Las goteras amenazan un yacimiento arqueol¨®gico de m¨¢s de 2.000 a?os
Los fallos estructurales del Museo de L¡äAlmoina, en Valencia, inaugurado hace una d¨¦cada, ponen en riesgo vestigios monumentales y humanos de incalculable valor
La l¨¢mina de agua que cubre el techo de vidrio del Museo de L¡äAlmoina genera sombras sinuosas sobre el pavimento cer¨¢mico de las termas romanas de Valencia, de ¨¦poca republicana. El efecto est¨¦tico es hipn¨®tico. El efecto pr¨¢ctico resulta, sin embargo, potencialmente devastador para el yacimiento arqueol¨®gico, de incalculable valor, que alberga las termas y otros grandes vestigios monumentales y humanos de la ciudad desde su fundaci¨®n, hace 2.156 a?os.
Hay goteras, humedad, el sistema de aire acondicionado falla continuamente y la red de paneles audiovisuales que explican el contenido del centro a los visitantes ha dejado de funcionar.
Hace unas semanas, el museo, inaugurado la d¨¦cada pasada por los dirigentes del PP, dej¨® de cobrar entradas a los visitantes ante el c¨²mulo de infortunios derivados, seg¨²n el Ayuntamiento, que es su propietario, de un dise?o que antepuso la apariencia a la funcionalidad y la protecci¨®n del patrimonio. Construido sobre un gran yacimiento excavado en el coraz¨®n de la ciudad, el museo fue inaugurado en 2007 y cost¨® siete millones de euros. Arreglar el desaguisado va a costar probablemente m¨¢s.
Una de las goteras cae sobre el cardo m¨¢ximo de la antigua Valentia, la calle con orientaci¨®n norte-sur que, con el decumanus m¨¢ximo (este-oeste), formaban el eje que Roma utilizaba para edificar las colonias. Las filtraciones han provocado la aparici¨®n de estalagmitas. Y el calor y la humedad hacen de la sala subterr¨¢nea una "c¨¢mara de envejecimiento", dice Albert Ribera, director del museo. "Es malo sobre todo para los metales y el material org¨¢nico, como los huesos. La cer¨¢mica aguanta mejor". Ribera ha pedido retirar los esqueletos y otras piezas arqueol¨®gicas expuestas, como cuchillos, puntas de lanza y un pilum del siglo I antes de Cristo.
Adem¨¢s de las termas, L¡äAlmoina contiene vestigios de la curia, la bas¨ªlica, el porticado del foro, un enorme granero, una factor¨ªa, restos de un templo y de una gran fuente, un altar dedicado a Venus y un pozo votivo donde los comensales de un banquete lanzaron, al acabar la celebraci¨®n, cientos de piezas de cer¨¢mica, 677 de las cuales han sido recuperadas. Tambi¨¦n pueden contemplarse tumbas monumentales visigodas y la estructura del antiguo alc¨¢zar musulm¨¢n.
"Es un lugar privilegiado porque ilustra los grandes acontecimientos hist¨®ricos de la ciudad. Su ocupaci¨®n, su abandono, las ¨¦pocas de bonanza, los conflictos, los periodos de peste...", afirma Jaime Vives-Ferr¨¢ndiz, conservador del Museo de Prehistoria de Valencia, que se curti¨® como estudiante en las excavaciones.
Los trabajos arqueol¨®gicos duraron dos d¨¦cadas y contribuyeron a iluminar los primeros pasos de Valencia, fundada en el a?o 138 antes de Cristo por el c¨®nsul D¨¦cimo Junio Bruto con legionarios licenciados que hab¨ªan combatido en las guerras lusitanas, en las que fue derrotado el rey Viriato. Los soldados proced¨ªan mayoritariamente del centro y el sur de Italia. La ciudad se estableci¨® en una isla fluvial el Turia. Una zona plagada entonces de pantanos y lagunas de agua salobre que los ¨ªberos, que prefer¨ªan los emplazamientos altos y secos, como Edeta, y nunca fueron grandes marineros, hab¨ªan ignorado, como reconstruyen los diversos autores de La Ciudad de Valencia. Historia, una obra enciclop¨¦dica publicada por la Universidad de Valencia.
Los romanos construyeron un puerto fluvial donde hoy se levantan las Torres de Serranos, y sacaron partido al comercio mar¨ªtimo y a las tierras de aluvi¨®n, conviertiendo la ciudad en la m¨¢s importante para Roma en la costa mediterr¨¢nea entre Tarragona y Cartago Nova.
El peor momento de la ciudad
Uno de los esqueletos que Ribera ha pedido retirar es el de un soldado al que le cortaron las piernas a la altura de las rodillas ¡ªpueden apreciarse las marcas de la espada¡ª. Su historia refleja el momento m¨¢s cr¨ªtico que ha vivido Valencia en 21 siglos, que se produjo seis d¨¦cadas despu¨¦s de su fundaci¨®n. La ciudad se vio fat¨ªdicamente envuelta en la guerra civil que enfrent¨® al general Sertorio y al Senado de Roma. Las legiones de ambos chocaron a sus puertas hacia el a?o 75 antes de Cristo. Y, tras vencer, el general Pompeyo, enviado por la metr¨®poli, arras¨® la urbe, que qued¨® pr¨¢cticamente despoblada hasta el siglo siguiente. Junto al soldado de las piernas cortadas se hallaron los restos de otros hombres que hab¨ªan sido empalados y a los que hab¨ªan cortado diversos miembros. Algunos esqueletos conservaban 2.000 a?os despu¨¦s las cuerdas con las que les ataron las mu?ecas.
Ante la acumulaci¨®n de problemas estructurales, Gl¨°ria Tello, concejal de Cultura, de Comprom¨ªs, afirma que no tiene sentido poner m¨¢s parches. "L¡äAlmoina no ha dejado de dar problemas desde que se inaugur¨®, as¨ª que vamos a repensar el proyecto muse¨ªstico y tambi¨¦n la plaza donde est¨¢. Es necesaria una intervenci¨®n a lo grande, y un proyecto as¨ª, de ciudad, requiere tiempo".
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