La memoria rota del rey Lear
Enfermos de alzh¨¦imer y sus familiares participan en una obra teatral sobre la vejez y los recuerdos
Jos¨¦ Luis padece alzh¨¦imer. El pasado oto?o fue invitado a participar con su mujer y otras siete parejas en su misma situaci¨®n en el proceso de creaci¨®n de una obra teatral sobre la memoria y la vejez. En la primera sesi¨®n, Jos¨¦ Luis agarr¨® un peri¨®dico que hab¨ªa en la sala de ensayos y se puso a subrayarlo de arriba abajo. Es una actividad que le tranquiliza y que practica todas las ma?anas en su casa durante dos horas. Al verlo, el director de escena Carlos Tu?¨®n y el dramaturgo Gon Ramos tuvieron una iluminaci¨®n: quiz¨¢ buscaba ecos de s¨ª mismo en esas p¨¢ginas impresas. El peri¨®dico como soporte de los recuerdos.
Lear (Desaparecer), que se representa en los Teatros del Canal de Madrid desde esta noche hasta el 2 de junio, no es un espect¨¢culo terap¨¦utico para enfermos de alzh¨¦imer, sino un montaje creado por una compa?¨ªa art¨ªstica a partir de improvisaciones en las que han participado actores profesionales y personas con diferentes grados de deterioro cognitivo que, de hecho, no participan activamente en las representaciones, sino que se sit¨²an entre el p¨²blico y en algunas escenas, igual que el resto de los espectadores, son invitados a salir a bailar al escenario. Eso s¨ª, su sola presencia es emocionante y turbadora.
Partiendo de El rey Lear, aquel monarca tr¨¢gico de Shakespeare que en su vejez decidi¨® repartir su reino entre sus hijas y despu¨¦s fue desde?ado por estas, Tu?¨®n y Ramos han construido una nueva obra que incide sobre todo en las escenas del texto original en las que el protagonista se enfrenta a sus herederas y a su propia decadencia (la famosa escena de la tormenta, meteorol¨®gica y mental, que se abate sobre Lear es una de las cumbres de la historia del teatro).
Hay partes habladas, danza, interacci¨®n con el p¨²blico y peri¨®dicos. Muchos peri¨®dicos. M¨¢s de 3.000 ejemplares de una cabecera de ficci¨®n, Lear, con extractos de la obra de Shakespeare. A lo largo de la funci¨®n se van rompiendo en pedazos y el rey termina enterrado bajo una monta?a de papeles rotos. ¡°La memoria para nuestro Lear no es algo compacto, sino fragmentado, es un conjunto de recuerdos a veces inconexos, un nido de palabras que el protagonista intenta desenredar¡±, explica Tu?¨®n tras un ensayo en los Teatros del Canal.
?Y c¨®mo reacciona un enfermo de alzh¨¦imer ante lo que pasa en el escenario? ?Se siente interpelado? ?Reconoce sensaciones, emociones, inquietudes? ¡°El proceso est¨¢ planteado desde el principio como un juego. Partimos de la premisa de que est¨¢bamos trabajando no con enfermos, sino con personas que recuerdan unas cosas y otras no. De esta forma logramos crear unos v¨ªnculos afectivos muy estrechos con ellos y un entorno en el que pudieran sentirse seguros para actuar libremente. No sabemos hasta qu¨¦ punto lo que oyen y ven les afecta, pero s¨ª tenemos claro que durante los ensayos estaban muy atentos y disfrutaron mucho¡±, responde el director.
Los familiares tambi¨¦n han tenido un papel importante en el proceso. ¡°La obra no habla ¨²nicamente de la vejez, sino de c¨®mo una sociedad se relaciona con la ancianidad y sobre c¨®mo se establece el di¨¢logo entre las diferentes generaciones. Shakespeare lo expuso en su momento a trav¨¦s de un rey al que repudian sus propias hijas cuando ya no les sirve para nada. Nosotros hemos pensado en el alzh¨¦imer como el punto de partida que nos pone hoy sin remedio en ese disparadero¡±, contin¨²a Tu?¨®n.
El espect¨¢culo se desarrolla en un escenario dispuesto como un sal¨®n de baile en el que el p¨²blico se coloca a cuatro bandas y puede participar activamente leyendo fragmentos del peri¨®dico Lear, rompi¨¦ndolo, respondiendo a preguntas de los actores o saliendo a bailar, quiz¨¢, con alguien que podr¨ªa ser su padre, su madre o su abuelo enfermo de alzh¨¦imer.
Una tregua en la batalla contra el olvido
Las ocho parejas que han participado en la creaci¨®n de Lear (Desaparecer) han vivido el proceso como un tiempo de tregua. Para la formada por Luis y Mercedes, ambos de 78 a?os, ella con alzh¨¦imer, "ha sido una verdadera sorpresa". "Mientras est¨¢bamos en los ensayos parec¨ªa que la enfermedad no existiera. Mercedes bailaba, charlaba, parec¨ªa que estaba de verdad con nosotros. Luego de vuelta a casa se volv¨ªa a descentrar, pero lo que hemos vivido es impagable. Un tiempo regalado", afirma Luis. Alberto S¨¢nchez Ca?izares, el terapeuta que les ha acompa?ado en esta experiencia, asegura que actividades como esta sirven sobre todo para mejorar la relaci¨®n entre los pacientes y sus familiares. "De pronto ven que son capaces de volver a compartir momentos felices, no solo la enfermedad".
Babelia
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