Max Estrella frente al espejo
Alfredo Sanzol dirige 'Luces de bohemia' con mirada metaf¨ªsica en una gran producci¨®n del Centro Dram¨¢tico Nacional
Un hombre sale al escenario y se queda clavado ante un gran espejo. Se acerca mucho, su cara casi pegada, haciendo muecas que lo deforman. Es Max Estrella, poeta ¡°ciego, loco y furioso¡±, personaje cumbre del teatro espa?ol inventado hace un siglo por Ram¨®n del Valle-Incl¨¢n, tan codiciado como temido por la dificultad de materializar todo lo que simboliza: invidente visionario, Quijote idealista y Segismundo tr¨¢gico a la vez. As¨ª lo presenta el director Alfredo Sanzol en la puesta en escena de Luces de bohemia que estrenar¨¢ el jueves en Madrid, en una gran producci¨®n del Centro Dram¨¢tico Nacional, desde el inicio de la funci¨®n: el hombre frente al espejo.
El espejo est¨¢ siempre presente en este espect¨¢culo. En algunas escenas baja del techo. En otras tiene ruedas y persigue a los personajes. En los ambientes chisposos se descompone en vidrieras. En los momentos ¨¢speros se coloca desnudo, amenazante, en el centro del escenario. Parad¨®jicamente, pese a que en la escena capital de la obra se habla de los espejos c¨®ncavos --¡°Los h¨¦roes cl¨¢sicos reflejados en los espejos c¨®ncavos dan el esperpento¡±--, no hay ninguno de ese tipo. ¡°No lo he cre¨ªdo necesario. Ning¨²n espejo ofrece un reflejo exacto de la realidad¡±, explicaba Sanzol a EL PA?S el mi¨¦rcoles pasado durante un ensayo. Lo interesante aqu¨ª son los matices. Los distintos ¨¢ngulos de la realidad que nos ofrece esa multitud de espejos.
El juego constante con los reflejos, adem¨¢s de brindar al espectador im¨¢genes de gran belleza, refuerza el sentido de la obra. Max Estrella, en la ¨²ltima noche de su vida, recorre un Madrid en el que confluyen los grandes conflictos de la Espa?a de la ¨¦poca, encarnados en los personajes con los que se va cruzando: obreros revolucionarios, pol¨ªticos corruptos, periodistas serviles, bohemios borrachos, poetas modernistas. Todos ellos deformados por la mirada valleinclanesca, el espejo c¨®ncavo, el esperpento que deja al descubierto la miseria.
Valle-Incl¨¢n al cuadrado
Desde que a principios de 2017 los textos de Ram¨®n del Valle-Incl¨¢n pasaron a ser de dominio p¨²blico, una vez caducados los derechos de autor que reca¨ªan en la familia, se han multiplicado las puestas en escena y la publicaci¨®n de sus obras. De Luces de bohemia han salido ya dos ediciones desde entonces. C¨¢tedra lanz¨® una el a?o pasado, dirigida por Francisco Caudet, mientras que Biblioteca Castro acaba de terminar el quinto y ¨²ltimo tomo de sus obras completas, en el que se incluye esta pieza. La liberaci¨®n de los derechos ha propiciado tambi¨¦n la traducci¨®n de sus textos al gallego, algo que la familia nunca permiti¨®. El Centro Dram¨¢tico Gallego ha estrenado ya Martes de Carnaval y Divinas palabras en este idioma.
Junto a Max Estrella camina siempre su amigo don Latino de Hispalis, miserable como ¨¦l, pero opuesto de car¨¢cter. Don Quijote y Sancho Panza. Jos¨¦ Mar¨ªa Rodero y Agust¨ªn Gonz¨¢lez fueron los primeros en interpretar en Espa?a a esta pareja ¡ªse estren¨® en 1970, medio siglo despu¨¦s de su publicaci¨®n, por culpa de la censura franquista¡ª y dejaron huella. ?C¨®mo abordar una nueva puesta en escena sin tener en cuenta esos antecedentes? ¡°Es obvio que nunca se puede partir de cero porque todas esas versiones anteriores est¨¢n inevitablemente en tu cabeza. Lo ¨²nico que puedes hacer apostar por tu propia lectura y arriesgarte con el momento presente¡±, responde el director.
Sanzol, por otra parte, siempre tuvo claro qui¨¦n era su Max Estrella: el actor Juan Codina, a quien ya dirigi¨® en otra obra de Valle, La cabeza del bautista, en otra producci¨®n del CDN en el a?o 2009. Y tambi¨¦n que la r¨¦plica de don Latino de Hispalis se la ten¨ªa que dar Chema Adeva. ¡°Para m¨ª era muy importante que los dos actores se complementaran en escena: uno m¨¢s espiritual y el otro m¨¢s terrenal. Y creo que ellos lo consiguen, han creado una pareja cargada de romanticismo, no se entiende el uno sin el otro¡±, comenta Sanzol.
El director sirve el texto sin retoques. ¡°Esta obra no necesita demasiadas actualizaciones. Las injusticias y los problemas sociales o pol¨ªticos de los que habla son reconocibles en la Espa?a de hoy. Es m¨¢s, produce inquietud saber que hace un siglo ya estaban ah¨ª¡±, dice. ¡°No obstante ¡ªmatiza¡ª, lo que hace que esta obra sea un gran cl¨¢sico no es eso, sino el conflicto materia-esp¨ªritu que contiene. El viaje de Max Estrella hacia la muerte es un viaje metaf¨ªsico: ¨¦l busca todo el tiempo un sentido a la miseria material y ¨¦tica que le rodea¡±.
La otra gran dificultad de la obra, como todas las de Valle, es el lenguaje. Sint¨¦tico, po¨¦tico, cargado de met¨¢foras, latinismos, vulgarismos y jergas marginales. ¡°Precisamente por eso la obra tiene la fuerza que tiene. Es cierto que es m¨¢s dif¨ªcil llevarlo a escena que el lenguaje coloquial, pero merece la pena el esfuerzo. Cuantas m¨¢s im¨¢genes produce el lenguaje, m¨¢s potencia tiene y m¨¢s sensaciones consigue en el espectador¡±, afirma Sanzol.
Clave en esta puesta en escena es, junto a la escenograf¨ªa de espejos que firma Alejandro And¨²jar, la iluminaci¨®n ideada por Pedro Yag¨¹e. Un trabajo delicad¨ªsimo, por la dificultad que suponen los reflejos de los espejos, que da la ambientaci¨®n perfecta al viaje metaf¨ªsico del protagonista.
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