Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n: regreso al futuro
La marca MVM reaparece con fuerza 15 a?os despu¨¦s de la muerte del escritor con la recuperaci¨®n de sus t¨ªtulos emblem¨¢ticos y la resurreci¨®n de su m¨ªtico detective Carvalho

"Los programadores de divorcio entre cultura de ¨¦lite y cultura de masas morir¨¢n bajo el peso de la masificaci¨®n de la cultura de ¨¦lite¡±, escribi¨® en 1969 Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n (Barcelona, 1939-2003), nacido en el vencido barrio del Raval, crecido bajo la presi¨®n auditiva del ¡°tu padre est¨¢ en la c¨¢rcel¡± o ¡°mejor no hablar del pasado¡± y formado bajo la espada ¡°del gran esfuerzo econ¨®mico en casa para que estudies¡±. Luego se convirti¨® en ilustrado del XVIII y, como gui?o, se hizo puente cultural. A los 15 a?os de su ausencia reaparece por moderno, visionario y necesario.
MVM novelista y ensayista
¡°Mi obra es memoria hist¨®rica y poder¡±, se resum¨ªa V¨¢zquez Montalb¨¢n en los noventa. ¡°Como ensayista, parece que se ocupe unas veces de literatura y arte y otras de ideolog¨ªa y pol¨ªtica, pero se ocupa de cultura pol¨ªtica sabiendo que est¨¢ hecha de aquellos¡ Y en sus mejores novelas no hizo nada diferente¡±, refuerza el catedr¨¢tico de Literatura Espa?ola Jordi Gracia. Ejemplos:¡°El escriba sentado [1997] no habla solo del papel de la literatura en una sociedad capitalista, sino de las transacciones de un intelectual en una sociedad consumista a la que debe sabotear desde el lenguaje mismo, como demuestra un muy vigente Manifiesto subnormal [1970]¡±. En novela, en El estrangulador (1994) se respira ¡°escepticismo ir¨®nico y descre¨ªdo, pero tambi¨¦n militancia incansable, por eso la ¨¦pica pol¨ªtica deb¨ªa ser cantada en un novel¨®n sobre altos vuelos pol¨ªticos como Gal¨ªndez [1990] o en la ¨¦pica humilde de la supervivencia de la derrota en El pianista [1985]¡±. En ambos g¨¦neros, ¡°su percepci¨®n cr¨ªtica es un refugio para la desorientaci¨®n actual¡±, dice Gracia citando La aznaridad (2003) ¡°como anticipo de la peor derecha de hoy¡±, o las novelas comentadas, vivas por ¡°su alianza entre compromiso civil y pol¨ªtico y especulaci¨®n est¨¦tica: algo parecido al regreso del realismo sucio que parecen vivir hoy las letras¡±.
¡°Su mezcla de ficci¨®n, reportaje e investigaci¨®n recuerda a Carr¨¨re¡±, dice la editora Silvia Ses¨¦
¡°Es un escritor clave a recuperar en m¨²ltiples facetas; su mezcla de ficci¨®n, reportaje e investigaci¨®n recuerda a Emmanuel Carr¨¨re¡±, dice la directora editorial de Anagrama, Silvia Ses¨¦, sobre Gal¨ªndez, reflexi¨®n sobre la ¨¦tica de la resistencia a partir del asesinado pol¨ªtico vasco y que acaba de repescar, y a la que seguir¨¢n El pianista y el Diccionario del franquismo (1977). Mucho de resistencia sentimental ten¨ªa tambi¨¦n Barcelonas (1987), sabio y emotivo recorrido por su ciudad, escrutada en cada Carvalho, entonces llenas de obras ol¨ªmpicas, aviso preclaro a sus conciudadanos de que se les estaba ¡°extirpando un fragmento importante de su memoria, mitad cerebro, mitad coraz¨®n¡±; el Consistorio lo ha recuperado. Acert¨® en los pron¨®sticos especulativos y de destrucci¨®n de tejido humano y urbano.
MVM poeta
¡°Siempre se espera un verano mejor y propicio / para hacer lo que nunca se hizo¡¡±. Es el primer verso que record¨® haber compuesto, pero nunca lo public¨®. Porque fue tambi¨¦n poeta: Blas de Otero dijo que era su sucesor y el primero de sus 23 premios fue en 1969, el Vizcaya, por Movimientos sin ¨¦xito. Y un a?o despu¨¦s, su inclusi¨®n en Nueve nov¨ªsimos poetas espa?oles. ¡°Su obra narrativa ha anegado a la po¨¦tica que, encima, queda desplazada en los ochenta por la hegemon¨ªa de la poes¨ªa de la experiencia, m¨¢s realista¡±, enmarca Manuel Rico, autor de Memoria, deseo y compasi¨®n (2001), aproximaci¨®n total al verso vazquezmontalbaniano. Esa poes¨ªa social alambicada desde la vanguardia expresiva (¡°ya es hora de que la literatura se alimente de cine y canci¨®n¡±, escribi¨® en 1969), la cruda posguerra y la insobornable conciencia cr¨ªtica, con huellas de T. S. Eliot, Gil de Biedma o Gabriel Ferrat¨¦, ¡°acab¨® en modesto tirachinas¡±, resumi¨® c¨¢ustico ¨¦l. Una educaci¨®n sentimental (1967) y Praga (1985) ser¨ªan las mejores puertas, sin olvidar Ciudad, poema de 1960, que dio pie al poemario hom¨®nimo (1997) y germen de El estrangulador, aspecto que Rico resalta: los vasos comunicantes entre g¨¦neros. ¡°En Una educaci¨®n sentimental est¨¢ la semilla de El pianista, con presencia tamizada del padre, y en Pero el viajero que huye [1991] hay aromas de Los p¨¢jaros de Bangkok [1983]¡±. A los 15 a?os del deceso, ¡°es dif¨ªcil ver su estela en la poes¨ªa de hoy¡±. La reedici¨®n de Poes¨ªa completa. Memoria y deseo: 1963-2003 (Visor) permite seguir buscando.
Carlos Zan¨®n: ¡°Tuvo olfato para aventurar la corrupci¨®n pol¨ªtica o el boom inmobiliario¡±
MVM autor policiaco
La complicidad entre V¨¢zquez Montalb¨¢n y su criatura m¨¢s internacional, Pepe Carvalho, fue tal que en los tres a?os de enfermedad que alertaban de los problemas cardiovasculares del escritor sin este saberlo se traslucieron en el pesimismo del detective y en sus tramas. Fue Carvalho quien, en 1979, al ganar el Planeta con Los mares del sur, transmiti¨® a su creador ¡°seguridad y capacidad de aprendizaje¡± como novelista. Aunque de entre los 24 t¨ªtulos carvalhianos (en 2019 volver¨¢n Milenio I y II y el Quinteto de Buenos Aires, en Planeta) ¨¦l prefer¨ªa Los p¨¢jaros de Bangkok y La rosa de Alejandr¨ªa (1984) y consideraba Tatuaje (1976), La soledad del m¨¢nager (1977) y Los mares del sur m¨¢s de ¡°cierto aprendizaje¡±, es esta trilog¨ªa la que el escritor Carlos Zan¨®n, que el 15 de enero resucitar¨¢ a Carvalho con Problemas de identidad (Planeta), recomienda ¡ªjunto a Quinteto de Buenos Aires¡ª para ver la g¨¦nesis de ¡°uno de los pocos personajes emblem¨¢ticos del noir espa?ol¡±. Resalta el autor de Yo fui Johnny Thunders la importancia de su denuncia pol¨ªtica y social: ¡°Su olfato para aventurar la corrupci¨®n pol¨ªtica o la del boom inmobiliario o la decepci¨®n por la Transici¨®n ahora tan en boga es brutal ya en libros de los ochenta¡±. Siempre escritos ¡°desde la alta literatura, no hay saldos¡±, y con una t¨¦cnica particular donde ¡°se resuelven los casos hablando, a lo teniente Colombo: son libros de entrevistas¡±, su mayor legado al g¨¦nero es ¡°el optimismo: su Carvalho era pesimista, pero transmit¨ªa la alegr¨ªa de vivir a trav¨¦s de la cocina, la lectura o el trato con la gente, no era el cl¨¢sico investigador amargado y eso se ve en muchos detectives actuales¡±.
MVM periodista
¡°Un ejemplo de opini¨®n no dogm¨¢tica, capaz de salir de su burbuja marxista, impensable hoy, donde cada uno vive atrincherado en su ecosistema informativo¡±, defiende Francesc Salgado, compilador de la obra period¨ªstica de V¨¢zquez Montalb¨¢n, como primer gran legado de quien escribiera casi 9.000 art¨ªculos en 42 a?os. Ambici¨®n literaria, documentaci¨®n bibliogr¨¢fica y oral, recuperaci¨®n de la cultura popular, compromiso pol¨ªtico, sensibilidad social e iron¨ªa marcan, ya con apenas 21 a?os, un estilo que parece de nacimiento. ¡°Era ya muy le¨ªdo: en Solidaridad Nacional escribe como un peque?o historiador¡±. Y a destajo: 70 pesetas el art¨ªculo; 150 la entrevista. Cree Salgado que le inspiraba tambi¨¦n la voluntad de un ¡°periodismo c¨ªvico, rellenando agujeros de conocimiento, y por ello, cuando cree que falta memoria hist¨®rica, se lanza en 1969 con la Cr¨®nica sentimental de Espa?a en Triunfo¡±. Cuatro cabeceras dicen mucho de su periodismo:¡°Por Favor, con Perich y Juan Mars¨¦ y las impagables Noticias del 5? canal; Triunfo y La Calle, por la serie de Sixto C¨¢mara con su vecina Encarna; EL PA?S, por sus textos de pol¨ªtica nacional; e Intervi¨², por los de internacional¡±. Su ¨¦xito como columnista ocult¨® su faceta de gran entrevistador: Mis almuerzos con gente inquietante (1984) o Un polaco en la corte del rey Juan Carlos (1996). Pero ni as¨ª, asume Salgado, ¡°nadie con 30 a?os, ni los m¨¢s brillantes estudiantes de Periodismo o Filolog¨ªa, lo tiene hoy en la cabeza¡±.
MVM cronista deportivo
El cartel en la panader¨ªa del barrio del partido del Bar?a en los cuarenta y sus actuaciones como aguerrido delantero centro (corpulencia a la carga, poco gol), ya en los sesenta, con el equipo Les Flors de Maig y su intelectual alineaci¨®n (Josep Fontana, Borja de Riquer, Josep Termes¡). Es la iconograf¨ªa vital de V¨¢zquez Montalb¨¢n con el f¨²tbol. El becario de las falangistas El Espa?ol y Solidaridad Nacional ya aborda el deporte en 1961, que asomar¨¢ en Cr¨®nica sentimental de Espa?a o en el libro Pol¨ªtica y deporte (1972, con el seud¨®nimo Luis D¨¢vila). El deporte como cloroformo del poder al pueblo, la ¡°ceguera inclasificable¡± de la izquierda ante ¡°la ¨²nica participaci¨®n ¨¦pica legalizada de nuestro pueblo¡± y el Bar?a como ¡°m¨¦dium¡± en la historia de una Catalu?a que pudo haber sido lo cos¨ªa todo. ¡°Rompi¨® con los prejuicios de la cultura de la izquierda, que miraba la gastronom¨ªa como una cosa de pijos; la copla, de franquistas, y el f¨²tbol, de garrulos¡±, comenta el escritor Sergi P¨¤mies, a quien design¨® como heredero, y que fija el inicio del ¡°triple acto terrorista¡± en la serie Bar?a, Bar?a, Bar?a de Triunfo (1969). P¨¤mies cree que hizo escuela: ¡°Cre¨® un espacio inexistente: el comentario cultural del deporte, conocedor de cierta tradici¨®n sudamericana de los Eduardo Galeano, Osvaldo Soriano¡¡±. Destaca esa facilidad para la mezcolanza de la alta y baja cultura (¡°aparec¨ªan en la cr¨®nica Kubala, Marcuse, Mi Jaca y un fricand¨®¡±), as¨ª como un an¨¢lisis cr¨ªtico de regusto marxista ¡°que he intentado mantener¡±. Y sobresale su capacidad de singularizaci¨®n: ¡°Detectaba paradigmas con brutal instinto: con Beckham fue el primero en alertar de la globalizaci¨®n del f¨²tbol¡±. Cuando el balompi¨¦ mut¨® el lugar simb¨®lico que le hab¨ªan dejado la pol¨ªtica y las religiones por el mercantilismo planetario, ¨¦l se fue despegando. Pero quedan libros, recomienda, como F¨²tbol. Una religi¨®n en busca de Dios y el reci¨¦n Bar?a, cultura i esport (en Base), que demuestran que fue un gran delantero centro¡ period¨ªstico.
MVM gastr¨®nomo
En los fogones igual hab¨ªa un arroz de bacalao y verduras a fuego lento, que ¨¦l controlaba desde el piso de arriba, mientras escrib¨ªa. ?Por qu¨¦ ha sido el gastr¨®nomo m¨¢s popular desde la Transici¨®n? ¡°Porque fue un aventurero del paladar, de mirada inquisitiva, siempre abierta a nuevos movimientos, lejos de la cocina cobarde que reproduce la mesa-camilla de casa; y tambi¨¦n muy generoso con los nuevos cocineros¡±, resume el periodista Pau Aren¨®s, autor de Los genios del fuego y gran conocedor de todas las cocinas del escritor. Ayud¨® a la popularizaci¨®n de esa faceta que traspasar¨¢ a su detective la pasi¨®n. ¡°El Carvalho gastron¨®mico s¨ª es cien por cien Manolo, incluso compartieron el viaje de la humildad culinaria a la opulencia¡±. Un personaje que tambi¨¦n le sirvi¨® al escritor: ante la inc¨®moda reivindicaci¨®n desde la izquierda de esos placeres, ¡°en un contexto de l¨ªderes como Carrillo o la Pasionaria, que ya reflejaban que no com¨ªan en exceso, Carvalho le sirvi¨® de parapeto¡±. Tan bien pertrechado en la alacena como en la biblioteca (un millar de ejemplares del tema), recuerda Aren¨®s que escribi¨® ¨¦l solo una enciclopedia (Carvalho gastron¨®mico: 10 vol¨²menes), y de su producci¨®n restante destaca Contra los gourmets (1985): ¡°Todo su corpus gastron¨®mico es un redescubrimiento continuo, pero este mundillo es cada vez m¨¢s autosuficiente con Twitter e Instagram: hay pocos cocineros y comensales que lean; no hay memoria, es ceniza¡±.
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