El hurac¨¢n de Porto Alegre

Algunos biopics musicales son como un concierto de banda de tributo por otros medios: la celebraci¨®n lit¨²rgica de un icono, recreado como mero espejismo, antes que la lectura de una figura y de un legado. Quiz¨¢ podr¨ªa hablarse biopics-cover y biopics-banda de tributo (o, siendo m¨¢s malintencionados, biopics-playback o biopics-karaoke): la Barbara (2017), de Mathieu Amalric, podr¨ªa ser un buen ejemplo del primer modelo, mientras que Elis, la voz de Brasil, de Hugo Prata, se inscribir¨ªa, como el grueso del subg¨¦nero, dentro del segundo.

Renovadora de la bossa nova por la v¨ªa de la espectacularizaci¨®n de la voz y el gesto, Elis Regina logr¨® afirmar su singularidad en el momento de m¨¢ximo esplendor de un tropicalismo que funcionaba como disidencia vital y est¨¦tica bajo una dictadura militar que acab¨® gestionando la temporal ca¨ªa en desgracia de la estrella a los ojos de la izquierda. Con una Andr¨¦ia Horta que puede hacer justicia a Regina en su entrega, lenguaje corporal y actitud, pero no en su voz ¨Ca quien escuchamos cantar es a la verdadera Elis-, la pel¨ªcula de Prata logra dotar a sus im¨¢genes con la convincente textura de un imposible viaje en el tiempo, pero el relato se conforma con ser una mera s¨ªntesis did¨¢ctica de una compleja trayectoria vital y art¨ªstica.

Elis, la voz de Brasil logra, con todo, mantenerse dentro de los m¨¢rgenes de una cautelosa correcci¨®n hasta llegar a un desenlace, que pese a apuntarse gratamente sobrio, acaba cayendo en un tono enf¨¢tico de pobre culebr¨®n.