Don Shirley, demasiado negro para ser dios
La pel¨ªcula 'Green Book' rescata una peque?a parte de la vida de un pianista con talento sobrehumano y denigrado por su color de piel para dedicarse a la m¨²sica cl¨¢sica
Esta es la historia de tres pianistas negros en un pa¨ªs racista. Esta historia arranca hace setenta a?os, con la condena a un joven m¨²sico, amante de la cl¨¢sica, al ostracismo del pop y la ligera por su color de piel. Al parecer, el negro no rima con Liszt. En 1962, Don Shirley (1927-2013), el virtuoso pianista que ten¨ªa prohibido convertirse en un cl¨¢sico, marcha a girar por el profundo sur y se lleva a Tony Lip, su conductor y guardaespaldas, portero de discoteca italioamericano en Nueva York, que suda racismo haga fr¨ªo o calor. Seis a?os antes, Nat King Cole hab¨ªa sido brutalmente agredido en un escenario en Alabama. Tras m¨¢s de un a?o de carretera, abucheos y conciertos, seg¨²n la f¨¢bula creada para el cine por el hijo de Tony, Nick Vallelonga, la amistad entre hombre negro y hombre blanco cuajar¨¢... para redimir al mastuerzo. De ah¨ª que la familia del pianista jamaicoamericano deteste la pel¨ªcula?Green Book, porque Vallelonga ha documentado la gira en homenaje a su padre. Los Shirley piensan que es un filme ¡°salvablancos¡±.
Si para la familia del pianista la pel¨ªcula es un desacato moral a la dignidad de su comunidad, porque ¡°no es m¨¢s que la versi¨®n de un hombre blanco de lo que es la vida de un hombre negro¡± (seg¨²n ha dicho la sobrina del pianista), en los Globos de Oro se coron¨® como comedia o musical del a?o. Ya se ver¨¢ si los acad¨¦micos en los Oscar se sienten tan ofendidos con la secuencia en la que Lip anima a Shirley a renunciar a un programa de m¨²sica cl¨¢sica en favor de un repertorio popular (?Lip le descubre a Aretha Franklin y Chubby Checker!), en un club nocturno completamente negro o en eso de que un blanco (Viggo Mortensen) le ense?e los placeres de comer pollo frito a un negro (Mahershala Ali).
Virtuosismo divino
Para entender la dimensi¨®n de Shirley, Igor Stravinsky lo alab¨® sin pudor: ¡°Su virtuosismo es digno de los dioses¡±. Hablaba ocho idiomas, era doctor en psicolog¨ªa y sab¨ªa pintar. Y aunque en?Green Book sea simplemente la nota de color en el blanqueamiento del racismo, Don Shirley toc¨® su primera nota con dos a?os, a los nueve acompa?aba en el ¨®rgano de la iglesia a su padre (un sacerdote episcopal) y a los 18 debut¨® en un concierto (un a?o antes de interpretar su primera composici¨®n original con la Orquesta Filarm¨®nica de Londres). Pero era demasiado negro para ser un dios y ni la fama ni el reconocimiento lo subieron al Olimpo, donde el aforo lo dictan los blancos.
Uno de aquellos todopoderosos que tienen las llaves de los lugares donde se escriben los grandes relatos de la historia era Sol Hurok, empresario musical que le avis¨®: jam¨¢s, ning¨²n auditorio en los EE UU aceptar¨¢ a un hombre negro tocando a Chopin, su m¨²sico favorito. Si quer¨ªa sobrevivir en este mundo desigual deber¨ªa ganarse la vida lejos de su pasi¨®n y as¨ª se convirti¨® en un sobresaliente pianista de jazz, tocando ¡°m¨²sica negra¡±, como le solt¨® Hurok, y no mazurcas, polonesas y valses rom¨¢nticos. ¡°La experiencia negra a trav¨¦s de la m¨²sica con dignidad. Esto es todo lo que he tratado de hacer¡±, dijo en una entrevista con The New York Times.
El resultado de su dignidad es Water boy (1961), su gran ¨¦xito, donde termin¨® fundiendo el verbo musical de Chopin al de la m¨²sica de los a?os sesenta, con sus rabiosos golpes improvisados. Aunque nunca se consider¨® un artista (prefer¨ªa la etiqueta de "m¨²sico"), ni un int¨¦rprete de jazz. De hecho, una vez convertido en celebridad insisti¨® en su mayor pasi¨®n: su carrera como int¨¦rprete de cl¨¢sica. Y grab¨® un concierto de Rachmaninoff, con la Orquesta Filarm¨®nica de Nueva York... y ninguna compa?¨ªa discogr¨¢fica quiso lanzarlo.
Un pa¨ªs dividido
Los otros dos pianistas negros de esta historia son el profesor de piano de Mahershala Ali y el propio actor. La maestr¨ªa de las manos de Ali-Shirley en pantalla es la de Kris Bowers, autor de la partitura de la pel¨ªcula y doblador de dedos al piano de Ali. Trabajaron juntos durante tres meses antes del rodaje, para que Mahershala se viera como un pianista incluso cuando no estaba sentado frente al teclado. La postura, la coreograf¨ªa de Shirley mientras tocaba, todo lo que necesitaba para interpretar la melod¨ªa del cuerpo del maestro. Bowers, con 29 a?os, ha colaborado con Jay-Z y Kanye West y participa en la gran serie de Netflix?White People. Otro ni?o prodigio, que empez¨® a tocar el piano con cuatro a?os.
Ambos han hecho posible de nuevo el viaje (musical) de Shirley por la l¨ªnea Mason-Dixon, una demarcaci¨®n de finales del siglo XVIII, que cruza las fronteras de Pensilvania, Virginia Occidental, Delaware y Maryland. La l¨ªnea cultural que separa el norte del sur de los EEUU, la libertad de la esclavitud. Thomas Pynchon public¨® en 1997?Mason y Dixon, una novela sobre la vida y aventuras del astr¨®nomo Charles Mason (1728-1786) y del top¨®grafo Jeremiah Dixon (1733-1779), autores de esta delimitaci¨®n y perfecta dualidad en la que Pynchon se siente tan c¨®modo, una novela de novelas en la que caben abducciones alien¨ªgenas y todo tipo de conspiraciones en un pa¨ªs donde lo incre¨ªble es la verdad.
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