La junta directiva de la SGAE fuerza una moci¨®n de censura contra Hevia
La firma de 18 miembros del gobierno de la entidad obliga al presidente a convocar una reuni¨®n donde se vote su cese
Alg¨²n socio de la SGAE suele comparar las intrigas de poder dentro de la entidad con las de Juego de Tronos. No hay dragones, ni mucha ¨¦pica, en el principal organismo de gesti¨®n de los derechos de autor en Espa?a, pero s¨ª comparte con la serie cuando menos una maldici¨®n: quien se sienta en el sill¨®n m¨¢s poderoso no est¨¢ destinado a durar. El reinado del actual presidente de la SGAE, Jos¨¦ ?ngel Hevia, se tambalea tras menos de cuatro meses, desde que esta ma?ana se ha presentado en el registro de la entidad un documento con las 18 firmas de otros tantos directivos necesarias para forzar su destituci¨®n, tal y como ha podido saber EL PA?S. As¨ª se pone en marcha el mecanismo de moci¨®n de censura: los estatutos se?alan que el presidente debe convocar una junta directiva extraordinaria, en la fecha que ¨¦l decida, donde se votar¨¢ su continuidad o cese. Varios miembros del gobierno de la SGAE pidieron al m¨²sico asturiano que dimitiera antes, pero este no acept¨®. Hevia puede ser por tanto el quinto presidente consecutivo que no termina su mandato.
Por un lado, el pasado condena a Hevia: desde que en 2011 el entonces responsable Eduardo Bautista acabara detenido por la Guardia Civil ¡ªcontin¨²a a la espera de sentarse en el banquillo, imputado por presunta apropiaci¨®n indebida¡ª, no ha habido paz para el l¨ªder de la SGAE. Ant¨®n Reixa fue cesado por la propia junta; Jos¨¦ Luis Acosta adelant¨® las elecciones, las gan¨® pero acab¨® dimitiendo. Y Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez Sastr¨®n se vio obligado tambi¨¦n a convocar los comicios el pasado octubre, por el bloqueo que sufr¨ªa la entidad. Hevia asumi¨® entonces el mando, prometiendo unidad y concordia, que han acabado volando por los aires. Por otro lado, el gaitero puede aferrarse a un precedente positivo: el propio Sastr¨®n super¨® en 2017 una moci¨®n de censura, de la que sali¨® reforzado, al menos durante unos meses.?
La situaci¨®n en la actual c¨²pula de la SGAE se ha disparatado despu¨¦s de que el Ministerio de Cultura pidiera autorizaci¨®n por escrito a la Audiencia Nacional para intervenir en la entidad y hacerse con el control, al menos durante seis meses. De ser aceptada la petici¨®n, Cultura ha anunciado la eliminaci¨®n de la actual junta directiva, compuesta por 35 miembros, y el nombramiento de una gestora que se har¨ªa cargo de la pol¨¦mica casa, para poner orden en la trazabilidad de los derechos recaudados y su reparto, reformar los estatutos e instaurar el voto electr¨®nico. Es decir, los tres cambios que el ministerio exige en vano a la SGAE desde septiembre.
Ponerse al d¨ªa
Aunque el gobierno de la entidad quedar¨ªa neutralizado con la intervenci¨®n, los plazos inciertos para la respuesta del juez, el anuncio de adelanto de Elecciones Generales as¨ª como los matices ofrecidos por Jos¨¦ Guirao, ministro de Cultura ¡ªafirm¨® tras presentar el escrito que si la SGAE "se pone al d¨ªa" tal vez no haya motivo para ejecutar la intervenci¨®n¡ª, dejan en el aire una vez m¨¢s el futuro del organismo. Es muy probable que sea una decisi¨®n del siguiente ejecutivo, de ah¨ª que entretanto dentro de la casa contin¨²en las luchas de poder y haya salido adelante la moci¨®n de censura.
Lo que empez¨® como una relaci¨®n id¨ªlica e in¨¦dita en el seno de la organizaci¨®n, con los cuatro colegios (m¨²sicos, audiovisual, editores y artes esc¨¦nicas) arrop¨¢ndose entre ellos para evitar la posible intervenci¨®n ministerial, ha tenido un final cainita. Tanto que tres de los cuatro vicepresidentes de la entidad (Antonio Onetti, Ferm¨ªn Cabal y Clifton J. Williams) se oponen ahora a Hevia. Y Onetti incluso se postula como sucesor del gaitero asturiano, aunque su paso adelante tambi¨¦n genera oposici¨®n, asombro y rechazo en varios miembros de la junta. "Es una jugada rid¨ªcula e insensata", afirma uno de ellos.
De vuelta, pues, a la guerra. Si la junta saliente de los ¨²ltimos comicios se present¨® ante los medios de comunicaci¨®n como la de la unidad, en cuatro meses todo ha estallado. Entonces, Cabal, vicepresidente del Colegio de Gran Derecho (artes esc¨¦nicas), aseguraba que su voto de abstenci¨®n a favor de Hevia ten¨ªa un ¨²nico sentido: salvar la SGAE. ¡°Vivimos un momento preocupante, al borde de la extinci¨®n. Tenemos que arreglarlo desde dentro¡±, dijo. Onetti, vicepresidente del Colegio de Audiovisuales, tambi¨¦n asegur¨® que se un¨ªan para superar ¡°el clima irrespirable¡± que a su juicio se viv¨ªa en la instituci¨®n. ¡°No tiene sentido que trabajemos desde el enfrentamiento. Queremos llegar al consenso y a solucionar el requerimiento de Cultura¡±, explic¨®. Pero nada de esto ocurri¨®.
La Audiencia Nacional admite la petici¨®n de intervenci¨®n
La Audiencia Nacional admite a tr¨¢mite la petici¨®n del Ministerio de Cultura para intervenir la SGAE y cambiar su Junta Directiva por tres t¨¦cnicos que ejecuten la reforma de la sociedad. La entidad tiene 10 d¨ªas para alegar contra la intervenci¨®n, esto podr¨ªa indicar que el juez encargado querr¨ªa resolver sin dilatar los plazos, la demanda del Ministerio.
El di¨¢logo tropez¨® cundo Hevia tom¨® la decisi¨®n, por su cuenta y riesgo, de encargar un informe a un despacho de abogados (vinculado a Antena3) y presentar una denuncia en la Fiscal¨ªa Provincial de Madrid, contra varias editoriales musicales y los miles de autores que representan. La SGAE les acusaba de fraude fiscal por crear empresas pantallas para tributar menos, pero la fiscal¨ªa archiv¨® la denuncia desestim¨¢ndola. Este error hizo crecer la tensi¨®n en el seno de la junta, que se dispar¨® hace unos d¨ªas cuando Hevia abandon¨® una reuni¨®n insultando a sus compa?eros. Que la comisi¨®n deontol¨®gica de la SGAE se?alara a Hevia, junto con otras 13 personas, en situaci¨®n de conflicto de inter¨¦s tampoco ha ayudado a la tranquilidad del m¨²sico en el trono. Bastante ten¨ªa ya con la maldici¨®n.
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