C¨¢rcel dentro de la c¨¢rcel
La estadounidense C. D. Wright visit¨® las prisiones de su pa¨ªs para elaborar un reportaje en forma de poema. 'Un gran ser nace' de una cruda mezcla de voces y registros
La poeta estadounidense C. D. Wright (1949-2016) desvela el punto de partida de este poemario-reportaje que, como se?ala David Eggers, remite a James Agee: ¡°Voy a la c¨¢rcel. / Voy a visitar tres c¨¢rceles de Luisiana. / Voy pis¨¢ndole los talones a mi amiga Deborah Luster, / Fot¨®grafa¡±. Cuenta Wright que el pa¨ªs de las libertades sobresale por tener el mayor n¨²mero de poblaci¨®n reclusa despersonalizada; Wright dota de identidad ese concepto colectivo escribiendo retratos excelentes: ¡°Baja, lista, bollera / completamente insegura de s¨ª misma¡±. La poeta hace visibles a los arrumbados y para ello enumera objetos, recopila voces en distintas situaciones ¡ªinterrogatorio¡ª y con acentos distintos. En el proceso de hacer visible lo poco fotog¨¦nico, Wright no edulcora una injusticia sist¨¦mica contra las personas negras y pobres en la que ¡°la violencia es tan norteamericana como el pastel de manzana¡±.
Con sus versos, Wright dignifica su poes¨ªa y la poes¨ªa toda. Entre la cifra y el recuento sociol¨®gico aparece la magia caracterizada por su materialismo y su dimensi¨®n pol¨ªtica: ¡°Soy altamente hipnotizable / Lavar¨ªa los pies de ese hombre y me beber¨ªa el agua¡±. La palabra de Wright es emp¨¢tica y agreste. Su mirada y sus versos se contraen con esa mala conciencia patrimonio de la izquierda. La realidad no queda reducida al c¨®digo del realismo porque la perspectiva documental y la denuncia se combinan con la porosidad hacia supersticiones u hor¨®scopos que marcan la visi¨®n del mundo de los presos. Ese aparente ox¨ªmoron entre documento oficial y cartas astrales, constataci¨®n geopol¨ªtica y esperanza c¨®smica, ayuda a leer simult¨¢neamente con microscopio y catalejo, con lente panor¨¢mica y con la fant¨¢stica deformaci¨®n del hiperrealismo. La poeta visita prisiones mientras recuerda a artistas encarcelados: Wilde, Ajm¨¢tova, Desnos¡ En Un gran ser se desarrolla una cadena asociativa entre encierro, identidad perdida, locura, olvido, exceso de introspecci¨®n, dolor de lo lejano¡ Estamos en el dentro del dentro pero, m¨¢s all¨¢ de este viaje hacia la ininteligibilidad como fruto de la represi¨®n, del espacio alterado por la privaci¨®n de libertad, Wright subraya que esa privaci¨®n es la puesta en abismo de otras ausencias de libertad ¡°exteriores¡±: los ni?os llevan armas al colegio. En el extra?o mundo del encierro se producen im¨¢genes poco convencionales como la de esos hombres que se trenzan el pelo unos a otros despu¨¦s de haber hecho gimnasia. Alicia en el pa¨ªs de las maravillas es el relato de una pesadilla igual que el tablero de La mansi¨®n de la felicidad ¡ªprimer juego de mesa lanzado en EE UU¡ª, que tambi¨¦n tiene c¨¢rcel. C¨¢rceles dentro de c¨¢rceles.
La disposici¨®n de las palabras en la p¨¢gina es enrejado, caos, orden, rigor, los sumandos de la suma en nuestra simplificada cabeza que opera sobre una realidad asimismo falsamente simplificada, una realidad de multiple choice test, que niega la posibilidad de lo complejo. La publicidad restringe las opciones para que la ¨²nica sea comprar. La publicidad/ense?anza restringe las opciones para que el campo de visi¨®n sea cerrado. La U siempre sale mal en las prisiones; se pierde la perspectiva: nos lo hizo sentir Marcos Ana cuando escribi¨® Decidme c¨®mo es un ¨¢rbol. ?l fue un poeta y un preso pol¨ªtico. Wright es una poeta que nada m¨¢s entrar en la c¨¢rcel se sinti¨® culpable.
COMPRA ONLINE 'UN GRAN SER'
Autor:?C.D. Wright (traducci¨®n de Antonio Alarc¨®n).
Editorial:?Libros de la Resistencia (2018).
Formato: tapa blanda (192 p¨¢ginas).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.