Pilar Jurado presidir¨¢ la SGAE tras el cese de Jos¨¦ ?ngel Hevia
La junta directiva de la entidad aprueba una moci¨®n de censura contra el gaitero y escoge a la soprano y compositora como su sucesora
Varios guionistas han abandonado la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) en los ¨²ltimos a?os. Se marcharon a otra entidad, Dama, hartos de una gesti¨®n m¨¢s que discutible. Y, tambi¨¦n, de una trama demasiado repetitiva, siempre igual a s¨ª misma. Porque Jos¨¦ ?ngel Hevia, cesado hoy mi¨¦rcoles por la junta directiva, es el quinto presidente consecutivo que no logra terminar su mandato. La maldici¨®n del trono de la SGAE, adem¨¢s, parece empeorar: el reinado de Hevia apenas ha durado algo m¨¢s de tres meses, el m¨¢s breve de entre sus antecesores. El gobierno de la entidad, reunido en sesi¨®n extraordinaria, ha aprobado con 22 votos a favor, 12 en contra y uno en blanco la moci¨®n de censura contra el presidente, debido a una situaci¨®n que varios miembros de la junta directiva consideran insostenible: ya no tienen confianza en que Hevia pueda liderarlos con equilibrio ni, sobre todo, evitar la intervenci¨®n del Ministerio de Cultura, una espada de Damocles cada vez m¨¢s pesada sobre los hombros de la SGAE.
De ello, ante todo, tendr¨¢ que ocuparse Pilar Jurado, elegida en la misma reuni¨®n como sucesora de Hevia. La soprano y compositora, que es la primera mujer en asumir la presidencia ejecutiva de la SGAE, ha sumado 17 votos a favor, frente a los 12 del guionista Antonio Onetti, que tambi¨¦n se postul¨® para la presidencia. Jos¨¦ de Eusebio, el tercero en la contienda, retir¨® finalmente su candidatura. El resultado vuelve a mostrar a una entidad dividida entre los m¨²sicos, que representan m¨¢s del 70% de socios y recaudaci¨®n y se decantaron por Jurado, y los colegios de Audiovisual y Gran Derecho (artes esc¨¦nicas), mayoritariamente a favor de Onetti. Todos, eso s¨ª, necesitar¨¢n diplomacia, pol¨ªtica y, sobre todo, los acuerdos que han faltado una vez m¨¢s.
Hevia fue elegido presidente el pasado noviembre, para rescatar a la SGAE de las arenas movedizas y las peleas internas, donde se encontraba atrapada desde hac¨ªa meses. Prometi¨® paz, tregua y negociaci¨®n, lo que pareci¨® cumplirse al menos al principio. Hasta que estall¨® la en¨¦sima crisis, que se agrav¨® precisamente a ra¨ªz de que el ministro de Cultura, Jos¨¦ Guirao, entregara ante la Audiencia Nacional el 15 de febrero un escrito en el que ped¨ªa al juez la autorizaci¨®n para tomar el control de la SGAE durante al menos "seis meses". El texto tambi¨¦n plantea la "remoci¨®n del gobierno" de la entidad, sustituido por una comisi¨®n gestora, lo que arroja serias dudas sobre el margen de maniobra de Jurado y de la junta directiva.
La Audiencia Nacional ya admiti¨® a tr¨¢mite la petici¨®n la semana pasada y dio a la SGAE 10 d¨ªas para presentar sus alegaciones. El reloj de arena empez¨® a correr justo a la vez que 18 miembros de la junta, es decir, la mayor¨ªa de los directivos, forzaban con sus firmas la convocatoria de una reuni¨®n para echar a Hevia. A los pocos d¨ªas, los cuatro vicepresidentes de la entidad (Onetti, Ferm¨ªn Cabal, Teo Cardalda y Clifton J. Williams) hicieron circular un documento en el que invitaban a la concordia, sin nombrar siquiera al mandatario. Tres directivos aseguran que el estilo "impulsivo" y poco dado a buscar acuerdos de Hevia han contribuido a su ca¨ªda, al igual que la denuncia que present¨® contra varias editoriales musicales y socios de la entidad, que acab¨® desestimada por la Fiscal¨ªa. Tambi¨¦n influyen las sombras sobre sus ingresos: la aplastante mayor¨ªa de la recaudaci¨®n del gaitero procedi¨® en los ¨²ltimos a?os de la m¨²sica emitida de madrugada en televisi¨®n, que se encuentra bajo sospecha ¨¦tica y, en algunos casos, legal.
Por un lado, la justicia investiga el presunto fraude de la rueda, por el que socios de la SGAE y empleados de varias cadenas p¨²blicas y privadas ingresaban millones llenando la programaci¨®n de la madrugada de temas musicales, que nadie escucha, pero suman hasta el 40% del total de los pagos de las televisiones a la entidad. Por otro lado, la m¨²sica nocturna ha abierto un cisma entre cientos de artistas, entre ellos Hevia y 13 miembros m¨¢s de la junta, que reivindican la legitimidad de esa franja, y otro frente de socios que se sienten estafados y critican un reparto "injusto". En realidad, se trata sobre todo de un conflicto entre empresas: las multinacionales contra las cadenas y sus propias editoriales musicales. La televisi¨®n es la principal fuente de ingresos de la SGAE, que recauda anualmente unos 300 millones de euros.
Mientras, la m¨²sica nocturna ha generado m¨¢s movimientos. La comisi¨®n deontol¨®gica de la entidad acus¨® a Hevia y 13 miembros m¨¢s del gobierno de un posible conflicto de intereses, a la vez que hasta el Congreso ha tomado cartas en el asunto: la nueva Ley de Propiedad Intelectual limita los ingresos que puede generar una franja horaria de televisi¨®n a un m¨¢ximo del 20% del total.
A ello se suman los grandes retos que afronta la SGAE: la renegociaci¨®n de las tarifas por el uso de su repertorio; la modernizaci¨®n de su anticuado sistema de identificaci¨®n y reparto; la llegada de otros rivales, incluso privados, al mercado de la gesti¨®n del derecho de autor; o la nueva directiva que prepara la UE sobre el copyright.
Mientras los desaf¨ªos se acumulan sobre la mesa, la SGAE devora a otro presidente y prolonga una crisis imparable desde que en 2011 la Guardia Civil detuviera al entonces responsable, Eduardo Bautista ¡ªse sentar¨¢ en el banquillo por presunta apropiaci¨®n indebida¡ª. A partir de ah¨ª, fueron cayendo Ant¨®n Reixa, cesado por la propia junta, como Hevia; Jos¨¦ Luis Acosta, que acab¨® dimitiendo; y Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez Sastr¨®n, obligado por las peleas internas a adelantar la convocatoria de elecciones. Hevia las gan¨®, y prometi¨® que hab¨ªa llegado una ¨¦poca nueva a la SGAE. Pero la entidad opt¨® finalmente por el mismo guion de siempre: el d¨¦j¨¤ vu.
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