En el pa¨ªs de los festivales sin ley
Los espect¨¢culos musicales congregan m¨¢s de tres millones de personas en Espa?a, pero carecen de una regulaci¨®n espec¨ªfica. Los promotores reclaman un marco legal propio
Est¨¢n por todos lados, pero proliferan en una tierra sin ley para ellos. Espa?a, el pa¨ªs de la Uni¨®n Europea con m¨¢s festivales al a?o, carece de una normativa jur¨ªdica que identifique a estos eventos como espect¨¢culos p¨²blicos y atienda a las necesidades y particularidades de un sector que en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas no ha parado de crecer en asistentes y volumen de negocio.
¡°No puede ser que un sector tan importante como es el de los festivales no est¨¦ reconocido como un hecho cultural y econ¨®mico diferenciado¡±, asegura Patricia Gabeiras, doctora en Derecho de la Cultura y presidenta de la Asociaci¨®n de Festivales de M¨²sica (FMA). ¡°Queremos que se nos reconozca nuestra identidad¡±, apunta Jos¨¦ Mor¨¢n, fundador del Festival de Benic¨¤ssim (FIB) y actual director del Festival Para¨ªso.
La Asociaci¨®n de Festivales de M¨²sica est¨¢ promovida por algunos de los cert¨¢menes m¨¢s representativos del panorama nacional como Primavera Sound, S¨®nar, FIB, Cruilla, Vida, Bilbao BBK Live o Dcode. Su objetivo es reivindicar la figura de los festival de m¨²sica popular como evento art¨ªstico-cultural. La FMA est¨¢ detr¨¢s de las jornadas A Escena!, que se celebraron el jueves y el viernes en Madrid para debatir sobre la necesidad de un marco legal para unas citas musicales que est¨¢n consideradas como eventos de ocio o recreativos cuando, seg¨²n sus promotores, son ¡°manifestaciones culturales contempor¨¢neas¡±. ¡°Los festivales son actividades culturales multiformato en las que hay una diversidad y unos elementos caracter¨ªsticos. No hay excusa para no regularlos¡±, dice la presidenta de FMA.
De esta forma, los festivales, entendidos como eventos recreativos al aire libre, se acogen a leyes de suelo y espect¨¢culos laxas y dispersas, que establecen par¨¢metros distintos dependiendo de las diferentes ordenanzas de cada comunidad aut¨®noma, municipio e, incluso, distrito de una ciudad. ¡°Este sector est¨¢ tremendamente profesionalizado pero tiene una gran inseguridad jur¨ªdica. El promotor no sabe si va a tener algunos permisos hasta el final¡±, explica Mor¨¢n, quien dice que los promotores est¨¢n en una ¡°situaci¨®n de indefensi¨®n¡± y algunos permisos se pueden llegar a dar con el festival ya empezado por culpa de una normativa que siempre contempla los festivales como ¡°eventos permanentes¡±, cuando no lo son.
Los distintos par¨¢metros de cada ley afectan a la seguridad, la asistencia de p¨²blico, la contrataci¨®n, la sostenibilidad o la venta de entradas o alimentos. ¡°El r¨¦gimen de licencias es absurdo¡±, afirma Gabeiras. Este r¨¦gimen lo conoce bien Eduardo Fern¨¢ndez Ochoa, jefe de Seguridad de Madrid Destino, la empresa p¨²blica de la capital que gestiona los temas culturales. Reconoce que ¡°falta uniformidad¡± en cuanto a terminolog¨ªa o procedimientos. ¡°El legislador no tiene en cuenta a los festivales a la hora de establecer un r¨¦gimen de permisos adecuado a los tiempos actuales¡±, asegura Gabeiras. Mor¨¢n, al frente del festival de m¨²sica electr¨®nica Para¨ªso que se celebrar¨¢ el 14 y 15 de junio en Madrid, pone de ejemplo la nueva ley de riesgo laboral de la ciudad: ¡°Es muy compleja y no est¨¢ adaptada a este tipo de eventos¡±.
El limbo legal se acent¨²a m¨¢s ahora que los festivales se han multiplicado como setas en Espa?a. No hay regi¨®n que no tenga uno. Donde antes estaba el dinero p¨²blico de los Ayuntamientos ahora est¨¢ la iniciativa privada levantando escenarios casi en cada ciudad espa?ola. En el ¨²ltimo BIME ¡ªel congreso anual de festivales que reuni¨® en Bilbao el pasado octubre a representantes de 170 de ellos¡ª, se acu?¨® el t¨¦rmino de ¡°turismo musical¡±, un fen¨®meno que, gracias a la actividad cultural de estos eventos, contribuye a generar millones de euros en las localidades que los acogen. ¡°En 1999 ¨¦ramos cuatro festivales y es comprensible que no hubiese una ley que nos contemplase, pero ahora ha llegado el momento de regularlo. No podemos seguir as¨ª¡±, sostiene Mor¨¢n.
Este turismo musical se explica con datos como que los 25 festivales m¨¢s grandes de Espa?a sumaron casi tres millones de asistentes, seg¨²n el Anuario de la M¨²sica en Vivo. De hecho, estas citas son el principal pilar que sostiene la m¨²sica en directo en todo el pa¨ªs. En 2018, los conciertos recaudaron 334 millones de euros, la cifra m¨¢s alta jam¨¢s registrada en Espa?a. Los festivales tuvieron buena parte de culpa. En el podio de los macroeventos, reinaron Arenal Sound de Burriana (Castell¨®n) y Medusa Sunbeach Festival de Cullera (Valencia), ambos con 300.000 asistentes. Tras ellos, el madrile?o Mad Cool con 240.000, el Primavera Sound de Barcelona con 220.000 personas y el albacete?o Vi?a Rock de Villarrobledo con 210.000.
La Asociaci¨®n de Promotores Musicales (APM) reconoce que no se tienen cifras oficiales del n¨²mero exacto de festivales. Seg¨²n el Anuario de estad¨ªsticas culturales del Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deporte, hay alrededor de 900, pero incluye ciclos de m¨²sica cl¨¢sica y otros g¨¦neros. APM prefiere hablar de unos 400, sin incluir ciclos. ¡°Es verdad que en el t¨¦rmino de festivales se mete de todo. Hay gente que hace un concierto en un pueblo y se junta con otro y dice que ya es un festival¡±, explica Mor¨¢n. Por lo tanto, una normativa espec¨ªfica ayudar¨ªa a definir qu¨¦ es un festival y que no, evitando malas praxis y realidades ficticias con respecto a la industria musical. ¡°Queremos que se nos reconozcan nuestros derechos para que al final se nos permita hacer nuestra labor. Es lo ¨²nico que queremos. Somos una industria que ponemos en juego nuestro capital y buscamos una rentabilidad y una manera correcta de trabajar¡±, arguye Mor¨¢n.
A partir de esta demanda, la Asociaci¨®n de Festivales de M¨²sica plantea ahora que las autoridades escuchen sus peticiones. ¡°Las cuestiones relevantes est¨¢n perfectamente identificadas por todos¡±, explica Gabeiras. ¡°No es tan complicado arreglar este problema. Hay que dialogar con el Gobierno y las comunidades aut¨®nomas. Pero falta voluntad pol¨ªtica¡±.
Profesionalizaci¨®n tambi¨¦n para los trabajadores
El reconocimiento jur¨ªdico de los festivales como identidad propia pasa tambi¨¦n por una profesionalizaci¨®n en el sector a todos los niveles. Sindicatos de M¨²sica (la Uni¨®n Estatal de Sindicatos de M¨²sicos, Int¨¦rpretes y Compositoras) se?ala que los festivales deber¨ªan aplicar el Convenio Colectivo Estatal del Personal de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas, ya que carecen de convenio espec¨ªfico y este es el ¨²nico que contempla los espect¨¢culos al aire libre. "Pero analizando sus categor¨ªas es evidente que es necesario un convenio donde se reflejen todas las tareas de publicidad, montaje, transporte, producci¨®n y artistas que se desarrollan en cualquier festival", explica David G. Aristegui, portavoz de la secci¨®n musical de CNT.
Los festivales aplican el Convenio de Circo y Folclore ¡ªcaso de Mad Cool¡ª o el Convenio de Salas, pero ninguno se dise?¨® para un evento de estas caracter¨ªsticas. "Es demencial a todas luces", explica Aristegui, quien recuerda que muchos de estos cert¨¢menes deciden no aplicar ninguno de estos convenios al saber que no son los ideales y "pasan el rodillo" contratando a los trabajadores por cuenta ajena y salt¨¢ndose tambi¨¦n la regulaci¨®n laboral.
¡°La ley est¨¢ obsoleta, pero se tiene que cumplir. Mientras tanto, hay que cambiarla entre todos con consenso. Es un gran m¨¦rito que existan festivales y que apuesten por la m¨²sica, pero tenemos que ir un paso m¨¢s all¨¢. Se puede recorrer toda Espa?a de festival en festival y lo que no puede ser es que no haya una sola banda contratada regularmente¡±, se?ala el portavoz de CNT.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.