¡°Hay un impulso obsesivo por establecer qui¨¦n es de un pa¨ªs y qui¨¦n de fuera¡±
El historiador brit¨¢nico Simon Schama, que publica ¡®Pertenencia. 1492-1900¡¯, encuentra ¡°resonancias¡± entre el pasado jud¨ªo y los inmigrantes de hoy
Cuando Simon Schama (Londres, 1945) eligi¨® el t¨¦rmino pertenencia para dar t¨ªtulo al segundo volumen ¡ªrecientemente publicado en Espa?a¡ª de su trilog¨ªa sobre la historia de los jud¨ªos, pensaba en el pasado. En la dificultad que ha encontrado este pueblo para "sentirse en casa en dos sitios a la vez" (en la sinagoga, por un lado, y en el pa¨ªs en el que siempre eran minor¨ªa, por otro) durante el periodo que cubre el ensayo: desde la expulsi¨®n de Espa?a, en 1492, hasta 1900, con los primeros balbuceos del movimiento sionista.
Sin embargo, el t¨ªtulo de la obra, reconoce Schama, tambi¨¦n entronca con este presente de auge ultranacionalista en Europa, ret¨®rica xen¨®foba en la Casa Blanca y aumento de los incidentes islam¨®fobos y antisemitas. "Lo que vivimos ahora es exactamente el asunto de qui¨¦n pertenece a un sitio. De la relaci¨®n entre las comunidades inmigrantes y las establecidas hace tiempo. No he escrito este libro como una alegor¨ªa de lo que est¨¢ pasando, pero no se pueden pasar por alto las resonancias. El tema de qui¨¦n es realmente franc¨¦s, alem¨¢n, h¨²ngaro, estadounidense¡ ese impulso compulsivo de establecer qui¨¦nes son los de dentro y qui¨¦nes los de fuera. Hay ecos muy potentes entre la ret¨®rica que hab¨ªa en Estados Unidos en el siglo XIX sobre lo 'inasimilables' que eran los jud¨ªos que llegaban del este de Europa con la que se escucha hoy sobre los inmigrantes", asegur¨® en una entrevista en Madrid en septiembre.
Catedr¨¢tico en la Universidad de Columbia, Schama ha escrito una decena de ensayos y presentado otros tantos documentales para la BBC sobre historia ¡ªHolanda, la Revoluci¨®n Francesa o hasta un repaso al Estados Unidos de Barack Obama¡ª e historia del arte, otro de sus ¨¢mbitos de especialidad. Una de esas obras fue, en 2013,?En busca de las palabras, que inici¨® la trilog¨ªa sobre la historia jud¨ªa que ahora contin¨²a Pertenencia (Debate) y que cerrar¨¢ un volumen sobre el siglo XX.
"La identidad jud¨ªa se ha forjado como una suerte de historia ¨¦pica", con el calendario hebreo como aglutinador de la comunidad, sea en Toledo, Odessa, Jerusal¨¦n o Buenos Aires, explica Schama. "El calendario es extremadamente importante porque dicta el tiempo, la cocina, la sinagoga a la que ir, los textos que leer¡". Schama pone como ejemplo las hagadot ilustradas, el texto sobre el b¨ªblico ¨¦xodo israelita de Egipto que se lee durante el seder de P¨¦saj, la cena de la Pascua hebrea. "Es una creaci¨®n medieval que nace para leerse en familia, no en la sinagoga. Para entonces ya existe una autoconciencia de lo que supone llevar una vida jud¨ªa¡±.
Dos textos han preservado hist¨®ricamente el v¨ªnculo colectivo. Uno es la Tor¨¢, los cinco primeros libros de la Biblia. "El C¨®digo de Hammurabi [el texto jur¨ªdico babil¨®nico de hace casi cuatro milenios] necesitaba un Gobierno para ser aplicado. La Tor¨¢, no. Es como esa bola de mercurio que aplastas y salen otras muchas bolas peque?itas", ilustra Schama. El otro, el Talmud, fuente principal de la ley religiosa jud¨ªa: "Supone un enorme nexo social de normas ¨¦ticas que gobiernan la vida diaria, las transacciones comerciales entre un jud¨ªo y otro, y entre jud¨ªos y no jud¨ªos. Un mundo de experiencia social dentro del cual uno puede pensarse como jud¨ªo".
Durante esos siglos ¡ªy en particular en los momentos de incertidumbre¡ª no pocos jud¨ªos creyeron ver al salvador finalmente enviado por Dios en alguien de su comunidad. El libro comienza con dos casos del siglo XVI: David Reubeni ¡ªque logr¨® incluso ser recibido por el rey de Portugal Juan III gracias a una carta de recomendaci¨®n del Papa¡ª y Shlomo Moljo, condenado por la Inquisici¨®n a morir en la hoguera. "Era una ext¨¢tica iluminaci¨®n paradisiaca que se daba entre los jud¨ªos a la vez que segu¨ªan su vida normal", se?ala.
El infarto cerebral de Sharon
Ese anhelo por "una Jerusal¨¦n que nunca puede hacerse realidad" cambi¨® con la victoria israel¨ª en la Guerra de los Seis D¨ªas, que supuso el inicio de la ocupaci¨®n de Gaza, Cisjordania, Jerusal¨¦n Este, el Gol¨¢n sirio y el Sina¨ª, posteriormente devuelto a Egipto tras el acuerdo de paz entre ambos pa¨ªses. "1967 cambi¨® absolutamente todo en ese aspecto. Hizo posible que Israel fuese un concepto visionario m¨¢s que un concepto pol¨ªtico pragm¨¢tico, con el consiguiente problema".
"[Los ex primeros ministros israel¨ªes Ariel] Sharon o Menajem Beguin, que no eran precisamente unos liberales, ten¨ªan la visi¨®n de que la ocupaci¨®n no puede ser permanente, porque te pone en la posici¨®n de tener, bien una sociedad como la del apartheid, bien una mayor¨ªa jud¨ªa. Lo que ha pasado desde entonces no es solo el asesinato de [Isaac] Rabin [en 1995], que fue un catastr¨®fico punto de inflexi¨®n. Tambi¨¦n el infarto cerebral de [Ariel] Sharon. No le admiro, pero hay algo extraordinario en que, con su gran brutalidad, acabase siendo al final un realista pol¨ªtico. Su infarto cerebral fue al menos tan importante [como la muerte de Rabin] porque abri¨® un lugar en el que el nacionalismo religioso mesi¨¢nico ten¨ªa la sart¨¦n por el mango. [El actual jefe de Gobierno, Benjam¨ªn] Netanyahu no es un nacionalista religioso mesi¨¢nico, lo que en cierto modo es peor, porque est¨¢ dispuesto a permitirles que tengan la sart¨¦n por el mango, pese a que son solo una minor¨ªa de los jud¨ªos israel¨ªes".
¡ª No suena muy optimista...
¡ª Tengo 74 a?os, no ver¨¦ la paz en mi vida
¡ª ?Y qui¨¦n es responsable de ello?
Por primera vez en la entrevista, Schama duda y deja dos frases sin acabar antes de decir: ¡°No s¨¦, parece que estamos atascados en un lugar muy malo¡±.
La frontera de la cr¨ªtica leg¨ªtima
Schama, jud¨ªo y simpatizante del Laborismo brit¨¢nico que firm¨® una carta de denuncia de los signos de antisemitismo en el partido, distingue entre cr¨ªticas leg¨ªtimas a Israel y aquellas que, a su juicio, son una muestra indirecta de odio hacia su colectivo ¨¦tnico-religioso.
"La diferencia est¨¢ entre criticar lo que Israel hace ¡ªlo que es mi caso¡ª, lo que hacen Netanyahu o [el ministro de Educaci¨®n y l¨ªder de la derecha nacionalista religiosa] Naftali Bennett, y lo que es Israel. Decir que Israel siempre fue una empresa racista e imperialista, que no tiene lugar en el mundo, es profundamente antisemita. Odio la ocupaci¨®n, odio lo que hace a los palestinos, pondr¨ªa fin a los asentamientos... pero en ning¨²n momento eso me hace pensar que Israel no deber¨ªa existir".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.