gesti¨®n de derechos de propiedad intelectual¡±, aclara justo antes la carta. La misiva explica que el ministerio ¡°ha tenido conocimiento¡± de que la SGAE no va a habilitar el voto electr¨®nico para los comicios de octubre, y le da a la entidad un plazo de cinco d¨ªas para confirmarlo, as¨ª como informar de cu¨¢ntos socios aprovecharon la opci¨®n a distancia en la Asamblea del pasado 21 de junio. Cultura considera que act¨²a obligada a defender un derecho de los socios. El texto implica directamente tambi¨¦n a la nueva directora general de Industrias Culturales y Cooperaci¨®n, Adriana Moscoso, con una amplia trayectoria profesional en el ¨¢mbito de la propiedad intelectual: ¡°Siguiendo sus indicaciones, se recuerda que los miembros de la SGAE tienen reconocido el derecho a votar electr¨®nicamente a distancia en unos comicios electorales¡±. Est¨¢ previsto, seg¨²n el ministerio, en los propios estatutos de la entidad.
Sin embargo, en la SGAE no lo tienen tan claro. Fuentes de la entidad se?alan que ¡°se proceder¨¢ al estudio detallado y en profundidad del requerimiento, tanto desde el punto de vista formal como de contenido y muy en especial si la solicitud pudiera contravenir lo previsto en los estatutos y la regulaci¨®n que sobre el procedimiento electoral se contiene en los mismos, m¨¢xime teniendo en cuenta que ya se ha producido convocatoria formal de elecciones a miembros de Junta Directiva por acuerdo de este ¨®rgano de gobierno de 10 de julio de 2018, habi¨¦ndose acordado dicha convocatoria de conformidad con los estatutos vigentes en dicha fecha¡±. Es decir, la SGAE alberga serias dudas de que sus normas internas o la propia ley le obliguen a permitir el voto electr¨®nico en los comicios, lo que se traduce en cierta sorpresa ante la carta del ministerio.
En la entidad tambi¨¦n recuerdan que la junta directiva se encuentra en funciones, a la espera de los comicios, y por tanto no deber¨ªa asumir actuaciones de gran calado. El propio ministerio afirm¨® que en esta situaci¨®n ¡°no se pueden adoptar decisiones que excedan la gesti¨®n ordinaria¡±. Si, como sospechan en la SGAE, los estatutos no imponen el voto electr¨®nico, implementarlo supondr¨ªa desarrollar un nuevo reglamento electoral, algo que creen fuera del alcance de una junta en funciones.
Peleando hasta el ¨²ltimo voto
El episodio vuelve a encender, en todo caso, alarmas y tensiones que llevaban varios d¨ªas acalladas. M¨¢s aun ya que la SGAE tambi¨¦n recibi¨® una nueva carta de Cisac, la organizaci¨®n que re¨²ne a las principales entidades de gesti¨®n del mundo, que tambi¨¦n le exige varios cambios a corto plazo. Y eso que, tras el adelanto electoral convocado para el 26 de octubre, que la junta directiva aprob¨® el pasado 11 de junio, al fin parec¨ªa haberse impuesto el silencio. Es decir, algo in¨¦dito en una entidad dada a crisis y peleas internas, sobre todo recientemente. En los ¨²ltimos meses, el gobierno de la SGAE se ha ido partiendo en dos, entre el frente que apoya al presidente, Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez Sastr¨®n, y la oposici¨®n. Ambos bandos pelean hasta el ¨²ltimo voto cada decisi¨®n aunque, de momento, Sastr¨®n mantiene una estrecha mayor¨ªa de consensos. El presidente intent¨® llevar a cabo una reforma de los estatutos de la SGAE que fue rechazada por los socios en la Asamblea del pasado 21 de junio, junto con las cuentas y la gesti¨®n de la entidad.
El frente cr¨ªtico en la junta directiva pidi¨® la dimisi¨®n de Sastr¨®n, quien opt¨® en cambio por proponer un adelanto electoral. Muchos de los actuales miembros de la junta, de ambos bandos, no podr¨¢n presentarse a los comicios, porque ya han cumplido el l¨ªmite de dos mandatos. La oposici¨®n, si bien compart¨ªa la necesidad de volver a las urnas, vot¨® en contra, exigiendo de nuevo el cese del presidente. Desde entonces, los miembros cr¨ªticos de la junta han remitido varias cartas a Cultura, expresando su preocupaci¨®n, pidiendo tutela para la SGAE e incluso una intervenci¨®n. El ministerio siempre contest¨® con cierta prudencia, asegurando que no se daban las circunstancias para una actuaci¨®n tan grave. Los tiempos, al parecer, han cambiado.
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