Dos flamencos en la Revoluci¨®n Rusa
Alfonso Lara pone en escena una producci¨®n arriesgada de la novela de Manuel Chaves Nogales
¡°El dinero es como el esti¨¦rcol: no es bueno a no ser que se esparza¡±. Esta frase atribuida a sir Francis Bacon, pronunciada por uno de los personajes de No me olvides (El maestro Juan Mart¨ªnez, que estaba all¨ª), sintetiza la naturaleza del problema que desat¨® las revoluciones de febrero y de octubre de 1917. La abismalmente desigual distribuci¨®n de la propiedad en la Rusia zarista resultaba incompatible con la conciencia creciente que adquirieron los obreros, cuyo n¨²mero se hab¨ªa multiplicado merced a una industrializaci¨®n tard¨ªa.
La Revoluci¨®n de Octubre desencaden¨® una contrarrevoluci¨®n, seguida de una Guerra Civil violenta y compleja en extremo, con m¨¢s de cuatro bandos y varios ej¨¦rcitos extranjeros enfrentados.
Manuel Chaves Nogales, periodista espa?ol muy viajado, ofreci¨® su visi¨®n de los acontecimientos y del r¨¦gimen sovi¨¦tico en sus libros de reportajes La vuelta a Europa en avi¨®n (Un peque?o burgu¨¦s en la Rusia roja), de 1929, y Lo que ha quedado del Imperio de los zares (1931); en el relato La bolchevique enamorada (1930), y en El maestro Juan Mart¨ªnez, que estaba alli, breviario de la Guerra Civil rusa, el grueso de cuyos cap¨ªtulos se desarrolla en Kiev, ciudad que cambi¨® de manos una decena de veces en un mes.
Alfonso Lara, protagonista, director y adaptador de No me olvides (El maestro Juan Mart¨ªnez...), convierte la novela en un espect¨¢culo de dos horas, que se pasan volando. En pro de la econom¨ªa esc¨¦nica, elimina ciertos personajes epis¨®dicos, pero pone sus parlamentos m¨¢s significativos en boca de otros y a?ade de su cosecha alguna nota de color. Es fiel al esp¨ªritu de la obra original y en cuanto puede, a la letra.
Cuatro actrices y cuatro actores, seis de los cuales se multiplican, van entretejiendo un panorama de la vida en los cabarets de Mosc¨² y Petrogrado, de la hiperinflaci¨®n desatada bajo el gobierno de K¨¦renski, del acaparamiento de v¨ªveres llevado a cabo por los jud¨ªos, de los intentos de huida de los ciudadanos extranjeros¡
Al principio, no parece que ni la puesta en escena ni las interpretaciones consigan dar cuerpo a la singular polifon¨ªa de im¨¢genes orquestada por Chaves Nogales, pero, llegada la escena entre Juan Mart¨ªnez, bailaor espa?ol, y el exrevolucionario franc¨¦s en los muelles de Odesa, el espect¨¢culo se templa y coge direcci¨®n cierta, para alcanzar su temperatura justa con la arrivada al circo de Juan y Sole, su pareja art¨ªstica y sentimental. A partir de ah¨ª, la funci¨®n cuaja y lleva la atenci¨®n en volandas.
NO ME OLVIDES (EL MAESTRO JUAN MART?NEZ, QUE ESTABA ALL?)
Basado en la novela de Manuel Chaves Nogales. Adaptaci¨®n y direcci¨®n: Alfonso Lara. Int¨¦rpretes: A. Lara, Sof¨ªa Monreal, Micaela Quesada, Juan Carlos Arr¨¢ez, Rosa Fern¨¢ndez Cruz, Eva Boucherite, Pi?aki G¨®mez, Pablo Rivero Madri?¨¢n. Espacio sonoro: Jos¨¦ Luis Toral. Audiovisual: Jes¨²s Rivera. Luz: Felipe Ramos. Vestuario: Guadalupe Valero. Escenograf¨ªa: ?scar Cam¨ªn. Madrid. Teatros Luchana.
A veces, Lara recapitula oportunamente lo sucedido o bien templa la acci¨®n poniendo en boca del protagonista soliloquios cuyo sesgo po¨¦tico contrasta con la prosa fotogr¨¢fica del novelista y periodista sevillano.
Como actor, Lara lleva el peso del relato con empaque: su interpretaci¨®n se consolida conforme el espect¨¢culo avanza: es de las que se crece en el recuerdo, como ganan algunos guisos guardados de un d¨ªa para otro. Tambi¨¦n el trabajo de Sof¨ªa Monreal, que desde el 28 de octubre sustituye a Pepa Rus, le presta presencia y un pellizquito de gracia a un personaje huidizo, dibujado con pocos trazos y breves por su autor.
Entre el resto del reparto, que se desdobla con oficio, destaca la definici¨®n con la que Pablo Rivero Madri?¨¢n dibuja dos personajes con recorrido: el militar franc¨¦s y Misha, temible comisario de la checa.
El maestro Juan Mart¨ªnez, que estaba all¨ª no debe tomarse como documento sino como ficci¨®n hist¨®rica: a trav¨¦s de un personaje del cual se nos dice que existi¨® (y que le cont¨® sus peripecias), Chaves Nogales expresa ideas y puntos de vista propios, acordes con su ideario liberal, y testimonios de distinta procedencia, sin exponerse como se hubiera expuesto de haberse erigido en narrador.
Como en La guardia blanca, novela de la cual Bulg¨¢kov escribi¨® tambi¨¦n una versi¨®n esc¨¦nica, El maestro Juan Mart¨ªnez narra la Guerra Civil en Ucrania desde el punto de vista urbanita y de quienes viv¨ªan con comodidad en el r¨¦gimen saliente, y deja de lado lo que pas¨® en el campo, en un pa¨ªs agrario mayoritariamente, donde los labradores organizaron el Ej¨¦rcito Verde, la fuerza que m¨¢s en peligro pod¨ªa poner la hegemon¨ªa bolchevique, en opini¨®n de Orlando Figes, historiador de los cambios sociales en Rusia.
El escenario grande de los madrile?os Teatros Luchana se queda chico para producci¨®n de tanto riesgo, que bien hubiera merecido ser cofinanciada por un teatro p¨²blico.
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