El boyante mercado negro de las entradas de las fiestas
En el festival de Cannes todo se puede comprar, incluso el acceso a las m¨¢s exclusivas celebraciones de la industria en hoteles o discotecas
Durante los 12 d¨ªas en que transcurre el festival de Cannes, la ciudad multiplica sus habitantes. Y no solo con trabajadores de la industria del cine movidos por el negocio. Hay cerca de 4.200 periodistas acreditados en el certamen y m¨¢s de 12.300 profesionales en el mercado de Cannes, el bazar m¨¢s grande del mundo de cine en compraventa de pel¨ªculas, y que se celebra a la vez que el certamen. Seg¨²n c¨¢lculos de las autoridades franceses, a Cannes llegan estos d¨ªas unas 40.000 personas. Y muchas de ellas quieren rozar la gloria, bien en las proyecciones de gala en las que las estrellas pasean por la alfombra roja- que se ha convertido en una pasarela de moda en la que las marcas invierten mucho dinero-, bien en las variadas fiestas nocturnas que se celebran en La Croisette. Y como todo se compra y se vende, en los ¨²ltimos a?os ha surgido un nuevo mercado negro: el de las entradas para acceder a esos para¨ªsos prometidos.
Hace unos d¨ªas, la revista Screen International public¨® algunas cifras de ese mercado negro. Por entrar a la inauguraci¨®n se pagaba hasta 5.000 euros por sentarse en el patio de butacas, a lo que hab¨ªa que sumar otros 2.250 por acceder a la fiesta oficial posterior. Para la fiesta de la proyecci¨®n de Rocketman, en la que actu¨® Elton John con Taron Egerton, se pod¨ªan conseguir tickets por 5.400 euros. Los precios se disparaban en eventos m¨¢s exclusivos. Para la gala que el jueves reuni¨® a las grandes estrellas europeas y hollywoodienses en la fiesta ben¨¦fica de amfAR (la fundaci¨®n estadounidense de investigaci¨®n sobre el SIDA) gracias al mercado negro se acced¨ªa pagando de 14.000 a 26.800 euros: el precio variaba en funci¨®n de la cercan¨ªa al escenario. Para la cena previa al evento, celebrada el mi¨¦rcoles por la noche en una villa con Leonardo DiCaprio y Quentin Tarantino, algunos compraron el acceso por 12.000 euros. Y para la fiesta de Vanity Fair, que cont¨® el pasado s¨¢bado en el Hotel du Cap-Eden-Roc con la presencia de Willem Dafoe, Salma Hayek, Nick Jonas, Priyanka Chopra, Antonio Banderas, Charlotte Gainsbourg, Quentin Tarantino, Robert Pattinson, Andie MacDowell, Alfonso Cuar¨®n,?Fran?ois-Henri Pinault, David Geffen o Charlotte Casiraghi, entre otros, se pod¨ªa uno colar por 9.800 euros.
No es tan dif¨ªcil entrar en el para¨ªso. Este diario logr¨® de forma an¨®nima, a trav¨¦s de la conserjer¨ªa de uno de los hoteles de lujo de La Croisette, obtener la posibilidad de comprar las entradas, aunque no lleg¨® a hablarse de precios. Y en tan solo un par de llamadas telef¨®nicas. Incluso a trav¨¦s de Internet: el mismo festival ha denunciado a una web rusa que ofrec¨ªa acceso a algunas de sus actividades.
Seg¨²n asegura una fuente a Screen International, "hay un inmenso mercado negro franc¨¦s que mueve fortunas desde hace a?os". Ahora bien, ?c¨®mo se cuela alguien cuando a esas fiestas se accede con entrada f¨ªsica y el nombre en una lista en la puerta? Vanity Fair incide en que era imposible disfrutar de su evento sin pasar ese doble control. Sin embargo, en Screen International desvelan el truco para esa y otras galas: en realidad, casi nunca se pide un DNI si se lleva un boleto f¨ªsico y en las pocas en que alguien coteja los datos se entra como acompa?ante de un invitado que s¨ª est¨¦ realmente incluido en el listado. El mercado negro suele entregar sus tickets justo a la puerta de la fiesta, incluyendo a sus clientes en listas de quienes previamente confirmaron que recoger¨ªan all¨ª su entrada.
Otras fiestas, como la que celebr¨® la casa de relojes Breitling tras el estreno de ?rase una vez en... Hollywood, vigilaron su acceso con cuidado. Seg¨²n un portavoz de la firma a EL PA?S, solo entraron 500 invitados, que portaban su entrada f¨ªsica. En el Le Club by Albane del hotel Marriott estaban Brad Pitt, Quentin Tarantino, Margot Robbie y DiCaprio rodeados de int¨¦rpretes franceses, Diego Luna o Gael Garc¨ªa Bernal. Hubo sala VIP dentro de una fiesta ya de por s¨ª VIP con centenares de personas en el exterior intentado ver a los asistentes.
No es la primera vez que el mundo del cine se ve sacudido por este esc¨¢ndalo: hace dos a?os un miembro de la Asociaci¨®n de la Prensa Extranjera en Hollywood fue pillado vendiendo sus dos entradas a los Globos de Oro -los premios que organiza esa asociaci¨®n- por 35.000 euros. Pero es Cannes el territorio m¨¢s apetecible para este delito: porque hay muchas fiestas en pocos d¨ªas, por la concentraci¨®n de estrellas y porque aqu¨ª tambi¨¦n acude todo tipo de ricos con ganas de disfrutar de los eventos. No hay m¨¢s que ver la costa de la Riviera rebosante de yates y echar una ojeada a los abarrotados vest¨ªbulos de los hoteles y restaurantes de lujo.
La reventa afecta a otras actividades del festival de Cannes. El martes por la noche dos centenares de espectadores se quedaron fuera de la proyecci¨®n de gala de ?rase una vez en... Hollywood en el gran teatro Lumi¨¨re, en el que hay 2.309 butacas. Uno de los periodistas de la publicaci¨®n Deadline, Anthony D¡¯Alessandro, no pudo ver la pel¨ªcula a pesar de contar con entrada f¨ªsica, haber esperado m¨¢s de una hora de cola y pasado los controles de esc¨¢ner del boleto -lo que confirmaba que, en efecto, ten¨ªan una butaca asignada- y los arcos de seguridad, que para las sesiones tan especiales se colocan a un centenar de metros del Palacio de Festivales, y as¨ª la aglomeraci¨®n no moleste a la alfombra roja. Entre los afectados, compradores y otros miembros de la industria que se quejaron de que por esa alfombra "entr¨® gente invitada por el festival que acab¨® sentada en sus butacas", aseguran en Deadline. La mayor parte de los espectadores que se quedaron a la puerta de la proyecci¨®n pose¨ªan un ticket del anfiteatro y alguno hab¨ªa pagado hasta 1.000 euros. Esta vez, el cielo tendr¨ªa que esperar.
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