Marcelino Camacho: ¡°Preso, pero con el optimismo de siempre¡±
Las cartas y notas en la c¨¢rcel del hist¨®rico dirigente obrero revelan su tenacidad en la lucha contra la dictadura


"Aqu¨ª me encuentro, preso, pero con la moral y el optimismo de siempre". As¨ª encabez¨® muchas veces las cartas a su familia el hist¨®rico dirigente sindical Marcelino Camacho en los casi 14 a?os que, en varias etapas de su vida, pas¨® confinado en campos de internamiento y prisiones. Fueron d¨ªas en los que Camacho (1918, La Rasa, Soria-2010, Madrid), en unos cuadernos de cuadros en los que aprovechaba el papel al l¨ªmite por la carest¨ªa carcelaria, registr¨® y analiz¨® la situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de la Espa?a de Franco. Ese testimonio de su pu?o y letra lo forman m¨¢s de 7.000 documentos: unas 1.000 misivas, 2.500 notas manuscritas, 900 documentos carcelarios, recortes de prensa, libros, fotograf¨ªas, objetos¡ Fallecida su viuda, Josefina Samper, hace un a?o, sus dos hijos, Marcelo y Y¨¦nia, van a entregar en marzo este valioso legado al Centro Documental de la Memoria Hist¨®rica (CDMH), en Salamanca, tras el acuerdo al que han llegado con el Ministerio de Cultura. "Tenemos la tarea de difundir a los j¨®venes relatos fundamentales para su identidad colectiva, mensajes como la lucha por la libertad", destaca Y¨¦nia Camacho en el acto de la firma, el pasado 21 de enero.
En su casa de Madrid, Marcelo Camacho muestra cartas de las que su padre hac¨ªa una copia en papel calco por si el aparato censor de la c¨¢rcel de turno se las quedaba. "?l estaba siempre enviando instancias, solicitudes¡ que reflejaban su gran fuerza de voluntad, como la denuncia que mand¨® al Tribunal de Orden P¨²blico, estando en la c¨¢rcel de Carabanchel, porque las presas pol¨ªticas de Alcal¨¢ de Henares, tras una huelga de hambre, hab¨ªan sido encerradas en celdas de castigo", cuenta su hijo.
Ese esp¨ªritu rebelde, "era como una roca", se manifest¨® en Camacho desde muy joven. El motivo, "que no pod¨ªa estudiar porque sus condiciones materiales no se lo permit¨ªan, as¨ª que tuvo que ser un autodidacta", a?ade su hijo. Marcelino Camacho es ese joven de las fotos en blanco y negro al que sus cercanos recuerdan bail¨®n, de amplia sonrisa, que posa orgulloso con sus compa?eros del servicio del tel¨¦grafo de la estaci¨®n de tren de Burgo de Osma (Soria).
Testimonios de ese car¨¢cter indomable se suceden en la pulcra caligraf¨ªa de estos cuadernos "que no se han visto antes", apunta Marcelo: "El d¨ªa 29 los internos Marcelino Camacho Abad y otros se abstuvieron de tomar la comida del mediod¨ªa [¡] cuando individualmente fueron preguntados el porqu¨¦ de esa postura, lo hac¨ªan como protesta por la petici¨®n de ¨²ltima pena a otro interno, juzgado en Consejo de Guerra en Burgos [¡]".

Camacho se hab¨ªa afiliado al Partido Comunista de Espa?a en 1935. Se alist¨® en el Ej¨¦rcito republicano tras el golpe de 1936 y luch¨® en los frentes de Madrid y Toledo en la Guerra Civil. Cuando acab¨® la contienda fue condenado y pas¨® cuatro a?os entre una de las prisiones de la capital y varios campos de trabajo: Reus ¡ªdel que escribe en una carta: "No hubiera podido continuar m¨¢s de tres meses. Un cazo de agua y dos o tres trozos de calabaza eran el men¨² de las comidas"¡ª, Renter¨ªa, Pe?aranda de Bracamonte, Toledo y Cuesta Colorada, en Marruecos, del que escap¨® a Or¨¢n (Argelia). En otro de sus cuadernos carcelarios escribe en may¨²scula una reflexi¨®n sobre el protagonismo de los trabajadores en la guerra: "El hecho nacional revolucionario m¨¢s importante de nuestros pueblos [¡] para la historia queda, despu¨¦s del pacto de alianza UGT-CNT de marzo de 1938, el proceso heroico y la casi culminaci¨®n de una central sindical revolucionaria de masas basada en los principios cient¨ªficos del movimiento obrero".
Tras un indulto en 1957, Camacho regres¨® a Espa?a y empez¨® a trabajar en una empresa de motores en la que breg¨® por los derechos de los trabajadores, lo que le vali¨® la vuelta a la c¨¢rcel en 1967. Pas¨® nueve a?os m¨¢s entre penales en Carabanchel, Soria y Segovia. Su familia recuerda una intervenci¨®n suya, en 1969, ante el juez del tribunal que tras condenarle le conminaba a callarse: "?Y yo me veo obligado a denunciar a un tribunal al servicio de una dictadura que se hunde!". Sin embargo, a¨²n pasaron seis a?os hasta el final del r¨¦gimen, con el que Camacho pas¨® de reo a diputado en la primera legislatura del Parlamento.
Sin embargo, su mayor actividad continu¨® en el obrerismo. Fue fundador de Comisiones Obreras ¡ªsu familia conserva el carnet con el n¨²mero 1 del sindicato¡ª y su primer secretario general entre 1976 y 1987. Camacho desempe?¨® un papel clave en la inclusi¨®n del movimiento obrero en la Transici¨®n y sigui¨® anotando concienzudamente sus pasos: las discusiones en la elaboraci¨®n del Estatuto de los Trabajadores, los m¨ªtines... De ¨¦l tambi¨¦n se conservan objetos personales, como su c¨¢mara fotogr¨¢fica Konica, su m¨¢quina de afeitar o uno de sus famosos jers¨¦is con bolsillos y cuello alto con cremallera, los conocidos marcelinos. Recuerdos de un hombre que sol¨ªa proclamar como ideario: "Yo soy de los que no han domado ni han doblado, que tampoco se ha dejado domesticar; ni que le empujen al monte".
Disponible en Internet
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El acuerdo al que han llegado los hijos de Marcelino Camacho con el Ministerio de Cultura es un contrato de comodato, en el que no hay intercambio econ¨®mico. "Es un dep¨®sito en cesi¨®n en el que la propiedad sigue siendo de los herederos", explica Marcelo Camacho. El Centro Documental de la Memoria Hist¨®rica se encargar¨¢ de conservar y digitalizar su legado para ponerlo a disposici¨®n de quien quiera consultarlo en Internet a trav¨¦s del Portal de Archivos Espa?oles (Pares).
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