Ocio caro
La autora cuestiona la iconoclastia y la originalidad de Banksy: "Sus obras han entrado en el modo previsibilidad hace un buen rato"
Se anuncia como ¡°un recorrido in¨¦dito por setenta obras originales¡±, remata la parte de atr¨¢s en algunos autobuses madrile?os y muchos de mis amigos ¡ªlos que no han ido en la vida a ver una exposici¨®n de arte actual¡ª llaman desesperados porque no consiguen entradas para ver algo que, al parecer, no debe uno perderse. Yo no acabo de ver claro lo que se expone, pues en la propaganda del evento hablan de un ¡°artista iconoclasta¡± y reconozco los t¨ªpicos perfiles de Banksy, durante a?os el enfant terrible del Street art, pero no s¨¦ qu¨¦ tiene Banksy de iconoclasta a estas alturas y mucho menos qu¨¦ tienen de originales sus obras pues, aunque, desaparezcan en medio de una subasta justo tras la venta ¡ªo se vendan justo despu¨¦s de desaparecer, no lo recuerdo bien¡ª, han entrado en el modo previsibilidad hace un buen rato.
Adem¨¢s, igual no se puede llamar siquiera ¡°obra original¡± a una pieza de arte callejero. El arte callejero es m¨¢s bien una acci¨®n radical, un modo de desplazar y buscar los adoquines bajo las aceras, como dec¨ªan en el 68 parisino. Otra cosa es que el producto de estas guerrillas urbanas se arranque de un muro y se lleve a una casa de subastas elegante para desactivarse y hacerse un poquito predecible ¡ªocurre con Banksy¡ª. Es un despe?arse por la banalidad, el cash from caos que dec¨ªan los punk (sacar dinero del caos) que aqu¨ª es sacar dinero de lo superficial. Es, sobre todo, lo que vaticinaba la pel¨ªcula dirigida por el propio Banksy en 2010, Exit Through the Gift Shop: poner en evidencia c¨®mo un tipo absurdo, unas obras triviales, un proyecto vacuo¡ pueden alcanzar la fama sin explicaci¨®n aparente. En este sentido la muestra Banksy: Genius or Vandal??¡ªel t¨ªtulo en ingl¨¦s, tampoco s¨¦ bien por qu¨¦¡ª es impecable. Se pensar¨ªa que el propio Banksy podr¨ªa estar detr¨¢s del proyecto si no tuviera tan poco recorrido.
Ya en el Nueva York de la d¨¦cada de 1980 estaba claro que las radicalidades iban a acabar muy malamente despu¨¦s de convertir al arte callejero de Haring o Basquiat en entretenimiento chic en la escena cutting edge del Alphabet City. Ahora aparecen estos subpremios de consolaci¨®n, cutting edge de pacotilla, como dijera alguien del orientalismo de los Los troyanos de Berlioz. Pese a todo, la muestra ha causado furor en Madrid, igual tantos productos de consumo manufacturados y masificados que invaden la ciudad desde hace meses, una suerte de eclipse total. Igual es el morbo por la identidad oculta del artista callejero o el esc¨¢ndalo que parece rodearle; o los adoquines en la sala de subasta. El caso es que, ocurre con lo radical chic de pacotilla, es humo que se vende a los incautos. Y las entradas no son nada baratas, no se crean. Ocio caro.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.