?Un torero de faenas breves!

Solo una vuelta al ruedo que destacar a los amigos en el bar. Eso dio de s¨ª la novillada celebrada en la plaza de Las Ventas con motivo de la Feria de Oto?o. Todo un desastre para aquellos que juzgan lo acontecido en una tarde de toros seg¨²n el n¨²mero de orejas cortadas. Una muestra, sin embargo, de lo m¨¢s tonta y relativa para cualquier buen aficionado. Pero es lo que se lleva hoy¡­

Y no; si bien es verdad que no pasaron grandes cosas, las dos horas y media de festejo s¨ª dejaron algunos detalles interesantes. Y una noticia: en el mundo habita un torero de faenas cortas. ¡°?No puede ser! ?En verdad es eso posible?¡± Pues s¨ª. Su nombre: Francisco de Manuel. A diferencia de la pr¨¢ctica totalidad de sus compa?eros (tanto novilleros, como matadores de toros), este joven diestro no alarga sin sentido y hasta la extenuaci¨®n sus labores muleteras. Cinco o seis tandas y a por la espada.

Pero no es la ¨²nica virtud de este madrile?o de solo 18 a?os. Adem¨¢s de su visible juventud -a¨²n tiene cara de ni?o-, De Manuel posee un buen concepto del toreo y tiene valor. Esto ¨²ltimo lo demostr¨®, de verdad, en el vibrante tercio de banderillas que protagoniz¨® frente al tercero, un novillo de Fuente Ymbro que, tras empujar en el caballo con bravuconer¨ªa, acudi¨® a los cites como un rayo. Pese a lo mucho que apret¨® el toro, el chaval aguant¨® las acometidas, cuadr¨® en la cara y se asom¨® al balc¨®n.

El murmullo de los tendidos hac¨ªa presagiar algo importante, pero el ejemplar de Ricardo Gallardo no mantuvo la misma intensidad en el ¨²ltimo tercio. Precisamente por eso debi¨® Francisco de Manuel meterse con ¨¦l antes, sacar lo poco que le quedaba dentro sin demora. Esper¨® demasiado, tard¨® mucho en ganar el paso requerido, y cuando lo hizo ya fue tarde. Como en el sexto, un impresentable sobrero de Hato Blanco sin clase alguna, se tir¨® muy derecho a matar.

Suerte desigual la de Francisco de Manuel, como desigual fue la novillada de Fuente Ymbro. Bien presentados la mayor¨ªa -toritos algunos-, del conjunto destac¨® el quinto, de notable juego en la muleta por su nobleza, franqueza, humillaci¨®n y recorrido. Un utrero para consagrarse que se le fue sin torear a Pablo Mora. Doble fue el petardo del novillero nacido en la localidad madrile?a de Moralzarzal. Despegado y sin dar el paso, no estuvo a la altura de su segundo, y adem¨¢s anduvo absolutamente desbordado ante el primero de su lote, que se movi¨® y exigi¨®.

Bien compenetrado con los dos astados que le tocaron en suerte, nobles, blandos y sosos, Juanito dio pases y no dijo nada. Mal asunto.