El caser¨ªo de los Andes ecuatorianos donde solo viven mujeres
Una pel¨ªcula, que busca romper con los estigmas sobre la vejez, pone en el mapa una peque?a localidad habitada por ocho abuelas
Ver¨®nica Haro Abril (Quito, 1984) record¨® que ten¨ªa una historia guardada en su coraz¨®n cuando en un taller de producci¨®n de cine, en Tenerife (Espa?a), le pidieron que defendiera un proyecto que le motivara de verdad. En ese instante pens¨® en su abuela, que en ese momento todav¨ªa viv¨ªa, y en las otras 12 ancianas que habitaban un caser¨ªo de los Andes donde todos los hombres murieron. ¡°Hice unos bocetos, escrib¨ª en mi cuaderno y a la ma?ana siguiente los espa?oles, como ellos dicen, fliparon con la historia, me dijeron que la pel¨ªcula deber¨ªa llamarse las viudas del r¨ªo¡±, cuenta la cineasta.
Diez a?os pasaron desde el pitch de la pel¨ªcula en Espa?a hasta su estreno internacional en el festival Visions du r¨¦el en Suiza, en abril de 2019. Haro finalmente escogi¨® como nombre para su ¨®pera prima: Cuando ellos se fueron, y acaba de presentarla en Ecuador, en el Encuentro de otro cine (EDOC). En el filme, de corte intimista, la novel directora usa los primeros minutos de la cinta para recordar su infancia en ese diminuto caser¨ªo andino llamado Plazuela, que ni siquiera aparece en los mapas. Habla con nostalgia de sus abuelos, Rosario y Rosalino, sobre todo de ella que muri¨® antes de que la pel¨ªcula se pudiera concretar. ¡°Me tard¨¦ [con la pel¨ªcula] y ella se fue, no me pude despedir. Decid¨ª archivar el proyecto, no pens¨¦ m¨¢s en Plazuela, no volv¨ª, pero despu¨¦s entend¨ª que a¨²n tiene sentido volver aqu¨ª¡±, narra la cineasta con honestidad en la cinta que dura una hora.
La c¨¢mara de Haro logr¨® captar a las ocho abuelas que todav¨ªa viven en Plazuela y se niegan a salir de all¨ª. ¡°Sus hijos les han dicho que salgan a la ciudad, pero no les interesa. Ellas pertenecen a ese espacio, mi mam¨¢ pertenece a ese espacio, yo pertenezco a ese espacio¡±, reflexiona Haro. La cineasta quiere posicionar el sentido de pertenencia antes que profundizar en la soledad en la que viven muchos pueblos agr¨ªcolas. ¡°No siento en ellas una soledad expuesta. Yo siempre las vi distintas, se quedaron solas, pero nunca se sintieron solas. Ellas se tienen a ellas mismas¡±.
La pel¨ªcula desvela poco a poco la rutina de estas mujeres y convence al espectador de que no son las fr¨¢giles abuelas que vieron marcharse a todos los suyos. Son mujeres fuertes que est¨¢n acostumbradas a cultivar la tierra, trepar a los ¨¢rboles para coger sus frutos, cargar lo que haga falta para alimentar a sus animales y hasta caminar largas distancias para visitar a sus maridos muertos en el cementerio.
El rodaje se hizo durante siete semanas entre 2015 y 2016. La realizadora sinti¨® durante la grabaci¨®n que no perdi¨® a su abuela, sino que gan¨® a ocho abuelas m¨¢s que le abrieron sus puertas y sin darse cuenta la convirtieron en un personaje m¨¢s. ¡°Del cine me interesa lo que est¨¢ detr¨¢s, el exponerme fue un proceso dif¨ªcil, pero en el aprendizaje de hacer documentales entend¨ª el porqu¨¦¡±, dice.
Haro fue parte de una incubadora de documentales: el proyecto Talent doc, que se hizo en Bolivia, entre 2013 y 2014. All¨ª aprendi¨® a escuchar los consejos de otros que han desarrollado su carrera en el terreno del documental como la catalana Marta Andreu y el boliviano Diego Mondaca, de la productora Illimani, quien a la postre se convirti¨® en el productor de Cuando ellos se fueron. ¡°Los proyectos de Per¨², Ecuador y Bolivia no son visible en el cine mundial, pero hay buenas historias, hay potencial, la idea es que se armen puentes, conexiones, que cada director construya su proyecto¡±, dice Mondaca.
Para el productor, el filme va, sobre todo, de romper el estigma de la vejez. ¡°En las ciudades tenemos miedo a la vejez, no sabemos c¨®mo asumirla. Estas se?oras en Plazuela tienen una relaci¨®n tan org¨¢nica con su medio, conservan ese sentido de comunidad y no a?oran irse. Todas ellas saben que su condici¨®n mejor es all¨ª y su actitud ante la vida es distinta¡±.
La pel¨ªcula ecuatoriana aspira recorrer festivales durante uno o dos a?os m¨¢s, pero aqu¨ª, en Ecuador, sin duda, el mayor logro para su directora es que el pueblo de sus abuelos, su escuela, su cancha, sus dos r¨ªos, la calle que lo parte en dos y las ocho mujeres que todav¨ªa lo habitan jam¨¢s desaparecer¨¢n de la memoria f¨ªlmica del pa¨ªs.
Babelia
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