Muere el actor brit¨¢nico Albert Finney a los 82 a?os

Cuando le nominaron por primera vez a los Oscar, en 1964, Albert Finney se lanz¨® al mar. Compet¨ªa por el premio al mejor actor, por Tom Jones, pero no pudo importarle menos: en lugar de asistir a la gala zarp¨® en un barco hacia los mares del Sur. Cuatro veces m¨¢s obtuvo una candidatura (Asesinato en el Orient Express, La sombra del actor, Bajo el volc¨¢n y Erin Brockovich) y en otras tantas ocasiones dej¨® plantada la ceremonia. Nunca gan¨® el Oscar, pero qued¨® claro que la rebeld¨ªa estaba en su sangre. Actor tan carism¨¢tico como vers¨¢til, siempre se neg¨® a tener agente, y rechaz¨® los t¨ªtulos honor¨ªficos de caballero y comandante de la orden del imperio brit¨¢nico. Renegaba de quien le llamaba ¡°sir¡±, porque ¡°solo perpet¨²a una de las mayores enfermedades inglesas, el esnobismo¡±. Pudo armarle una revuelta incluso al c¨¢ncer, que pareci¨® superar en 2011. Desde hoy viernes, sus pel¨ªculas y su esp¨ªritu ind¨®mito son un legado para miles de fans: Albert Finney falleci¨®, a los 82 a?os, en el hospital Royal Marsden, en las afueras de Londres, por una infecci¨®n en el pecho.

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Desaparece, as¨ª, el mejor int¨¦rprete del detective H¨¦rcules Poirot, en palabras de la mism¨ªsima Agatha Christie; o el c¨®nsul alcoh¨®lico de Bajo el volc¨¢n, que Nicolas Cage estudiar¨ªa a?os despu¨¦s para Leaving Las Vegas, que le dar¨ªa un Oscar. Fue Scrooge en el teatro y Winston Churchill en la televisi¨®n; se pele¨® con Audrey Hepburn en Dos en la carretera, se elev¨® hasta las cumbres del crimen en Muerte entre las flores y se ali¨® con James Bond para combatirlo. ¡°Estaba listo antes de que nacieras, hijo¡±, le soltaba su personaje, Kinkade, al agente 007 en Skyfall, su ¨²ltima aparici¨®n relevante en la gran pantalla. Decenas de estrellas del cine brit¨¢nico y mundial lloraron ayer su muerte en las redes sociales.

Nacido en Salford, en Reino Unido, en 1936, Finney empez¨® su despegue en la Real Academia de Artes Dram¨¢ticas. All¨ª coincidi¨® en la misma clase con Peter O¡¯Toole y Alan Bates, seg¨²n recuerda The Guardian. Tal vez se fraguara entre esas paredes la chispa de aquella generaci¨®n que cambi¨® el cine brit¨¢nico, a la que tambi¨¦n se sumaron Richard Burton o Richard Harris: les llamaron Free Cinema, es decir, j¨®venes artistas airados, de procedencia popular ¡ªo de ¡°clase media-baja¡±, seg¨²n Finney¡ª, tan atractivos como valientes, dispuestos a sacudir el s¨¦ptimo arte y contagiarlo con la rabia obrera.

Aunque, de la tierra, Finney pas¨® pronto a las estrellas. Acumul¨® ¨¦xito en el teatro, sobre todo con obras de Shakespeare, y debut¨® en el cine con El animador, de Tony Richardson, en 1960. Aunque, ese mismo a?o, ya interpret¨® uno de sus papeles clave: Arthur Seaton, el antih¨¦roe de la clase trabajadora, de S¨¢bado noche, domingo ma?ana, est¨¢ considerado como uno de los mejores estandartes del Free Cinema.

La fama, que ¨¦l tem¨ªa, le abraz¨® ya a los 24 a?os. Y eso que intent¨® rehuirla con otro rechazo: le contactaron para protagonizar Lawrence de Arabia pero entre el impacto que tendr¨ªa el filme y la perspectiva de un monumental e inc¨®modo rodaje, Finney solt¨® uno de sus noes m¨¢s c¨¦lebres. En realidad, tuvo serias dudas tambi¨¦n sobre Tom Jones. ¡°Me sent¨ªa usado, no estaba implicado. La mayor¨ªa del tiempo me aburr¨ªa¡±, confes¨® seg¨²n la web Imdb. Pero su talento decidi¨® otro camino para ¨¦l, hacia el Olimpo del cine brit¨¢nico. Y eso que su inmersi¨®n en la direcci¨®n no cuaj¨®: Charlie Bubbles, en 1968, fue su primer y ¨²ltimo intento tras la c¨¢mara.

En los setenta hizo de todo: pel¨ªculas peque?as, grandes, musicales, y, en 1974, Asesinato en el Orient Express. Ni el aplauso de Christie le convenci¨® sin embargo para continuar: en Muerte en el Nilo, cuatro a?os despu¨¦s, Poirot ya era Peter Ustinov. Finney se hab¨ªa bajado del carro por las molestias del maquillaje y el calor del primer filme.

Con La sombra del actor y Bajo el volc¨¢n, en los ochenta dej¨® otras interpretaciones celebradas, aunque de esos a?os se recuerdan tambi¨¦n la destrucci¨®n del matrimonio que perpetraba junto con Diane Keaton en Despu¨¦s del amor. Steven Soderbergh le quiso para Traffic y para el jefe de Julia Roberts en Erin Brockovich, su primera nominaci¨®n al Oscar como actor de reparto. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, Finney apareci¨® en la saga de Bourne, en Un buen a?o o en Antes de que el diablo sepa que has muerto.

Fue, tambi¨¦n, la versi¨®n ya anciana de Ed Bloom, el so?ador iluso y empedernido de Big Fish. Cansado, anclado a la cama, el hombre todav¨ªa cultivaba el gusto por las grandes historias, ya fueran ciertas o inventadas. Quien recuerde el final de la pel¨ªcula, puede fantasear: est¨¦ donde est¨¦, que Albert Finney siga navegando.