Adi¨®s a Romero Esteo, maestro de la tragedia contempor¨¢nea
Premio Nacional de Literatura Dram¨¢tica en 2008 y autor de una epopeya m¨ªtica con 'Tartessos', ha fallecido en M¨¢laga a los 88 a?os
La obra teatral de Miguel Romero Esteo (Montoro, 1930), fallecido este jueves en M¨¢laga a los 88 a?os, constituye ante todo la ficci¨®n dram¨¢tica que emerge sobre las coyunturas dominantes de la escena y su previsibilidad; de ah¨ª, en esa ficci¨®n de segundo grado, que la naturaleza textual de su creaci¨®n adquiera un relieve inusitado, de amplia complejidad y extensi¨®n, obstaculizando incluso un primer grado de representaci¨®n. Las grotescomaquias que conforman toda su primera ¨¦poca, irrumpiendo ins¨®litamente en el tiempo cuando se fraguaba la sociedad democr¨¢tica en Espa?a, fundamentan una plural tentativa de actuaci¨®n, m¨¢s all¨¢ no solo del proyecto social de teatralidad entonces debati¨¦ndose, sino de las propias formas neovanguardistas que lo continuaban.
As¨ª, ese esfuerzo de creatividad proyectada dram¨¢ticamente buscaba los resortes capaces de poner en perspectiva las ideolog¨ªas un¨ªvocas ¡ªsociales, posindustriales...¡ª, explorando los significados antropol¨®gicos subyacentes a los distintos grupos heter¨®clitos de las sociedades desarrolladas, incluyendo las evidentes contradicciones de la espa?ola en aquellos momentos de despegue.
Por ello, la relevancia del teatro de Romero Esteo, que recibi¨® el Premio Nacional de Literatura Dram¨¢tica en 2008 por Pontifical [una obra antisistema escrita en 1965 que no se public¨® en Espa?a hasta 2007], radic¨® en que no actuaba desde ning¨²n sentido o lenguaje preconcebido que construyera una imagen coherente de realidad, sino a partir de un car¨¢cter prometeico cuyas visiones complejas esbozaban la totalidad en el seno mismo de la incertidumbre del tiempo, como memoria colectiva y vaticinio de futuro.
Pero la evoluci¨®n de su teatralidad, situ¨¢ndose en el reverso del teatro ¨¦pico brechtiano, e incluso de proyectos parejos m¨¢s avanzados, gira hacia la anamnesis cr¨ªtica del propio hecho dram¨¢tico, trasladando en ello una figuraci¨®n de metatiempo cuyo n¨²cleo conflictivo no parte sino del presente. As¨ª surgi¨® Tartessos y el ciclo epop¨¦yico que lo continu¨® hasta la actualidad, constituyendo a trav¨¦s de sus mitos-fuerza una de las expresiones dram¨¢ticas m¨¢s genuinas en la redimensi¨®n que, tras las formas experimentales, ha adquirido la tragedia contempor¨¢nea en nuestra literatura.
Y, en efecto, Tartessos mira al conocimiento cr¨ªtico del propio teatro, consagra un ideal, una nostalgia, la epopeya que quiere alcanzar sus or¨ªgenes. Por eso su creatividad dram¨¢tica es veh¨ªculo de una investigaci¨®n que la sobrepasa. La presencia literal de los personajes quiere convertirse en una existencia. Romero Esteo apunta a un objeto en su obra y como la existencia no es nunca un objeto, aspira recuperar lo que hay de objetivo en ese objeto. De ah¨ª sus ensayos contextuales en torno a los or¨ªgenes de Europa. Cuando escribi¨® la obra m¨¢s que una civilizaci¨®n tartesia, hab¨ªa un espesor sin contornos (etrusco dec¨ªa Schulten) una opacidad sin formas, desesperadas abstracciones.
Toda la epopeya-tr¨¢gica, desde el mundo antiguo, exige instaurarse caracterizando su evidencia, haciendo de la presencia una existencia. Se trata as¨ª de una creaci¨®n que no se conforma con la verosimilitud sino que l¨²cidamente busca la objetividad existencial para darle a su humanidad figurada el rasgo de lo humano, es decir, a?adir mundos al mundo.
Su ciclo ¨¦pico ha dado vida a lo que era una ficci¨®n; las investigaciones que Miguel Romero Esteo ha realizado sobre su obra y aquel mundo, la hace existir. Sus personajes hist¨®ricos imaginados adquieren la existencia integral porque su mundo existi¨®. As¨ª sus tesis sobre las relaciones historia-texto dram¨¢tico en primer lugar pueden definirse como fenomenol¨®gicas, enraizando la creaci¨®n, estableciendo las correlaciones funcionales, los contenidos, los s¨ªmbolos, los arquetipos.
Romero Esteo no solo ha creado con sus epopeyas m¨ªticas unos seres de ficci¨®n a los que concedemos una existencia m¨¢s fuerte que la nuestra, sino que con sus indagaciones sobre la civilizaci¨®n tart¨¦sica y el orbe protohist¨®rico nos ha convertido a los espectadores en objetos de un conocimiento que nos deslumbra, que ancestralmente explica nuestro ahora, representando un aut¨¦ntico autoan¨¢lisis de la colectividad y cultura actuales.
Enrique Baena es escritor y catedr¨¢tico de Teor¨ªa de la Literatura de la Universidad de M¨¢laga.
Babelia
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