Grafitis feministas pintan la historia obrera gaditana
Un colectivo de artistas ilustra en murales el pasado de las trabajadoras de El Puerto
Las mujeres obreras de Conservas Sur trabajaban por 3,20 pesetas al d¨ªa, menos de la mitad que sus compa?eros que, por hacer exactamente lo mismo, ganaban 6,60. En esta factor¨ªa de la localidad gaditana de El Puerto de Santa Mar¨ªa, ellas eran mayor¨ªa -119 frente a 49 obreros- durante la Segunda Rep¨²blica, pero ni siquiera estaban censadas. Por eso ahora la artista Regina Carabayo tiene que pintar la penetrante mirada de una de esas mujeres, inmortalizada en una de las pocas fotograf¨ªas que existen, sin ni siquiera saber qui¨¦n era.
Armada con sus brochas y rodillos, Carbayo es una de las pintoras del colectivo El Hervidero que est¨¢n contribuyendo a tapar la degradaci¨®n del casco hist¨®rico de El Puerto con murales sobre la historia y cultura de la ciudad. ¡°Fueron los propios artistas de esta entidad los que nos pidieron colaborar¡±, reconoce Jos¨¦ Luis Bueno, concejal de Comercio del Ayuntamiento, instituci¨®n que junto a los comerciantes financia los 6.000 euros que costar¨¢ la actuaci¨®n.
Ser¨¢n cuatro intervenciones art¨ªsticas y la primera dedicada a las mujeres trabajadoras ya est¨¢ apunto de concluir en el muro de un aparcamiento de la avenida de la Bajamar, en las inmediaciones de la desembocadura del r¨ªo Guadalete. All¨ª, justo a la espalda del varadero donde languidece el siniestrado Vaporcito -la motonave Adriano III que conectaba la ciudad con C¨¢diz y se hundi¨® en 2011-, Regina Carbayo se emplea a fondo en las dos de las cuatro pinturas que compondr¨¢n el mural. Junto a ella, Jes¨²s Espinar (o su ¨¢lter ego art¨ªstico Arte Consciente) y Celia Moro completan la actuaci¨®n que recuerda a las obreras portuenses de principios del siglo XX.
¡°Hemos ligado la intervenci¨®n art¨ªstica en la ciudad, la revitalizaci¨®n de zonas como estas y la reivindicaci¨®n de profesiones perdidas hechas por mujeres que han quedado olvidadas en la historia¡±, resume Bueno. Una de las escenas representa a las mujeres conserveras; otra a las rederas, encargadas de realizar redes para barcos, y otra m¨¢s a las malleras, tejedoras de las redecillas que cubr¨ªan las botellas de brandy. El mural lo completa una jacaranda, s¨ªmbolo de la mujer, y un collage de las etiquetas de los productos que estas mujeres fabricaban.
No ha sido f¨¢cil siquiera poder representar los oficios perdidos de estas obreras. Las pinturas, realizadas en acr¨ªlico con brocha y rodillo, se basan en las escasas fotograf¨ªas que existen sobre estas mujeres, recogidas en el art¨ªculo de investigaci¨®n Las obreras conserveras portuenses durante la Segunda Rep¨²blica, publicado por Isabel P¨¦rez S¨¢nchez en 1998.?A este documento recurri¨® Carabayo para descubrir, con asombro, que las condiciones penosas de las trabajadoras de la ¨¦poca. Eran los mimbres que la pintora necesitaba para motivarse. ¡°He querido reflejarlas como rostros que emergen y centrarme en sus miradas¡±, explica.
Reivindicaci¨®n del pasado
El trabajo de Carabayo poco ha tardado en interpelar a los vecinos de El Puerto: ¡°Me han venido personas diciendo que su abuela fue mallera o conservera. No s¨¦ a qui¨¦n estoy pintando, por eso puede ser cualquiera que tenga antepasadas de aqu¨ª que se dediquen a esto¡±.
La visibilizaci¨®n de estas trabajadoras humildes solo recordadas en el seno de sus familias no es la ¨²nica reivindicaci¨®n que quiere evocar estos murales. Mientras que en la desembocadura del Guadalete ya dan los ¨²ltimos retoques a sus obreras, en otro punto del centro, en la plaza Juan Gavala, Jos¨¦ Antonio Dom¨ªnguez ya ha comenzado otra pintura. En este caso, estar¨¢ dedicada a la historia del agua que, procedente de un manantial a las afueras de la localidad, acababa en las fuentes p¨²blicas y, de ah¨ª, en las galeras que iban a Am¨¦rica en el siglo XVII y XVIII. ¡°La clave es usar el arte como reivindicaci¨®n hist¨®rica, cultural y social de El Puerto¡±, reconoce el artista Jes¨²s Espinar.
Arte Consciente firmar¨¢ otro mural, en las inmediaciones del Ayuntamiento, en el que se representar¨¢n los or¨ªgenes de la ciudad, a trav¨¦s de los vestigios cer¨¢micos aparecidos en distintos yacimientos. Francisco Mesa, tambi¨¦n integrante de El Hervidero, ser¨¢ el encargado de la ¨²ltima obra que representar¨¢ elementos de la naturaleza del municipio en un lugar a¨²n por definir. En definitiva, recordar el pasado y el presente justo en aquellos rincones en los que la degradaci¨®n hoy afea el paisaje urbano. ¡°Lo importante es recordar lo que la ciudad fue para no olvidarnos de lo que puede volver a ser¡±, remacha orgulloso el concejal Antonio Fern¨¢ndez.
Babelia
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