Un minucioso paseo por los retratos de Lucian Freud
Dos vol¨²menes editados por Phaidon reproducen y analizan su obra m¨¢s esencial con textos de Martin Gayford y la supervisi¨®n de su heredero y asistente David Dawson
No es un cat¨¢logo razonado, pero se le aproxima mucho. Lucian Freud, (Phaidon) escrito por el cr¨ªtico Martin Gayford y supervisado por su heredero y asistente durante dos d¨¦cadas, David Dawson, es la mayor biograf¨ªa pict¨®rica que se le ha dedicado hasta la fecha al gran maestro del hiperrealismo. Su mayor novedad consiste en apreciar por primera vez 486 excelentes reproducciones de su obra (dej¨® alrededor de 500) colocadas en orden cronol¨®gico y divididas por d¨¦cadas, que abarcan desde sus comienzos en los a?os treinta hasta su muerte en 2001. Editado exclusivamente en ingl¨¦s, el proyecto est¨¢ destinado a los seguidores del artista con mayor poder adquisitivo: 475 euros cuesta cada uno de los 3.500 ejemplares de los que consta la exclusiva tirada. No est¨¢ prevista ni su traducci¨®n al espa?ol ni la publicaci¨®n de una edici¨®n m¨¢s asequible. La obra fue presentada el pasado mes de noviembre en el Museo Thyssen, escenario de la pr¨®xima antolog¨ªa del nieto de Sigmund Freud en Espa?a, prevista para comienzos de 2020.
David Dawson es, seguramente, una de las personas que mejor puede hablar del autor de retratos y desnudos hiperrealistas que le convirtieron en uno de los artistas m¨¢s cotizados y admirados del siglo XX. Dawson, modelo en ocho ocasiones para Freud, explica que la contemplaci¨®n de las p¨¢ginas de los vol¨²menes conlleva un detallado viaje por la biograf¨ªa del artista. Recuerda que el ambiente extremista de los a?os treinta en Berl¨ªn -donde naci¨® el artista- forz¨® a la familia a trasladarse a Londres y que fue en la capital brit¨¢nica donde comenz¨® su carrera pict¨®rica. La amistad desde aquellos primeros momentos con Francis Bacon fue determinante en su vida. ¡°Es curioso ver¡±, rememora el antiguo asistente, ¡°como despu¨¦s de los ¨¦xitos en la d¨¦cada de los cincuenta, es relegado al olvido en los sesenta. A ¨¦l no le importaba porque defend¨ªa su privacidad a ultranza. Es en los ochenta cuando se convierte en una aut¨¦ntica celebridad y se hace famoso en todo el mundo por sus desnudos¡±. Pocos personajes p¨²blicos se sustrajeron al atractivo de la pincelada de Freud: desde Kate Moss a Isabel II pasando por Jerry Hall, todos quedaron retratados.
Cuenta David Dawson que todos los personajes que aparecen en la obra de Lucian Freud eran gente de su entorno privado. Afirma que ni aceptaba encargos ni sal¨ªa a la calle a buscar seres ex¨®ticos. Todos eran amigos, vecinos o familiares. Les retrataba en su estudio y sol¨ªa realizar simult¨¢neamente varios cuadros. Cada obra duraba alrededor de un a?o y los modelos posaban seis horas seguidas por la ma?ana o por la tarde, despu¨¦s de un descanso para el almuerzo. Sol¨ªa conversar con quienes posaban y era un hombre con mucho sentido del humor y muy inteligente, recuerda Dawson. Cuando una obra no le gustaba, la romp¨ªa sin mayores miramientos y volv¨ªa a empezar. Solo en una ocasi¨®n, que recuerde David Dawson, el retratado rompi¨® el cuadro al no estar de acuerdo con el resultado. En sus ¨²ltimos a?os produjo muchos retratos en los que aparec¨ªan perros o gatos. ¡°Eso era porque se sent¨ªa m¨¢s c¨®modo con los animales que con muchas personas¡±, asegura Dawson.
Casado en dos ocasiones y padre de 13 hijos, a su muerte a los 88 a?os dej¨® una herencia millonaria, 118 millones de euros a repartir entre su asistente personal, David Dawson, su abogada, Diana Rawstron, y una de sus hijas, Rose Pierce. Otro de los hijos puso una reclamaci¨®n en los tribunales, aunque perdi¨® la demanda. Cuando se le pregunta a Dawson sobre su relaci¨®n con la familia, responde que es buena y fluida. Se sabe que el asistente hered¨® la casa de Lucian Freud, 3,3 millones de euros y los derechos de reproducci¨®n sobre la obra. Pero declina hablar de los cuadros que posee del artista. ¡°A su muerte todo estaba vendido¡±, asegura. Reconoce que tiene varios, pero prefiere no decir cu¨¢les son.
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