Chiapas y Acteal marcaron el compromiso de Saramago con M¨¦xico
La pasi¨®n mexicana del escritor portugu¨¦s est¨¢ en estas palabras que pronunci¨® un d¨ªa: "Si no me encuentran en mi pa¨ªs, b¨²squenme en M¨¦xico"
Jos¨¦ Saramago quiso confundirse con la revoluci¨®n zapatista de Chiapas y no s¨®lo fue all¨ª, con su amigo Carlos Monsiv¨¢is y con su editor mexicano Sealtiel Alatriste, sino que desafi¨® a las autoridades que prescribieron que ning¨²n extranjero cruzara esa frontera en la que soldados sin armas, al mando del Subcomandante Marcos, trataron de ganarse para s¨ª mismos las tierras que habitaban. Esa revoluci¨®n puso en pie a varios intelectuales amigos suyos. En la Fil dedicada a Portugal se pregunt¨® hoy si ahora ser¨ªa posible concitar a tantos artistas en un gesto de apoyo a reivindicaciones as¨ª.
Aquella visita de Saramago a Chiapas sucedi¨® en marzo de 1998, antes de que el escritor portugu¨¦s, alojado entonces con su mujer, Pilar del R¨ªo, en la isla canaria de Lanzarote, recibiera en Fr¨¢ncfort la noticia de que era premio Nobel de Literatura. Saramago mantuvo esa fidelidad al pueblo de Chiapas, y gracias a ¨¦l intelectuales de otras latitudes, como Susan Sontag o Nadine Gordimer, adem¨¢s del citado Monsiv¨¢is y Carlos Fuentes, concitaron apoyo internacional para la causa zapatista. Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n fue uno de los escritores espa?oles comprometidos con Marcos.
El punto culminante, y el m¨¢s arriesgado, de ese compromiso de Samarago fue cuando las autoridades ordenaron interrogarle y los militares procedieron a hacerlo ante la reticencia y el enfado del escritor. En el aspecto humano, sin embargo, lo que caus¨® una enorme impresi¨®n a Saramago fue uno de los incidentes que entonces abrumaron a la opini¨®n p¨²blica mundial, cuando un grupo armado de la ultraderecha derecha mexicana cometi¨® la matanza de Acteal.
Campesinos desarmados fueron acosados y ametrallados en sus casas y en las calles, y no sirvi¨® la mediaci¨®n del cura de esa localidad para impedir aquella locura. El sacerdote termin¨® juntando a todos los feligreses que pod¨ªan haber sido v¨ªctimas "para que muramos todos juntos".
Los detalles de aquel drama que hizo a Saramago "m¨¢s mexicano" fueron contados por quien fue su editor en este pa¨ªs, Sealtiel Alatriste. Con l¨¢grimas en los ojos, quien fue tambi¨¦n su amigo y anfitri¨®n (en Barcelona, cuando Saramago se recuperaba de una operaci¨®n de la vista), dio todo tipo de detalles de la acci¨®n criminal tal como les fue contada por supervivientes de la matanza de Acteal. Llor¨® tambi¨¦n Monsiv¨¢is, y llor¨® ahora Sealtiel cont¨¢ndolo, en una sala abarrotada de p¨²blico interesado en seguir sabiendo qu¨¦ movi¨® a Saramago a comprometerse de tal manera con Chiapas y con M¨¦xico.
Pilar del R¨ªo, la viuda del Nobel, dijo que su marido ya conoc¨ªa M¨¦xico antes de que Sealtiel y Carlos Fuentes, entre otros, lo invitaran al pa¨ªs. Y conoc¨ªa, dijo, a escritores como Sor Juana In¨¦s de la Cruz, Octavio Paz, Juan Rulfo, Jos¨¦ Emilio Pacheco, el citado Fuentes y otros nacidos fuera pero entra?ados en M¨¦xico, como Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y Juan Gelman.
Cuando Saramago tom¨® contacto con el mundo literario mexicano fue cuando Fuentes celebr¨® los cuarenta a?os de la aparici¨®n de La regi¨®n m¨¢s transparente; ah¨ª fue cuando se declar¨® "portugu¨¦s y mexicano"; despu¨¦s, cuando firm¨® libros y las colas se hac¨ªan interminables de modo que ya no pod¨ªa seguir firmando, se pase¨® saludando a todos los que esperaban su aut¨®grafo. Al irse le gritaron todos: "?Jo-s¨¦, Jo-s¨¦, Jo-s¨¦!". Entonces fue cuando Saramago dijo: "En M¨¦xico gan¨¦ mi nombre".
El compromiso con los emigrantes, con los desheredados de la tierra, con los perseguidos y con los humildes, tuvo en Chiapas, en Acteal y en M¨¦xico el principal campo de batalla del escritor comprometido portugu¨¦s. "Ya era comunista en su pa¨ªs; y como intelectual era un humanista compasivo". ?l quiso, dijo Pilar del R¨ªo, "comprometer su voz con M¨¦xico, en lo que valiera". Marisol Schulz, que fue despu¨¦s de Alatriste la editora de Alfaguara en M¨¦xico, condujo el acto, principal entre los habidos en la inauguraci¨®n portuguesa de esta Fil. Ella es ahora la directora de la Feria. "Pilar lo trajo aqu¨ª, y lo llev¨® a Chiapas, dos destinos que conmemoramos hoy". Hermann Bellinghausen, corresponsal en Chiapas, hizo un recuento minucioso de aquella visita de Saramago. "Los zapatistas quer¨ªan sacar de quicio a Ernesto Zedillo", presidente de M¨¦xico despu¨¦s de Carlos Salinas, a quien le estall¨® la revuelta en los ¨²ltimos d¨ªas de su mandato, en 1994. "A partir de entonces Saramago estableci¨® con el M¨¦xico de los de abajo una relaci¨®n leal y para siempre". Lydia Cacho, periodista mexicana que ha hecho tambi¨¦n del compromiso con el oficio un riesgo mayor, apunt¨® una cuesti¨®n poco conocida, o divulgada, de los compromisos que compusieron la figura p¨²blica y literaria de Saramago: "?l era un feminista; ¨¦l fue el que dijo, en un postrero art¨ªculo publicado en EL PA?S, que el asunto que m¨¢s nos debe importar es el de la violencia de los hombres contra las mujeres".
Su pasi¨®n mexicana est¨¢ en estas palabras que pronunci¨® un d¨ªa: "Si no me encuentran en mi pa¨ªs, b¨²squenme en M¨¦xico". En M¨¦xico hall¨® anoche a quienes recuerdan el momento en que decidi¨® tener tambi¨¦n la ra¨ªz que lo reclam¨® como escritor y como persona.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.