El cineasta en el planeta de los libros
Carlos Saura presenta un libro de fotograf¨ªas y anuncia que rodar¨¢ en enero una pel¨ªcula en M¨¦xico
A pesar de haber escrito cuatro novelas (Pajarico solitario, ?Esa luz!, Elisa, vida m¨ªa y Ausencias), Carlos Saura se siente un intruso en la fiesta de los libros. ¡°Me he atrevido a meterme en un mundo m¨¢s peligroso, como el de la literatura¡±, cuenta el cineasta espa?ol, quien ha vuelto a Jalisco para presentar un libro de fotograf¨ªas y dibujos y anunciar que en los meses venideros comenzar¨¢ a rodar aqu¨ª una pel¨ªcula sobre la m¨²sica mexicana. A pesar de haber visitado el pa¨ªs en varias ocasiones, el director, quien fue amigo de Luis Bu?uel, visita por primera vez la Feria internacional del Libro de Guadalajara. Al poner un pie dentro de los m¨¢s de 12.000 metros cuadrados ocupados por las editoriales y los lectores, Saura no puede evitar el asombro. ¡°?Qu¨¦ locura!¡±, suelta el director de Cr¨ªa cuervos.
Con un tequila en la mano, Saura enton¨® el arranque de Fallaste coraz¨®n. ¡°Y t¨² que te cre¨ªas el rey de todo el mundo¡¡±. El gesto anuncia los meses que vienen para el cineasta. El director prepara la continuaci¨®n de sus pel¨ªculas musicales como Tango, Jota, Fado, Carmen y Bodas de sangre, entre otras. Esta vez, se enfocar¨¢ en el folclore mexicano a trav¨¦s de g¨¦neros como la m¨²sica ranchera con una ficci¨®n que ser¨¢ protagonizada por el bailar¨ªn Isaac Hern¨¢ndez y la actriz Karla Souza. El rodaje comenzar¨¢ el mes de marzo en Guadalajara y significa el retorno del cineasta a trabajar a M¨¦xico por primera vez desde 1982, cuando rod¨® por encargo Antonieta, una pel¨ªcula con guion de Jean Claude Carri¨¨re sobre Antonieta Rivas Mercado, una figura femenina muy importante en el M¨¦xico de los a?os 20.
Saura (Huesca, 1932) se sorprendi¨® por la cantidad de j¨®venes que trajinaban de un lugar a otro el domingo en la Expo Guadalajara. ¡°No es normal¡±, dijo mientras caminaba a paso lento por los pasillos de la feria rumbo al espacio del Gobierno de Arag¨®n, que ha editado un libro de im¨¢genes y dibujos que ¨¦l mismo define como fotosaurios. Saura explic¨® que comenz¨® esta t¨¦cnica observando a la gente mientras viajaba en el tren. Prefiri¨® el l¨¢piz a la c¨¢mara. ¡°No quer¨ªa que la gente pensara que era un voyeur¡±. Pero quiz¨¢ s¨ª hab¨ªa algo en ¨¦l que deseaba convertirse en testigo de las vidas ajenas.
Saura se dio cuenta desde ni?o del poder comunicativo de la imagen. A sus diez a?os se enamor¨® de una ni?a, pero era demasiado t¨ªmido como para hablar con ella. En su lugar, tom¨® la c¨¢mara fotogr¨¢fica de su padre y se escondi¨® en un seto para robarle un instante. Despu¨¦s mand¨® la impresi¨®n a su enamorada, a quien 76 a?os despu¨¦s recuerda como una belleza digna de una publicidad francesa de productos cosm¨¦ticos. ¡°La ni?a, por supuesto, no me contest¨® ni supe nada de ella¡±, record¨® el cineasta entre risas. La experiencia, sin embargo, comenz¨® a forjar una larga trayectoria art¨ªstica. ¡°La fotograf¨ªa refleja algo que ha sucedido y que casi ha quedado en el olvido. En el momento en que se dispara lo que se guarda es el pasado¡±, cont¨® a los espectadores de su charla.
La trayectoria de Saura se extiende por cerca de 60 a?os y abarca decenas de largometrajes y documentales. Su ¨®pera prima, Los Golfos, fue seleccionada ¡°milagrosamente¡±, dice ¨¦l, por el Festival de Cannes para ser proyectada entre las 29 cintas en competencia junto a La aventura de Michelangelo Antonioni, La Dolce Vita, de Federico Fellini, Nunca en domingo, de Jules Dassin o Macario, de Roberto Gavald¨®n. A su proyecci¨®n lleg¨®, sorpresivamente, Luis Bu?uel. Ese fue el inicio de una ¨ªntima relaci¨®n entre dos aragoneses que cambiaron el cine espa?ol.
Saura asegura que insisti¨® varias veces a Bu?uel que deb¨ªa regresar a Espa?a. ¡°Es necesario que vuelvas, aqu¨ª nadie te conoce¡±, le dijo al director, quien se hab¨ªa exiliado en M¨¦xico huyendo del franquismo. El cineasta ten¨ªa dudas por las represalias pol¨ªticas que podr¨ªa sufrir del r¨¦gimen. No las hubo, pero fue severamente criticado por los mexicanos, quienes lo consideraron mal agradecido por dejar un pa¨ªs que le hab¨ªa abierto las puertas. ¡°Estaba dolido porque aqu¨ª hab¨ªan dicho que era un traidor por haber aceptado hacer cine en el franquismo¡±. La pol¨¦mica con Viridiana hizo corregir esa impresi¨®n en la historia. Pero Saura record¨® la impronta que dej¨® Espa?a en Bu?uel a su regreso. El cineasta describi¨® un momento en el que ambos viajaban por la provincia de Cuenca en un peque?o coche. Por las ventanillas se col¨® el sonido de unas ovejas balar, lo que desat¨® una reacci¨®n en el genio de El ¨¢ngel exterminador. ¡°Lloraba de emoci¨®n de encontrarse en su tierra¡±, revela Saura.
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