El ¡®baby boom¡¯ de las guerrilleras
La fot¨®grafa Catalina Mart¨ªn-Chico retrata el repunte de la natalidad entre las mujeres de las FARC, que tuvieron prohibido ser madres durante medio siglo. Su trabajo se expone en el festival Visa pour l¡¯Image
Durante medio siglo, las mujeres que formaron parte de las FARC tuvieron prohibido quedarse embarazadas. Las que no lograron evitarlo fueron condenadas a abortar o forzadas a dar a sus beb¨¦s en adopci¨®n. Con la firma del acuerdo de paz, entre la guerrilla y el Gobierno colombiano en agosto de 2016, las normas de anta?o han dejado de estar en vigor y muchas guerrilleras han decidido convertirse en madres. La fot¨®grafa francoespa?ola Catalina Mart¨ªn-Chico (Biarritz, 1969) retrata este fen¨®meno en una serie que se expone en Visa pour l'Image, el festival dedicado al fotoperiodismo que se celebra hasta el 16 de septiembre en Perpi?¨¢n con la misi¨®n de reflejar la actualidad del ¨²ltimo a?o.
Mart¨ªn-Chico se traslad¨® al pa¨ªs en mayo de 2017, donde visit¨® distintas zonas veredales, como se denomina a los espacios de transici¨®n donde residen los insurgentes en un proceso de reinserci¨®n social que deber¨ªa concluir el a?o que viene. En la jungla de Guaviare, al sureste del pa¨ªs, o en Icononzo, en el departamento central de Tolima, pudo comprobar que el repunte de la natalidad no era solo un titular medi¨¢tico, sino una realidad. Regres¨® a esos mismos lugares durante la pasada primavera, cuando muchos de los ni?os ya hab¨ªan nacido. "El paisaje se hab¨ªa transformado totalmente. Las armas hab¨ªan desaparecido y hab¨ªan quedado sustituidas por beb¨¦s", relata la fot¨®grafa, para quien la llegada de esos neonatos supone una normalizaci¨®n gradual de la situaci¨®n de los guerrilleros. "La natalidad es s¨ªmbolo de paz y de esperanza. Suceda lo que suceda de ahora en adelante, el hecho de que haya ni?os en sus filas supone que, en cierto modo, ya no hay vuelta atr¨¢s", opina Mart¨ªn-Chico.?
Los testimonios de las mujeres retratadas por Mart¨ªn-Chico sostienen que las FARC suministraron inyecciones de contraceptivos entre sus mujeres para evitar esos embarazos indeseados. "Les dec¨ªan que no hab¨ªa espacio para los beb¨¦s, como sucede en cualquier ej¨¦rcito. Todas ellas admiten que sab¨ªan, desde el principio, a lo que se expon¨ªan. Cuando entraban en las FARC tambi¨¦n aceptaban esa parte".
El paisaje se hab¨ªa transformado totalmente. Las armas hab¨ªan desaparecido y hab¨ªan quedado sustituidas por beb¨¦s Catalina Mart¨ªn-Chico
Las im¨¢genes de la reportera recogen historias desgarradoras. Por ejemplo, la de Yorladis, que este a?o afronta su sexta gestaci¨®n. En las cinco anteriores fue obligada a abortar. La ¨²ltima vez lo hizo en el sexto meso de embarazo, tras haber intentado esconderlo a sus comandantes. Por su parte, Dayana se sum¨® a la guerrilla a los 15 a?os. Entonces ten¨ªa a un beb¨¦ de 4 meses que tuvo que dejar con su familia, con la que perdi¨® el contacto. Gracias a las redes sociales, en 2016 logr¨® localizar a ese hijo, que hoy tiene 19 a?os.
Para Mart¨ªn-Chico, la cicatrizaci¨®n de las cinco d¨¦cadas de conflicto armado est¨¢ en marcha. Los cambios que observ¨® sobre el terreno le parecen suficientemente expl¨ªcitos. "Ya no se visten con uniformes, sino con ropa de civil. Han construido peque?os pueblos, han abierto restaurantes y hay iniciativas para desarrollar la agricultura, a la vez que empiezan a usar Internet y las nuevas tecnolog¨ªas", describe la fot¨®grafa, integrante de la agencia Cosmos, que se hizo conocida por sus series sobre Yemen, pa¨ªs que visit¨® regularmente entre 2007 y 2014. En 2011, recibi¨® el premio Visa d'Or humanitario en este mismo festival por su trabajo sobre la revoluci¨®n yemenita. Su trabajo sobre los n¨®madas de Ir¨¢n tambi¨¦n fue expuesto en 2016 en el certamen, donde el a?o pasado recibi¨® el premio Canon a la mujer fotoperiodista.
30 a?os del mejor fotoperiodismo
El trabajo de Catalina Mart¨ªn-Chico forma parte de las 25 muestras gratuitas que se exponen en Visa pour l¡¯Image, que este a?o llega a su 30? edici¨®n convertido en referencia absoluta. ¡°Es nuestro Festival de Cannes¡±, ironiza la fot¨®grafa. En sus tres d¨¦cadas de existencia, el certamen ha descubierto o revalorizado a fot¨®grafos como Stanley Greene, Paolo Pellegrin o Lise Sarfati, adem¨¢s de centrar su atenci¨®n en crisis humanitarias y situaciones de injusticia social a las que no siempre se presta atenci¨®n. En esta edici¨®n, las exposiciones sobre la situaci¨®n de los refugiados resultan predominantes. ¡°Muy poco ha cambiado desde la terrible fotograf¨ªa del ni?o Aylan ahogado en una playa turca en 2016¡±, denuncia el incombustible director del festival, Jean-Fran?ois Leroy. El otro hilo conductor de esta edici¨®n es la urgencia medioambiental. Samuel Bollendorff documenta la situaci¨®n de distintos r¨ªos contaminados alrededor del mundo, igual que Andrea Bruce retrata los problemas de salud p¨²blica derivados de la defecaci¨®n al aire libre, que se ven obligados a practicar 950 millones de personas en el mundo. Miquel Dewever-Plana sigui¨® el destino de los mineros de Potos¨ª, en Bolivia, cuyas condiciones de trabajo no han cambiado demasiado en cinco siglos, mientras que el canario Luis Tato se centra en los comicios de 2017 en Kenia, donde la reelecci¨®n del presidente Uhuru Kenyatta desencaden¨® disturbios en todo el pa¨ªs.
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