Italianos... ?Mussolini ha vuelto?
Una biograf¨ªa novelada hace resurgir la figura del dictador, que atrae al cine, la literatura y la televisi¨®n en un momento en el que algunos ven similitudes con los a?os previos al fascismo
![M. El hombre de la providencia](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RG53WSAQYV77EIRTD76TG3KRCM.jpg?auth=3d0034f43b6a2b19a5d7c967eb3bf7aab77c65f7c911aae1ab2a2f05d6d8eaea&width=414)
![Daniel Verd¨²](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fauthor-service-images-prod-us-east-1.publishing.aws.arc.pub%2Fprisa%2Fe754d022-18a1-44ce-a528-105a01f36f2f.jpg?auth=dcb863cacfc0bb32942db2b658618b2a27252ccfa1bd13aa2a00df339401e234&width=100&height=100&smart=true)
Una peque?a burgues¨ªa desclasada, asustada por la percepci¨®n de una invasi¨®n extranjera; un partido que invoca la antipol¨ªtica y recela de la actividad del Parlamento en un clima de descomposici¨®n y crisis econ¨®mica. Mucho ruido: de sables y de los altavoces de la propaganda. Y, al final de las escaleras del palacio del Quirinal, un hombre fuerte con una lista de ministros bajo el brazo. Un siglo despu¨¦s, Italia mira hacia atr¨¢s en busca de algunas respuestas mientras renace cierta fascinaci¨®n por Benito Mussolini en las librer¨ªas, la televisi¨®n y el cine. Un fen¨®meno cultural que coincide con un resurgimiento de los partidos fascistas (CasaPound, Forza Nuova...) y un clima en el que muchos perciben el aroma de la Italia que cocin¨® al monstruo entre 1919 y 1921. El regreso, m¨¢s all¨¢ de la cuota de nost¨¢lgicos, se articula en torno a una biograf¨ªa novelada que ha despachado desde septiembre m¨¢s de 100.000 copias y ha logrado desbancar algunas semanas a la del mism¨ªsimo Francesco Totti en las listas de ¨¦xitos.
![Portada de M. Il figlio del secolo, Antonio Scurati.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZPMTBDOHWSDPNGL53SBCSQPVXY.jpg?auth=b63cce326a057e2de57b7150616b72e5faf3f55b07aed2dadb68ea1523712884&width=414)
M. Il figlio del secolo (Bompiani, 2018), la monumental obra de Antonio Scurati ¡ªpensada como la primera parte de una trilog¨ªa de la que ya est¨¢ en marcha tambi¨¦n una serie¡ª asalt¨® las librer¨ªas hace cuatro meses. Sus 839 p¨¢ginas y el acercamiento novelado a una figura sobre la que, en realidad, quedaban pocos misterios por resolver no invitaban a la euforia comercial. Pero su autor ten¨ªa clara la clave para una obra que se traducir¨¢ ahora a 20 idiomas (en Espa?a la publicar¨¢ Alfaguara) y ha copado las tertulias televisivas. ¡°Nadie hab¨ªa osado narrar la conquista del poder de Mussolini sin prejuicios, un tab¨² imped¨ªa hacerlo. Se cumpl¨ªan ya casi 100 a?os de la fundaci¨®n del fascismo y era justo que cayese, que se pudiese contar con la libertad despiadada y desprejuiciada de la literatura. Siempre hab¨ªa sido un relato basado en el prejuicio antifascista. La condena como mal absoluto ven¨ªa antes de cualquier discurso. Primero ten¨ªas que declararte antifascista. Y era necesario, por supuesto: la Rep¨²blica Italiana se funda sobre eso. Pero el nuevo antifascismo, el nuevo relato formativo de una conciencia democr¨¢tica no puede basarse sobre un prejuicio ideol¨®gico. Debe ser equidistante, como hace el arte y la literatura. La condena viene despu¨¦s de la lectura, no antes¡±, afirma Scurati.
El autor estudi¨® durante cinco a?os aquel periodo y construy¨® un relato trepidante sobre el ascenso al poder de un exsocialista corro¨ªdo por el resentimiento y con las ¨²nicas armas de un peri¨®dico (Il Popolo d¡¯Italia) y un grupo de escuadrones que sembraron el terror en una sociedad desnortada. Todos los pensamientos y reflexiones del joven Mussolini est¨¢n basados en sus discursos y art¨ªculos, en conversaciones verificadas por el autor. Hay fragmentos de peri¨®dicos e informes oficiales. El relato est¨¢ cosido a base de retales historiogr¨¢ficos min¨²sculos de aquellos d¨ªas. Pero, a¨²n as¨ª, hab¨ªa un riesgo en su mirada. ¡°Me arm¨¦ con procesos muy rigurosos. Cada personaje, suceso, broma, cada discurso ser¨ªa hist¨®ricamente documentado o contrastado. No me conced¨ª la libertad de invenci¨®n. Si hay una escena donde Mussolini blasfema, hay al menos tres testimonios que lo confirman¡±, se?ala.
Pero en 2018 hubo m¨¢s acercamientos al Duce. Tambi¨¦n se estren¨® con ¨¦xito la pel¨ªcula Sono tornato, de Luca Miniero, basada en el filme que parodiaba el retorno de Hitler a la Alemania contempor¨¢nea. En este caso, un Mussolini desorientado aterrizaba en Roma y terminaba convertido en una estrella televisiva. Antes de terminar el a?o, lleg¨® a las librer¨ªas el Romanzo di Benito (Utet, 2018), una obra sobre todos los falsos mitos alrededor del dictador italiano construida por Pasquale Chessa. ?Blanquear al monstruo?
Algunos, como la historiadora Donatella Di Cesare, piensan que durante a?os Mussolini ha seguido gozando en Italia de una mirada ben¨¦vola que separaba sus logros de sus errores. ¡°La narraci¨®n en la inmediata posguerra y en las d¨¦cadas posteriores ha sido muy justificativa¡±, se?ala. Pero el nuevo magnetismo del dictador, m¨¢s all¨¢ de la emergencia de fen¨®menos fascistas para millenials en Italia como CasaPound (con agresiones incluidas), se explica por otros factores.
El logro de Scurati
![Portada de Il Romanzo di Benito, de Pasquale Chessa.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/J6NQNGYDRJ2X6PB62CRBERLTUQ.jpg?auth=1cbff67ae437c9306a059db208b7d2ef7674491e89aad32c14a92ee6f963e6e0&width=414)
Paolo Mieli, exdirector de Il Corriere della Sera y ensayista, apunta a tres motivos. ¡°Primero, las coincidencias entre algunas cosas que suceden hoy y en la ¨¦poca que preced¨ªa a la aparici¨®n de Mussolini: desorden, desorientaci¨®n y miedo. Se tiene la impresi¨®n de que esto nos ayudar¨¢ a entender el momento y la pol¨ªtica actual. Adem¨¢s, Mussolini y Hitler siempre han sido descritos como fen¨®menos horribles, pero nunca se logra entender c¨®mo el consenso pudo ser tan alto, tambi¨¦n internacionalmente. El tercer elemento se debe al libro de Scurati: una obra muy voluminosa, pero escrita como una novela que permite acercarse a las partes m¨¢s secretas y complejas de manera comprensible. Hasta hoy los libros accesibles eran demasiado superficiales, y los completos eran de dif¨ªcil lectura¡±, se?ala.
Italia atraviesa una nebulosa democr¨¢tica en la que su ministro del Interior y l¨ªder del partido con m¨¢s apoyos en todas las encuestas se viste de polic¨ªa, se fotograf¨ªa con ultras del f¨²tbol condenados y parafrasea todo el tiempo a Mussolini con algunos de sus esl¨®ganes. Se le oye a menudo el ¡°Me ne frego¡± [algo as¨ª como me la suda], ¡°Io tiro dritto¡± [voy hacia adelante], ¡°Chi si ferma ¨¨ perduto¡± [el que se para est¨¢ perdido] o ¡°Tanti nemici, tanto onore¡± [tantos enemigos, tanto honor]. Pero, ?hay similitudes reales entre ambos periodos? Scurati cree que no habr¨¢ m¨¢s mussolinis, pero se?ala: ¡°Todo comenz¨® con unos pocos profesionales de la violencia, artistas como Marinetti... pero lo acompa?¨® la peque?a burgues¨ªa que se sent¨ªa empobrecida, traicionada por la pol¨ªtica, disgustada por la corrupci¨®n, desconcertada por los juegos parlamentarios¡ Las declaraciones de Gabriele D¡¯Annunzio y Mussolini contra lo que pasaba en el Parlamento recuerdan a lo que escuchamos ahora. Los l¨ªderes de hoy hablan el mismo lenguaje¡±.
Hip¨¦rbole comercial
Emilio Gentile, uno de los mayores expertos y autor de m¨¢s de una decena de libros sobre aquel periodo, cree que todo esto suena a hip¨¦rbole comercial. Gentile, que no ha le¨ªdo el libro de Scurati, sostiene que carece de sentido el parang¨®n con la actualidad. ¡°Todo esto es una moda que pasar¨¢. Hoy existe este juego period¨ªstico y publicitario de hablar de un retorno del fascismo que no es absolutamente posible. Ni siquiera en otras formas como ¡®el fascismo eterno¡¯ al que se refer¨ªa Umberto Eco. Hablar de una vuelta a eso es rid¨ªculo y sostenerlo continuamente quiere decir que el antifascismo es continuamente derrotado. Y eso es mentira. El antifascismo gan¨® en 1945. Lo que me choca como persona que estudia desde hace 50 a?os este tema es que Mussolini no presenta ning¨²n car¨¢cter misterioso. Fue extrovertido, escribi¨® mucho sobre s¨ª mismo. No hay ninguna explicaci¨®n para el parang¨®n m¨¢s all¨¢ que la de acercarlo al modelo de hombres fuertes que van hoy en d¨ªa por el mundo¡±.
Pero el nuevo magnetismo comercial de M., a la espera este a?o de una serie de televisi¨®n (de los productores de The Young Pope) y los otros dos cap¨ªtulos de la trilog¨ªa, no ha terminado.
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