¡°Me resultar¨ªa aburrido recrear en una pel¨ªcula solo la realidad¡±
Yorgos Lanthimos estrena 'La favorita', un filme de ¨¦poca con tres actrices extraordinarias que lleva su sello de locura y absurdez
Ante de la entrevista, un publicista cierra los ¨²ltimos detalles con el redactor. Y le desea que vaya bien ¡°con el griego loco¡±. A Yorgos Lanthimos tambi¨¦n se le han pegado otras etiquetas, como visionario, intruso o intenso. ?Qu¨¦ opina ¨¦l? ¡°Creo que son todas ciertas. Las personas son distintas y ven las cosas de manera diferente. Bienvenido sea. Ahora bien, afirmar eso sobre m¨ª sin conocerme, por mi obra, no parece muy v¨¢lido¡±. Puede, en efecto, que hasta sea mentira. Porque en persona Lanthimos se muestra prudente y ponderado. Habla despacio, sonr¨ªe sin excederse, mide sus palabras. Resulta que el maestro del delirio es un artista del equilibrio. Y eso que sus filmes destrozan el statu quo: de los hijos de Canino, sin contactos con el exterior y criados en la creencia de que los gatos son bestias asesinas y el mar es una silla, al universo de Langosta, donde los solteros acaban transformados en animales.
¡°Intento evolucionar y aprender de lo que hago, cambiar para no aburrirme. Para m¨ª siempre es un experimento. Imagino una situaci¨®n, creo una historia, la filmo y la suelto por el mundo. La gente hace lo que quiera con ella. No puedes esperar una reacci¨®n o comprensi¨®n espec¨ªfica¡±, asegura el director (Atenas, 1973). Aunque lo cierto es que cada vez que un filme de Lanthimos visita un festival, se lleva un premio. As¨ª fue con su ¨²ltima criatura, La favorita, galardonada por la interpretaci¨®n de Olivia Colman en Venecia, donde se celebr¨® esta charla. La pel¨ªcula llega hoy a Espa?a, tras el r¨¦cord de nominaciones de los premios del cine independiente brit¨¢nico, y con una larga lista de cr¨ªticos rendidos a su brillo y a sus tres protagonistas: Colman, Emma Stone y Rachel Weisz.
Antes, esos mismos expertos se quedar¨ªan sorprendidos. Lanthimos siempre crea de la nada sus proyectos, los coescribe con Efhymis Filippou, y los centra en golpear cimientos y certezas de la sociedad. La favorita, en cambio, procede de otros guionistas, que se la propusieron hace una d¨¦cada, y es cine de ¨¦poca, m¨¢s comercial. En la Inglaterra del siglo XVIII, dos mujeres pelean por la atenci¨®n de Ana, reina susceptible, insegura e impulsiva: est¨¢n dispuestas a todo para compartir su poder (y su cama). Sobre una base de historia m¨¢s o menos real, el griego imprime a fuego su sello: absurdez, humor negro, sexo, luz natural, patos y fusiles. Momentos extremos, puro Lanthimos. Se cuenta que todas las pelucas usadas en el plat¨® ten¨ªan nombre propio, y que el cineasta siempre sab¨ªa cu¨¢l de los 17 conejos a su disposici¨®n necesitaba.
¡°Me resultar¨ªa aburrido recrear en una pel¨ªcula solo la realidad. Haces un filme para provocar una reacci¨®n, la que sea. Me interesa empujar a los personajes para revelar cosas del comportamiento humano que no se ven todos los d¨ªas y atizar a la gente. Luego, todo es permitido, no hay reacci¨®n buena o mala del p¨²blico¡±, afirma. ¡°Solo hago una pel¨ªcula si tengo el control creativo. Si no, filmar¨ªa anuncios¡±, agrega. Los rod¨®, al principio. Pero le sirvieron de entrenamiento y caja para su cine, lo que siempre quiso. En la estela de sus admirados Tarkovsky, Kubrick y Bu?uel. Con la surrealista Kinetta, Lanthimos se hizo notar. Y con Canino, despeg¨®. Langosta y El sacrificio del ciervo sagrado le dieron estrellas y visibilidad. A La favorita, pide la consagraci¨®n como autor tan talentoso como peculiar.
¡°No creo que nunca me haya quedado impactado¡±, suelta. El cineasta jura que no hay g¨¦neros prescindibles, sino filmes buenos y malos; y que ¨¦l ve todo tipo de cine, incluso el de superh¨¦roes. Solo hay una excepci¨®n: sus propias obras. Lanthimos evita todos los pases previos, las descubre en el estreno oficial, y nunca m¨¢s, durante ¡°15 a?os¡±. Tampoco disfruta los rodajes: ¡°El estr¨¦s en el plat¨® es inmenso. Tienes mucha presi¨®n y poco tiempo para lograr algo que se quedar¨¢ as¨ª para siempre¡±. La clave, para el griego, llega mucho antes. ¡°Lo m¨¢s importante es escoger a la gente correcta, confiar y darle un espacio apropiado. Me tomo mucho tiempo para estar seguro de que los actores conozcan mi obra, quieran ser parte del proyecto por eso y no lleguemos a una situaci¨®n donde quieran trabajar a su manera. Todos los int¨¦rpretes de mis filmes eran conscientes de mi trabajo¡±. Sus publicistas, tambi¨¦n.
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